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enrique berzal
Domingo, 28 de octubre 2018
El escenario no podía ser más apropiado: recién inaugurada la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, aprovechamos un receso en el Congreso 'Las claves de la España del siglo XX', organizado por la Sociedad Estatal Nuevo Milenio que presidía, para comenzar la entrevista. De vallisoletano a vallisoletano. A mí me interesaba su faceta política, pues la académica me era de sobra conocida; de hecho, ya entonces, recién defendida la tesis doctoral, yo también me sentía heredero de su labor como pionero 'contemporaneista'. Luis Miguel Enciso Recio me sonrió condescendiente, carraspeó y me advirtió: «Tengo pensado escribir mis memorias. Ahí contaré todo lo que he vivido en UCD, especialmente su crisis final. Duela a quien duela». No sé si finalmente las escribió, pero aquella hora de charla, repleta de recuerdos de su Valladolid natal, referencias biográficas, peripecias académicas y decepciones políticas, fue ya una verdadera lección de historia contemporánea. Por el contenido, desde luego, pero también por la manera de expresarlo, tan pulcra y correcta.
Este domingo falleció en Madrid, a los 88 años, uno de los maestros de historiadores más apreciados de la segunda mitad del siglo XX. Presumía Luis Miguel Enciso, y con razón, de haber fundado el departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Valladolid, que dirigió de 1968 a 1977, y de impulsar una disciplina entonces en pañales. Ya su tesis doctoral, centrada en 'Nipho y el periodismo español del siglo XVIII', abrió fructíferas sendas historiográficas. Enciso fue, de hecho, pionero en los estudios sobre historia del periodismo, de la prensa y de la opinión pública en la España del siglo XVIII, pero también sobre la imprenta y los impresores, la vida cotidiana, la cultura, la sociedad burguesa y las Reales Sociedades Económicas; no en vano ha sido calificado como el mayor conocedor de estas instituciones ilustradas.
Vallisoletano nacido el 8 de abril de 1930, era licenciado en Filosofía y Letras y premio extraordinario de doctorado en Historia en 1955. Su fascinación por los procesos revolucionarios que alumbraron la Edad Contemporánea, a finales del XVIII, marcó su orientación académica y lo convirtió en pionero y maestro. Perteneciente a una familia estrechamente vinculada a la historia educativa y cultural de la ciudad, que fundó el colegio El Salvador, Enciso fue becario del CSIC al tiempo que comenzaba, en 1952, su dilatada carrera como profesor universitario.
Empezó como adjunto de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Valladolid al tiempo que presidía el Ateneo local, y en 1965, después de un paréntesis docente de cinco años en Navarra, obtuvo la cátedra en su ciudad natal, donde además de fundar y dirigir el Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, fue decano de Filosofía y Letras (1968-1972) y vicerrector (1972-1976). Se trasladó a la Universidad Complutense de Madrid en 1979, donde ocupó la Cátedra de Historia Moderna hasta su jubilación; también aquí dirigió el Departamento de Historia Moderna (1987-1991) y fue vicerrector de los Cursos de Verano que organiza la Complutense en El Escorial (1989-1992). Dio por concluida su carrera académica en 2005, como catedrático emérito.
Ya entonces había desempeñado varios cargos relevantes de gestión cultural: presidente de la Sociedad V Centenario del Tratado de Tordesillas (1993-1995), comisario general de España en la Exposición Mundial de Lisboa'98, presidente de la Sociedad Estatal Lisboa'98, de la Sociedad Estatal Nuevo Milenio (1999-2002) y de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (2002-2004). Dirigió treinta tesis doctorales, inspiró numerosos grupos de investigación y dejó una importante nómina de discípulos que prosigueron su labor en la Universidad vallisoletana, como los catedráticos Celso Almuiña o Pedro Carasa. Su producción científica sobrepasaba las 250 publicaciones.
Humanista de convicciones liberales, militó en la Unión de Centro Democrático (UCD) como miembro del Partido Demócrata Liberal de Garrigues, que fundó y presidió en Castilla y León. Sus adversarios de entonces, como el socialista Manolo Conde, le recuerdan con cariño y reconocen su carácter amable y dialogante. Fue Enciso senador centrista en las legislaturas constituyente (1977-1979) y primera (1979-1982), presidente y portavoz del grupo parlamentario de UCD en el Senado (1981-1982), presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores (1980-1981) y miembro el Consejo de Asuntos Exteriores (1980-1981). Vivió con desesperación y desgarro la crisis de UCD, de cuyo Comité Ejecutivo fue miembro entre 1980 y 1982.
Primer director de la Casa Museo de Colón (1965-1970), dio a la imprenta manuales de cabecera como 'Los primeros Borbones (1700-1808), de la 'Historia de España', de la editorial Gredos; 'El siglo XVIII' de la 'Historia Universal', de Gallach, y 'La España del sigo XVIII', de Península.
Miembro de número de la Real Academia de la Historia, entre los numerosos reconocimientos recibidos sobresalen la Encomienda con placa de la Orden de Alfonso X el Sabio, la Medalla al Mérito Constitucional, la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, el título de 'Officier des Palmes Académiques' y el de doctor 'honoris causa' de la Universidad de Alcalá de Henares.
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