El exmilitar que secuestró a su expareja está buscado en Grecia por asesinato
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Declara que la denunciante, a quien sacó por la fuerza de un coche, estuvo tres días con él «porque quiso» y no la amenazó con matar a sus hijos«Me acusan de ser violento pero llevo seis años en España y nunca he incumplido la ley, ni en los meses que llevo en la cárcel tampoco», ha dicho al tribunal en su última palabra Kiril Blagoev Naydenov, de 53 años, el exmilitar búlgaro ... sobre el que pesa una orden de detención europea por asesinato, según se ha desvelado este viernes 25 de febrero durante el juicio seguido en la Audiencia de Valladolid contra él por siete delitos, el más grave, el ecuestro de su expareja, que tuvo que ser rescatada por la Guardia Civil durante una operación de búsqueda en la que se tuvieron que emplear hasta helicópteros para localizarlos. El acusado se enfrenta a penas que en conjunto suman casi 18 años de prisión que pide la fiscal a los 33 años que pide la acusación particular.
El procesado, que durante su declaración negó haberse llevado a la fuerza a la denunciante sacándola violentamente del vehículo en el que ella se iba a trabajar con otros compañeros y que aseguró que había permanecido en el campo durante tres días con él «porque quiso», tiene sobre sus espaldas un historial delictivo que pasa por una condena de violación y una eurorden tramitada por Grecia, donde se le busca por estrangular a una persona en un sótano, según precisaron fuentes del caso. Su defensa ha insistido en la tesis del arrebato, sumado al trastorno mental y el alcoholismo agravado tras su hospitalización por coronavirus para sostener su petición de libre absolución.
Las acusaciones han destacado la declaración «sin fisuras» de su expareja, que ha relatado, también asistida como el acusado por una intérprete de búlgaro, que desde que vino a Valladolid en el año 2018 no dejó de maltratarla por sus celos enfermizos y que, además de golpearla, llegó a amenazarla con cortarle una mano y mandársela a su jefa, así como con matar a sus hijos, que residen fuera de España. La relación se deterioró especialmente, según el relato de la acusación, desde marzo de 2021. El 21 de junio, tras un episodio de celos porque ella había asistido al cumpleaños de una amiga, la mujer decidió romper y marcharse del domicilio. Días después, ella y dos amigos acudieron al apartamento de la localidad burgalesade San Martín de Rubiales en la que residían a recoger sus pertenencias y el acusado ceerró la puerta y les retuvo «durante una hora», aseguraron los testigos, y solo cuando la amiga llamó a su hijo que se presentó con otros trabajadores, les dejó irse.
marzo de 2019 Comienza a deteriorarse la relación, los golpes y amenazas de muerte
12 de junio de 2021 La mujer le deja. Días después va a recoger sus pertenencias con una amiga y su marido y Kiril cierra con llave y les retiene una hora en el apartamento
6 de julio de 2021 Junto con otras dos personas, Kiril intercepta el vehículo en el que viajaba su expareja, la sacan por la fuerza y la introducen en el coche del acusado, que viaja hasta una zona de monte en Corrales en la que la retiene durante tres días, hasta que la Guardia Civil la rescata.
El 6 de julio, como no lograba que ella volviera con él, sostiene las acusaciones, decidió secuestrarla y lo consiguió con la ayuda de otras dos personas (hoy en busca y captura, por lo que no han podido ser juzgadas en esta sesión). Los tres la sacaron por la fuerza del coche en el que iba a trabajar con otros temporeros a Mambrilla de Castrejón (Burgos), la introdujeron en el de Kiril y este se la llevó al campo, sin dejarla marchar durante tres días, camuflando el vehículo para no ser vistos. Fueron localizados a las 11:00 horas del 9 de julio en el camino del cementerio de Corrales del Duero (Valladolid).
Los testigos han corroborado que la sacaron del coche a la fuerza y que le llegaron a quitar los pantalones para que no escapara, así como que con anterioridad la acosaba con llamadas telefónicas y la buscaba por los lugares de trabajo para dar con ella, hasta el punto de que su jefa tuvo que cambiarle varias veces de sitio para impedir que diera con ella. La víctima, que ha declarado tras un biombo, ha señalado que Kiril la pegaba desde el primer mes que vino a España, que le tenía mucho miedo y que no trabajaba no porque hubiera tenido una neumonía bilateral por la covid que le impedía trabajar en los últimos tiempos, sino porque «nadie le quería contratar».
Unas manifestaciones que contrastan con la declaración de Kiril Blagoev, quien ha negado en todo momento el maltrato a la que fuera su pareja y se ha mostrado ante el tribunal como una víctima de sus sentimientos amorosos hacia su expareja, justificando sus acciones en que lo único que quería era convencerla para que volviera con él, a pesar de que ella mantenía relaciones con otro hombre que se habría instalado en el piso durante el mes de marzo de 2021, cuando él estuvo hospitalizado muy grave. «¿Amenazó con matarla a ella o a sus hijos?», ha preguntado la fiscal, a lo que el procesado ha respondido: «¿Cómo iba a hacerlo, si me moría de amor por ella?».
El encausado, que permanece en prisión provisional por estos hechos desde el 11 de julio de 2021, negó a las preguntas de la fiscal que, cuando llevaba un mes en el centro penitenciario hubiera telefoneado a su expareja y le hubiera amenazado con un «Hola, cariño, te voy a matar». El ministerio público, en su informe final de calificación, ratificó las penas solicitadas por los delitos de maltrato habitual, lesiones, delito continuado de amenazas graves, tres delitos de coacciones contra la exmujer y la pareja de amigos, un delito de acoso y otro de detención ilegal. La acusación particular pide casi el doble de pena, 33 años en total, porque considera que no hay tres delitos de coacciones sino que son también detención ilegal, lo que agrava las penas.
Para el abogado Alfonso Fernández, la estrategia seguida contra su defendido ha sido presentarle como un hombre peligroso por sus antecedentes, pero sostiene que no se ha probado durante la vista ni la mitad de los delitos que se le imputan, empezando por el de maltrato habitual, «pues no se ha acreditado con partes médicos y en el propio atestado de la Guardia Civil, ella dice que antes de marzo la relación entre ellos fue normal».
Sin embargo, durante la vista, la víctima del secuestro y principal testigo de cargo señaló que no lo denunció antes por miedo, «porque todo el mundo le tenía miedo». Incluso ha desvelado que quiso dejarle cuando se enteró de que había hecho «cosas muy graves» antes de venir a España y que, precisamente por esos antecedentes (entre los que se contarían una condena por violación en Bulgaria) así como la euroorden que pesa sobre él por un asesinato en Grecia, la habría secuestrado para huir con ella. Kiril, que se limitó a agachar la cabeza cuando su exmujer realizaba estas declaraciones protegida por el biombo, negó en todo momento haberla maltratado.
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