Qué exporta Valladolid: de coches a despojos de carne, cestas de mimbre y paraguas

Hay de todo. Desde animales vivos a algodón, perlas finas, lana, armas, plantas, tocino o aceites esenciales. Sin olvidar los vehículos y la maquinaria, por supuesto. El análisis de las exportaciones de Valladolid durante el año pasado ofrece una imagen cuanto menos curiosa de lo que sale de las compañías de la provincia hacia el extranjero. El listado, elaborado por el Servicio de Sistemas de Información Estadística de la Consejería de Economía y Hacienda, es largo. Lo componen un centenar de grupos de productos que a su vez incluyen numerosos epígrafes, de ahí la variedad.

A la hora de examinarlo es obligado fijarse en primer lugar en lo que más exportan las empresas vallisoletanas, medido por su valor en miles de euros. Y en esto no hay sorpresas. La pujanza de la industria de la automoción sitúa en lo más alto del podio a los coches, autobuses, camiones, tractores, «velocípedos y demás vehículos terrestres». De hecho, de los casi 7.584 millones de euros vendidos por la provincia al exterior en 2023 prácticamente la mitad, el 46,4% (3.552,9 millones), corresponde a este tipo de bienes.

En el segundo puesto se sitúa un paquete donde entran desde reactores nucleares a calderas, máquinas –por ejemplo grúas, turbinas o motores–, aparatos como los de aire acondicionado, artefactos mecánicos y las piezas o componentes de todos ellos, que suponen 1.657,8 millones de euros, el 21,9% del total. Y a continuación el caucho y sus manufacturas, que acumulan un reseñable 15,7%.

Si se suman esas tres cantidades, el resultado es que el 16% restante de las exportaciones se reparte entre 96 grupos de productos ordenados por su código TARIC, un sistema de clasificación arancelaria que es común a todos los países de la Unión Europea. Con ello se garantiza la homogeneidad de las estadísticas del comercio exterior y, lo que es más importante, de las políticas de la UE en esta materia.

Ahora bien, ¿qué hay detrás de ese 16%? Bebidas, líquidos alcohólicos y vinagre (por importe de 135 millones); muebles y mobiliario médico quirúrgico, artículos de cama, luminarias, letreros y construcciones prefabricadas (109,7 millones); plástico (99,9 millones); productos químicos orgánicos (84,9 millones)... Eso en la parte alta de la tabla. En un término medio figuran la leche, sus derivados, los huevos y la miel (61,9 millones); las manufacturas de fundición (51,1 millones) y la carne y los despojos comestibles bovinos, porcinos, ovinos, caprinos, equinos, asnales y mulares (46,3 millones). Y en la parte baja, entre lo que menos se exporta, los artículos de esparto o la cestería de «materia trenzable» como el mimbre (9.300 euros); el corcho (4.400 euros); el zinc (4.200 euros); la peletería (2.600 euros); los paraguas, sombrillas, quitasoles o bastones (800 euros) y, en último lugar, los productos fotográficos o cinematográficos (700 euros).

La otra gran pregunta a la que responde la estadística es quiénes compran los productos de Valladolid. La mayor parte de las exportaciones tienen como destino el continente europeo, pero si se desciende al detalle por países en cabeza aparece Marruecos, que fundamentalmente adquiere maquinaria eléctrica y material de transporte. Se encuentra casi a la par que la vecina Francia, a quien le siguen Turquía, Alemania, el Reino Unido, Italia, Portugal, Bélgica, Rumanía y EE UU, por mencionar los diez primeros.

La otra cara de la moneda del comercio exterior son los estados con los que menos intercambios realizan las industrias y comercios pucelanos. Se trata, en orden descendente, de las Islas Turcas y Caicos, Congo, Kirguistán, Jamaica, San Pedro y Miquelón, Kosovo, Chad, San Cristóbal y Nieves, Camboya y, como 'farolillo rojo', Togo.

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