Chalé precintado por la Guardia Civil en Santovenia. En el círculo, furgoneta con la que acudieron para intentar okupar la casa. Rodrigo Jiménez/El Norte

Valladolid

La familia desterrada en el 29 de Octubre intentó okupar el chalé de Santovenia

Esperaron a que el banco, propietario del inmueble, anunciara la venta para trasladar colchones, un 'camping gas' y televisores

Álvaro Muñoz

Valladolid

Lunes, 6 de noviembre 2023, 19:41

Sábado 4 de noviembre. A primera hora de la mañana Idealista lanzaba una nueva propiedad en venta en Santovenia de Pisuerga. Chalé de 327 metros cuadrados, con piscina, cuatro habitaciones y tres baños. Salía a un precio de 160.000 euros y cuya ubicación ... se encontraba en el número 18 de la calle Guindales, a las afueras de la localidad. «Es una casa, que por ese precio, está muy bien, a pesar de que en el interior habría que hacer alguna reforma», apunta una vecina de la calle mientras pasea a su perra y tras conocer lo sucedido en el interior del inmueble a la hora de comer de ese mismo sábado.

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Hasta esa vivienda se trasladó una furgoneta Opel Vivaro, que estacionó en la vía pública. «Se bajaron al menos siete adultos y unos cuatro menores», continúa. Era parte de la familia desterrada de Tarragona y que recientemente había llegado a la barriada del 29 de Octubre después de una reyerta en la que falleció una persona por un disparo con un arma de fuego.

Buscaban un nuevo hogar sin la intención de abonar los 160.000 euros que CaixaBank, propietaria del inmueble después de un embargo, solicitaba inicialmente a través del portal inmobiliario. Rompieron la primera puerta de acceso y se colaron en el interior. «Llevaban dos colchones, televisores y un 'camping gas'», relatan los vecinos que vieron de forma esperpéntica unos hechos que contaron con la presencia de la Guardia Civil, además de treinta vecinos involucrados con la problemática de la okupación en la localidad del alfoz.

Tras instalarse de forma ilegal en el número 18 de la calle Guindales, la familia okupa se cerró por dentro y «hasta se engancharon a la luz» para hacer de ese chalé de lujo su nueva morada. Hasta que los vecinos de la calle se percataron de lo que había sucedido. Tras informar a la Guardia Civil, los mensajes entre el vecindario corrieron como la pólvora para hacer presión en la vía pública. «Un vecino incluso les llamó a la puerta y recibió la respuesta de que se fuera de su propiedad», relata.

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Mientras la gente se aglutinaba alrededor del número 18, llegó la primera patrulla de la Guardia Civil. «Estaban un poco reticentes a actuar porque esa familia ya se encontraba en el interior», continúan los vecinos que acudieron en auxilio de la vivienda okupada. Pero llegaron más refuerzos de la Guardia Civil, provenientes desde Cabezón de Pisuerga. Accedieron al inmueble y les obligaron a abandonarlo. «La familia reprochaba que ya era su vivienda y que no se les podía echar en la vivienda. Menos mal que aún no tenían agua y que no pasaron la noche. Debieron estar unas tres horas en el chalé, tiempo en el que empezaron a hacer la comida con el 'camping gas'», recalcan los vecinos y la alcaldesa de la localidad, Toñi López, que también se acercó a la zona durante la tarde del sábado.

«Les sacaron del chalé y las maldiciones iban en todas las direcciones. Decían frases como por ejemplo por qué les sacaban si es del banco o súplicas como búsqueme un piso para mis hijos», detalla la regidora, que agradeció el trabajo de los agentes de la Guardia Civil y de los vecinos de la localidad. «Somos un pueblo unido contra la okupación», remarca López.

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Porque las intenciones de la familia desterrada, según la propia alcaldesa, es que se esperaba que «llegaran otras 14 personas por la noche», apunta.

Ante esa situación y por recomendación del instituto armado se retiraron las dos puertas de acceso a la vivienda para sustituirlas por precinto de la Guardia Civil. «El Ayuntamiento está custodiando las puertas a la espera de que un representante de la entidad bancaria se acerque para que instalen puertas 'antiokupas'», concluye.

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Intentos en Cabezón y La Cistérniga

Precisamente, el intento de instilación ilegal no es el primero que esta familia tiene en la provincia desde que llegaron hace unas tres semanas. Con anterioridad ya protagonizaron episodios en Cabezón y La Cistérniga, todos ellos infructuosos y que derivaron en el intento de Santovenia de Pisuerga de este fin de semana.

Los miembros de esta familia, unas veinte personas, llegaron a Valladolid a mediados de octubre después de que el 10 de octubre estuvieran involucrados en una reyerta entre dos clanes en el barrio tarraconense de Campclar. La pelea en la calle y a plena luz del día derivó en disparos con armas de fuego, provenientes desde una vivienda cercana. Uno de ellos acabó con la vida de una persona y dejó, además, dos heridos sin que sus vidas corrieran peligro.

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