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Antonio Pérez González, de la familia fundadora de empresas como Dulciora o Helios, ha fallecido en Valladolid como consecuencia del coronavirus. Antonio Pérez fue director general de Dulciora entre 1963 y 1994, año en que fue vendida al grupo Cadbury. Era el cuarto de los cinco hermanos Pérez González que hicieron también de Helios una marca líder en Europa.
Herederos de la confitería fundada por Alejandrino Pérez y su nieto Gaspar en 1889, los hermanos Rafael y Antonio Pérez promovieron la creación de Dulciora en una nave en la calle Esquila, en el barrio de Pajarillos a comienzos de los años 60.
Poco después dividirían sus dos líneas de negocio para crear Dulces y Conservas Helios para la fabricación y comercialización de conservas y mermeladas, y Peypasa, que en 1964 pasó a denominarse Dulciora, para el negocio de caramelos.
Antonio Pérez fue presidente del Consejo Social de la Universidad de Valladolid y de la AsociaciónEmpresa Familiar de Castilla y León (EFCL). Su sucesor en esta última, Sebastián Arias, recuerda cómo «Antonio se dedicó en cuerpo y alma, prácticamente en exclusiva, a pelear por algo en lo que creía profundamente como es la necesidad de gestionar el carácter, el aspecto familiar de la empresa y con su empeño consiguió elevar el prestigio de la asociación y sobre todo, hacerla útil, eficaz para sus asociados y de paso para todas las empresas familiares de la región». «Tan solo por eso, merece mucho más que nuestro reconocimiento», señaló Arias.
Pérez fue el artífice de que desde Valladolid se vendieran caramelos y dulces de Dulciora en toda España y en Portugal, pero también en países de la antigua Comunidad Económica Europea. fue galardonado con el premio Empresario del Año 1984 y presidió entre 1992 y 1994 la organización Cobisco, la mayor de la industria del dulce en Europa.
«Dulciora era una empresa familiar en el más estricto sentido del término», recordaba Antonio Pérez en las páginas de El Norte en 2016. «De hecho, mi gran apoyo en la gestión era mi hermano pequeño, Alfonso, que se encargaba de la marcha interna de la fábrica. De mediados de los sesenta procede el famoso logotipo del soldadito inglés, que creamos para un envase de caramelos».
En 1995, cuando Dulciora facturaba 4.500 millones de pesetas y daba empleo a 300 personas, los propietarios acordaron su venta al grupo británico Cadbury Schweppes «con el compromiso del mantenimiento de los puestos de trabajo y la instalación en Valladolid de la fábrica central de dulces de Cadbury en España.
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