Muere el dueño de El Chipirón en un accidente de tráfico en Asturias

«Era un buen jefe, un gran amigo y un compañero más con el que trabajamos a diario en el bar», destacaban este jueves por la mañana los empleados de El Chipirón de Arroyo de la Encomienda, el primer negocio que abrió hace nueve años el cocinero Jesús Merhi, de 45 años, un hostelero que perdió la vida a primera hora de la tarde del miércoles al salirse de la vía la moto en la que viajaba en Asturias. Su fallecimiento tiñó de luto el sector de la hostelería de Arroyo y Valladolid, donde Jesús regentaba en la actualidad cinco negocios: El Chipirón de la calle Los Picones de Arroyo, una vía en la que contaba con la panadería Miga's y el asador Rodeo Grill; El Chipirón de la plaza Marcos Fernández de Parquesol, y la sidrería La Foguera, cerca del Río Hortega.

El hostelero, padre de dos hijos, una chica de 20 y un niño de 7, era libanés de nacimiento y emigró con su familia a la localidad palentina de Guardo cuando era un niño de tan solo nueve años. Después recaló en Valladolid, donde abrió su primer local, El Chipirón, en Arroyo, donde trabajaba a diario en los fogones. Gran aficionado a las motos, Jesús Merhi había viajado a Asturias, donde residían sus hermanos, «a visitar la tumba de su madre». Un lugar al que acudía con frecuencia, según han relatado sus empleados, muy afectados por su pérdidas. «Iba mucho por allí, siempre que podía», añadieron.

El siniestro que le costó la vida al hostelero ocurrió a las 13:35 horas del miércoles en el kilómetro 29,5 de la autovía A-66, a la salida del túnel de Bolgachina, en el término de Oviedo, cuando circulaba en sentido a Gijón. Allí, en Asturias, está previsto que reciba sepultura hoy el hostelero, según explicaron sus trabajadores.

«Nos da una pena terrible porque era una persona que se hacía querer y con la que trabajábamos a diario», añadieron los empleados de El Chipirón, un local situado en la calle de Los Picones, en la que Jesús abrió dos negocios más después del original. Entre medios llegó la apertura del segundo Chipirón de Parquesol y, más recientemente, de La Foguera, situado en la calle Carraca de la capital.

Algunos de sus negocios abrieron sus puertas hoy con «una tristeza enorme» y poco a poco la clientela fue enterándose de la pérdida de Jesús. «Era una buena persona, muy dispuesta, y su muerte es un palo», lamentaban algunos.

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