La ecografía de Maia, una pequeña que falleció a las 18 semanas de gestación. Rodrigo Jiménez

Valladolid

Las familias aplauden el registro de bebés fallecidos antes de nacer: «Es un gran paso»

La medida es aplicable a los que han muerto con más de seis meses de gestación y los padres tendrán un plazo de dos años para completar el trámite

Sofía Fernández

Valladolid

Sábado, 12 de agosto 2023, 20:12

En una etapa en la que solo se espera la llegada de una vida y lo que sucede es la muerte, el drama se multiplica ante una pérdida y un dolor al que en muchas ocasiones rodea un silencio que aísla aún más a los ... padres que lo sufren. La muerte perinatal (a partir de la semana 22 de embarazo y hasta los 7 días después de que el bebé haya nacido, según la OMS) afecta en España a 4,05 bebés de cada mil que nacen.

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Aunque un estudio de 2021 realizado por el Grupo Español de Seguridad Obstétrica eleva la cifra a 5,38 por cada 1000 nacidos si contempla datos de fetos de más de 22 semanas de gestación y hasta el octavo día de vida. «Pero el registro de datos es complejo y hay muchos más casos de los que se registran», señala la psicóloga perinatal y voluntaria de la Red el Hueco de mi Vientre, que ayuda a las familias en el a sobrellevar la muerte de su bebé.

El duelo con el que tienen que lidiar es un proceso complejo y diferente en cada una de ellas y la mayoría celebra el paso adelante de un camino hacia el reconocimiento administrativo que ha comenzado este miércoles. Por fin han visto cumplida una reivindicación que llevaban años haciendo y finalmente el Boletín Oficial del Estado publicaba este 9 de agosto que los bebés fallecidos antes de nacer con más de seis meses de gestación deberán ser inscritos en el Registro Civil. Podrán tener su nombre, algo que no sucedía hasta la fecha. Esta medida no tendrá efectos jurídicos y es aplicable a los fallecidos con anterioridad a su implantación, siempre que los progenitores soliciten el registro en el plazo de dos años.

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«Es algo que se esperaba desde hace mucho tiempo y supone un gran paso a nivel administrativo que para muchas familias es un mundo. Antes solo daban a los padres el legajo de abortos donde en ocasiones ni siquiera figuraba la identidad del niño y la del padre según la voluntad del funcionario del registro», señala Villanueva.

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«Se planteó desde 2011 pero nunca se llegó a establecer, por fin se da un reconocimiento tan necesario para miles de familias», comenta Villanueva. En los más de cinco años que lleva formando parte de la Red Hueco de mi Vientre ha acompañado a decenas de familias que han tenido que lidiar con la muerte de ese hijo al que esperaban. «Aún falta mucho camino por recorrer y convivimos con unas leyes muy obsoletas en este sentido, por ejemplo, sigue sin poder registrarse en el libro de familia a estos bebés que existieron y que forman parte de su vida. Algo que sería fundamental para muchas familias», añade.

La muerte perinatal es una muerte invisibilizada y así lo consideran quienes han pasado por ese duro proceso, «porque a día de hoy muchas personas lo ven como si esa pérdida no tuviera la categoría de hijo, lo que supone un dolor tremendo para las familias que no hace más que añadir sufrimiento».

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Una red de apoyo en Valladolid

En Valladolid, la Red el Hueco de mi Vientre comenzó a organizarse a principios de 2019 en forma de reuniones grupales a las que desde entonces acuden familias que lo necesitan. «Hemos realizado en este tiempo catorce encuentros presenciales y dos de forma telemática durante la pandemia, al grupo acuden las parejas, a veces otros familiares o madres solas y en los últimos años se han acercado también profesionales sanitarios que quieren mejorar la atención», explica Villanueva.

Han atendido a más de 70 familias de Valladolid, Salamanca, Ávila, Segovia, Palencia, Zamora y Aranda de Duero y han realizado más de 35 acompañamientos individuales. Gracias a la red vallisoletana de apoyo han surgido dos iniciativas de acompañamiento en Salamanca y en Ávila y en Zamora se ha creado un grupo y personas de referencia.

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Es un grupo gratuito y abierto que cuenta con la implicación de varias madres y familias voluntarias que realizan acompañamientos individuales y acciones de visibilización como la celebración de un día en recuerdo de sus bebés o la creación del Rincón Blanco, un monolito en el cementerio de Las Contiendas en Valladolid que recuerda a los bebés que mueren durante la gestación o al poco de nacer.

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