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«No le guardo ningún rencor», subrayó, pero acto seguido, sin que nadie se lo preguntara, declaró que su exnovia Sara M. P., una de las principales testigos de la acusación en el caso del supuesto 'cambiazo' de 6.000 ataúdes, no era muy de ... fiar porque trató de estafarle 30.000 euros de su cuenta corriente con « facturas falsas», aunque no la denunció. El testigo, Patricio F. M., que ha abierto este viernes las declaraciones por las diligencias de investigación que se siguen en el Juzgado de Instrucción 6 de Valladolid, ha relatado que empezó a trabajar para la funeraria de Ignacio Morchón hace unos once años y en ella estuvo desempeñando su trabajo «unos cuatro o cinco». Entró en Parque El Salvador por intermediación de su padre, que trabaja en una compañía aseguradora especializada en decesos y conoce mucho al propietario de la empresa de pompas fúnebres, Ignacio Morchón. En la empresa conoció a Sara, una de las primeras testigos en declarar ante la magistrada que instruye las diligencias y que ratificó que había visto que algunos de los ataúdes más caros 'regresaban' al tanatorio del cementerio de Santovenia.
A Patricio y su novia, que trabajaba en la cafetería, les despidieron de la empresa, ha explicado, cuando fueron sorprendidos completamente embriagados « y haciendo trompos» en la zona de estacionamiento de las instalaciones del tanatorio. «Nos emborrachábamos y rematábamos la fiesta en el tanatorio, porque como estaba abierto 24 horas...», ha confesado el testigo, cuyo trabajo, entonces, consistía en «traer y llevar muertos», incluso «a Barcelona y Portugal», pero nunca se ocupó de «vender ataúdes». Estos suministros de cajas no solo llegaban del proveedor que está siendo también investigado en la causa, Senovilla, sino de otras empresas de Orense y Villarrobledo. Los ataúdes «venían completamente terminados cuando se descargaban».
El testigo ha afirmado que los féretros destinados a la incineración y al enterramiento eran iguales, y que, en el servicio para el crematorio, tanto la familia como el ataúd con el difunto «entraban por el mismo sitio», una afirmación que se contradice con las declaraciones realizadas por otros testigos e investigados que ya han declarado en el procedimiento. Patricio F. M. señaló que nunca vio cajas «para las reducciones de restos» ni tapas de ataúdes en los túmulos preparados para la incineración.
Respecto de la posibilidad de que los supuestos 'cambiazos' hubieran sido realizados por una sola persona, que es la tesis de la defensa, que apunta a la única responsabilidad del encargado del crematorio, Justo Martín Garrido, de 69 años, el exempleado ya jubilado que intentó chantajear a Morchón y que fue condenado por ello, Patricio F. M. aseguró a la jueza que él solo sí podría levantar un cadáver.
El segundo en declarar este viernes, aunque en calidad de investigado, ha sido José Antonio Morchón, hermano del fundador de la funeraria (principal investigado y puesto en libertad bajo fianza la semana pasada) que, en la línea del resto de los investigados que han declarado hasta la fecha, solo ha respondido a las preguntas del fiscal, el juez y su abogado, y ha declinado contestar a las preguntas de las acusaciones. El investigado ha trabajado 35 años con su hermano en el negocio familiar pero no tiene participación en la sociedad y su tarea, ha indicado, consiste en conducir el autobús de Parque El Salvador y ocuparse de los adornos florales.
Morchón ha afirmado que era Justo Marín quien se encargaba de la incineración en el crematorio de Santovenia y quien gestionaba el cementerio jardín. Rara vez, ha apuntado, coincidían dos cuerpos para la cremación y en aquellos casos en que la familia «renegaba» del finado, se dejaba el cadáver en la cámara frigorífica y se le incineraba en último lugar si es que había otros servicios ese día. La incineración dura, según sus cálculos, de dos y media a tres horas, y una persona sola puede levantar «un cuerpo ligero, de 50 o 60 kilos».
Respecto del sistema de trabajo en la funeraria, ha señalado que existe una hoja de servicios «que viene de Angustias», en la que se especifican las tareas a realizar por cada uno de los empleados. Como responsable de las flores, ha manifestado, como ya lo han declarado otros investigados, que las flores de las coronas «solo pueden aguantar en la cámara frigorífica; una vez fuera, solo estan bien tres horas».
Las declaraciones continuarán el próximo viernes 21 de julio con las las comparecencias de cuatro testigos. según han informado fuentes jurídicas.
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