Valladolid

La familia intoxicada en el incendio: «Al abrir la puerta el salón se llenó de humo»

Todos los vecinos, a excepción de los habitantes del piso calcinado, donde está trabajando la Policía Científica para esclarecer las causas del incendio, han podido regresar a sus casas. Entre ellos una familia de siete integrantes, cinco de ellos menores de edad, que tuvieron que ser trasladados al hospital junto a sus padres por aspirar las sustancias químicas liberadas por el fuego. La humareda entró en su vivienda, el 4ºA, contigua al piso donde se originaron las llamas: «Al abrir la puerta principal, el salón se llenó de humo. Abrimos las ventanas de la calle y esperamos a que vinieran los bomberos, que nos desalojaron por las escaleras», relata Moustapha, de 55 años, padre de los menores.

Tras recibir atención médica les dieron el alta horas después y pasaron la noche en su vivienda: «Todo está bien. Antes de las doce de la noche estábamos ya en casa. Volvimos al piso porque no teníamos otro sitio al que ir». Un total de ocho personas fueron atendidas por los servicios médicos por la misma sintomatología.

Una residente del 4º C, que prefiere no desvelar su nombre, cuenta que las voces la alertaron del suceso: «Yo estaba dormida porque había estado trabajando de madrugada y, de repente, empecé a escuchar ¡fuego, fuego, fuego! Mi marido miró y vio que había mucho humo en el patio. Nos sacó la policía». La vecina recuerda que la familia del 4ºA tardó más tiempo en salir porque no abrieron la puerta cuando los agentes alertaron a los vecinos: «No sé si estaban dormidos». No fue hasta las nueve de la mañana del día siguiente cuando regresaron a la vivienda. «Había mucho humo, no se podía estar», aclara esta vecina.

Las llamas no alcanzaron a los pisos inferiores, donde no hay vestigios del incendio más allá de un leve olor a humo. En el primero reside Mariano García, un vecino de 85 años que no llegó a ser desalojado, a diferencia de otros 20 habitantes del bloque que sí tuvieron que abandonar sus viviendas: «Vi que había mucha gente que bajaba a la calle. Había tres camiones de bomberos. Yo salí a tirar la basura y como soy ya mayor me dijeron que si iba a subir, me acompañaban». Sobre el fallecido, cuenta que vivía en la vivienda con su madre desde hace cuatro o cinco años: «Antes vivían en el bloque cinco. Ese chico ya hace muchos años que le golpeo una moto y cojeaba. Últimamente estaba en silla de ruedas, se llamaba Eduardo», rememora García.

Las actuaciones de Bomberos, Policía, varias ambulancias y de los servicios de emergencia obligaron a cortar la calle y un tramo de la avenida Villabáñez. «Pasé con el coche por delante y estaba todo cortado», relata Daniel Cordero, taxista de 36 años y vecino de la calle Salud, paralela a la vía del suceso. «Había oído que fue un brasero de butano», comenta Cordero, que explica que en Pajarillos es habitual que se utilicen sistemas de combustión alternativos a la calefacción: «Es un susto que puede pasar en cualquier lado. Nadie esta libre. En estos sitios vive gente muy mayor, hay mucha inmigración y hay un nivel de vida bajo».

Más allá de las hipótesis que circulan por el vecindario, las autoridades aún no han esclarecido las causas del incendio, a la espera de que la Policía Científica elabore un informe pericial. No ha sido hasta hoy cuando los técnicos del cuerpo han podido acceder a la vivienda para realizar las labores de inspección pertinentes debido a las altas temperaturas que aún mantenía el domicilio afectado por el incendio.