Ignacio Morchón Alonso, en una imagen de 2019. EL NORTE

Ignacio Morchón Alonso, de pescatero a magnate con el negocio de las pompas fúnebres

El dueño de El Salvador, nacido en Torrelobatón hace 77 años, ha fallecido con el caso de los ataúdes aún abierto

Á. B.

Sábado, 15 de octubre 2022

Hace justo un mes, el día 16 del pasado mes de septiembre, la jueza instructora del caso Ignis que investiga el presunto cambio de ataúdes en el crematorio de El Salvador recibía la notificación de que Ignacio Morchón Alonso no se presentaría al interrogatorio ... al que estaba citado debido a su mal estado de salud. El fundador de la Agencia Funeraria Castellana, principal investigado en un proceso que involucra toda su familia, esposa y tres hijos, falleció este sábado en Valladolid a los 77 años de edad.

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Nacido en Torrelobatón con dotes de negociante, fue en el propio municipio vallisoletano donde inició una carrera que le llevaría a completar un currículum de lo más variopinto: pescatero, distribuidor de vino, magnate funerario, inversor inmobiliario, candidato a presidente del Real Valladolid y, al final, presunto cabecilla de la trama del cambiazo de féretros de alta gama por otros más baratos, una estratagema con la que se habría lucrado con más de seis millones de euros.

Morchón Alonso constituyó la Agencia Funeraria Castellana, que gestiona el tanatorio y el cementerio El Salvador, en 1986 cuando ya había cumplido los 40 años. En el imaginario torreño, todo comenzó con un moroso que le pagó una deuda con ataúdes, lo que le encendió una bombilla y fue el origen de su imperio.

Combinando un carácter que unos definían como «trabajador, currante., campechano, cercano en el trato, educado y afectuoso» y otros de «tiburón empresarial y persona sin escrúpulos», Morchón se desenvolvió como pez en el agua en el mundo de las pompas fúnebres.

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Su negocio creció como la espuma gracias a maniobras ganadoras como la de obtener el concurso para hacerse cargo de los servicios de recogida y traslado de cadáveres involucrados en causas judiciales, que revalidó por última vez en 2018. Era también el mayor acaparador de sepelios procedentes de aseguradoras y sabía bien que una oficina funeraria junto al hospital es un negocio redondo y más si se complementa con la propiedad de los locales vacíos de los alrededores para evitar que la competencia haga lo propio.

Morchón y su esposa, en una imagen de 2005. EL NORTE

Casado con Rosario Vaquero, también de Torrelobatón y padre de tres hijos –Ignacio, Rosa y Laura–, todos ellos son copartícipes de los negocios del patriarca, además de investigados en el caso de los ataúdes. Entre las empresas ligadas al emporio familiar hay una ebanistería dedicada a la fabricación y comercialización de muebles y artículos funerarios. No obstante, como él bien sabía, para comprar barato y hacer negocio en el sector de los féretros (y en tantos otros) hay que comprar en China.

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«Les he dicho a mis empleados que cojan cuatro urnas pequeñitas, las llenen con mis cenizas, y coloquen una en cada oficina para que me recuerden a diario»

En 1999, en pleno 'boom' inmobiliario, el 'holding' familiar crecía con la fundación de sociedad Patrigola, dedicada a la compra venta y alquiler de viviendas y locales comerciales.

El fallecido empresario saltó a la fama nacional cuando, en 2019, fue detenido por la Policía bajo la acusación de haber obtenido un beneficio ilícito de 3,8 millones de euros por la sustracción de seis mil féretros entre 1995 y 2015. Tanto Morchón Alonso como su familia siempre han sostenido que todo tiene su origen en una acusación falsa por parte de un exempleado que había intentado chantajearles y que, hasta 2015, trabajaba en el cementerio de Santovenia y se ocupaba de la incineración.

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Chapado a la antigua

Dentro de este proceso, el ahora fallecido entró en la prisión de Villanubla en febrero de 2019, donde permaneció por espacio de casi cinco meses, hasta que en junio abonó una fianza de 800.000 euros. Un tiempo antes, durante una de sus comparecencias ante la justicia, el magnate de las pompas fúnebres había justificado el hallazgo de más de 900.000 euros en metálico en su vivienda en que él era un hombre «chapado a la antigua».

En una entrevista con El Norte en el año 2001, Morchón Alonso contestaba así a la pregunta de cómo querría que fuese su funeral: «Está todo pensado. Yo también quiero incinerarme, porque es lo más limpio y por eso de 'polvo eres y en polvo te convertirás'. Y les he dicho a mis empleados que cojan cuatro urnas pequeñitas, las llenen de ceniza y coloquen una en cada oficina, para que me recuerden a diario».

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