Enrique Bacciero, propietario de Ferretería Delicia, coloca una caja vacía de un hornillo de gas. José C. Castillo

Sin aparatos a gas en Valladolid por el miedo al gran apagón y el precio de la luz

Las tiendas agotan sus existencias de estufas, infiernillos y hornillos: «Llevo toda la vida de ferretero y nunca había visto algo así»

Berta Pontes

Valladolid

Miércoles, 10 de noviembre 2021, 06:42

Los rumores y teorías conspiranoicas sobre un posible apagón que afectaría a toda Europa han llegado a Valladolid. Son muchos los que acuden a las ferreterías de la ciudad para adquirir estufas, infiernillos y hornillos de gas por prevención en caso de que nos ... quedemos a oscuras. n las ferreterías de la ciudad ya hay escasez de productos y no esperan que la situación se solucione pronto por la falta de existencias en los almacenes. «Llevamos por lo menos diez días sin estufas ni hornillos de gas en la tienda y parece que va para largo», explica Enrique Bacciero, propietario de Ferretería Delicias. Los productos con los que contaba, algunos almacenados desde hace meses, se agotaron hace dos semanas debido al rápido aumento de la demanda y ahora se mantiene a la espera de que el almacén le suministre la mercancía encargada antes del auge. «Llevo toda la vida siendo ferretero y no he visto nunca algo así, la gente está comprando aparatos a gas porque ven el panorama que viene y son previsores», comenta mientras atiende a un cliente que solicita un hornillo y al que tiene que añadir en su lista de encargos para cuando cuente con unidades en la ferretería.

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Situación similar es la vivida en la Ferretería Plaza, donde Sara Requejo atiende cada día a «cuatro o cinco clientes» que demandan este tipo de cocinas económicas. A la vez que hace copias de un manojo de llaves para un cliente, esta joven asegura que «desde hace quince días las ventas han sufrido un aumento considerable y no hay día que no venga alguien preguntando si nos queda algo». Pero la respuesta ofrecida por Sara es negativa, a su pesar, y los clientes dejan sus números de teléfono «para que les llame en cuanto lleguen los aparatos». En los estantes de la tienda aún queda algún campingaz, cuya demanda sigue siendo «elevada pero nada comparable con la de los hornillos». El miedo al apagón condiciona a los ciudadanos, «sobre todo a los más mayores que temen no poder hacer la comida», según le explican.

Sara Requejo muestra los últimos campingaz que quedan en su ferretería. J. C. C.

«Está siendo una locura»

Pero el temido pero improbable apagón no es el único motivo por el que se ha incrementado la venta de estos aparatos que funcionan a gas. El precio de la luz y la llegada de las primeras facturas también ha contribuido a ello y las ferreterías de la ciudad han notado un incremento en la demanda y venta de linternas y focos a pilas. Alberto del Hoyo, trabajador de Ferropunto, reconoce que muchos vallisoletanos acuden a su tienda para hacer acopio de material con el que hacer frente al «cada vez más alto precio de la luz» y que la venta de baterías solares se ha incrementado por ello. Opinión que comparte con Sara Requejo, quien destaca que las linternas «se venden como churros porque la gente está reduciendo su consumo de electricidad y se nota».

Además, Alberto del Hoyo asegura que se está viviendo una situación «atípica» para la fecha en la que nos encontramos porque las ventas de estufas y hornillos «se concentran durante el verano; en invierno no se vende nada porque la gente no se va de camping, pero este año está siendo una locura». Sin existencias en su ferretería, explica que los almacenes «están vacíos y no hay previsiones de que repongan pronto» los productos que la gente continúa demandando día tras día. «Lo único que me queda ahora mismo es un hornillo de gas y dudo que dure mucho aquí», precisaba a primera hora de la tarde de ayer, confiante de venderlo pronto por la elevada demanda que arrastra desde hace dos semanas.

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Otro problema que observa este ferretero es «la venta de estufas baratas de gas en vez de las que tienen buenos sistemas de seguridad». Por ello, augura un invierno en el que habrá «un elevado número de intoxicaciones por la acumulación de gases en los domicilios, además de los problemas que puede generar el gas de los hornillos».

Ahora mismo, el suministro de estos aparatos a gas no está garantizado en Valladolid, pese a que los ferreteros aseguran que han vuelto para quedarse.

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