Alejo Sauras: «La sinceridad está bien hasta cierto punto»

La pareja de 'La ilusión conyugal' decide poner el contador de su relación a cero y contarse todo lo que han hecho hasta la fecha, especialmente las infidelidades. «Es un error. Crees que sabes lo que el otro te va a decir, y que lo vas a poder soportar, pero luego la realidad es distinta a como la habías imaginado y, desde luego, no puedes con ella», opina Sauras. Esto es, de hecho, lo que les ocurre a los personajes de esta comedia francesa de Eric Assous en la que Ángela Cremonte es la esposa y Angel Barahona, el tercero en discordia. «Tiene un poco de distintos tipos de humor: hay algo de corrosividad, pero también es una comedia amable».

«El ser humano se ha marcado unos códigos éticos y unos límites que no siempre le van bien», opina Sauras. «La pareja necesita un territorio de privacidad; la mentira se inventó para algo».

«Soy partidario de la sinceridad y la confianza, pero hasta cierto punto. Sobre todo, creo en hacer lo necesario para que la relación funcione y vaya lo mejor posible. Y por muy conectada que esté una pareja, hay ciertas realidades que es mejor no contarse, como los deseos. Hay veces que es mejor guardarse ciertas facetas para uno mismo. Creo firmemente en que cada integrante de la pareja pueda tener sus propios secretos y también creo en la bondad de no querer saber. Las parejas funcionarían mejor si las partes no quisieran saber ciertas cosas».

El actor madrileño, que se hizo muy popular por sus personajes televisivos en las series 'Al salir de clase', 'Los Serrano' y 'Estoy vivo', defiende también el recurso a la mentira para defenderse de la presión social. «Los seres humanos somos contradictorios. Vivimos una época de corrección política en la que, a veces, afirmamos cosas con las que no estamos de acuerdo para evitar el rechazo o la presión social», asegura Alejo Sauras.

En su opinión la corrección política es un fenómeno cíclico frente al que no se puede hacer nada más que esperar a que pase. Sauras reconoce que a nadie le gusta estar rodeado de mentiras. «No es agradable, pero al final todos buscamos nuestro sitio en el mundo y eso es lo que nos va a mover. Los seres humanos no somos tan buenas personas como a veces nos creemos», opina.

Mientras el ciclo pasa, «no es que sea legítimo mentir, es que es práctico. Si dejas que las cosas te afecten en exceso, al final no vives bien, y lo esencial es estar a gusto contigo mismo».

La obra está dirigida por el también actor Antonio Hortelano, que está encantado de poder llevar a escena el texto de Assous, que califica como «Ingenioso y brillante». «Nada mejor que esta inteligente comedia para tener la sensación de estar espiando a través de una mirilla a unos seres de carne y hueso, con sus virtudes y defectos, enfrentándose a su propia y cruda realidad».

La escenografía consiste en la recreación de un piso de alto nivel económico, muy atractivo de ver, pero muy incómodo para vivir, en lo que pretende ser una metáfora de un modo de estar en el mundo basado más en la apariencia que en la naturalidad. La función dura en torno a una hora y cuarto, unos 75 minutos.