Valladolid

El excapellán de Angustias vuelve al sacerdocio tras cumplir tres años por abusar de una menor

Óliver Fernández, que entonces ejercía como capellán de la Cofradía de Nuestra Señora de Las Angustias, fue apartado del sacerdocio y detenido hace cinco años a raíz de la denuncia por abusos sobre una menor presentada por la madre de la víctima.

El sacerdote fue apartado del ejercicio desde un primer momento por el propio arzobispado, encabezado entonces por Ricardo Blázquez, y en mayo de 2021 fue condenado por la Audiencia Provincial, en un fallo ratificado después por el Tribunal Supremo, a tres años de prisión por un delito de corrupción de menores en concurso con otro de abusos sexuales que cometió sobre la citada niña, de 13 años, a la que envió vídeos de contenido sexual explícito protagonizados por él mismo.

El cura cumplió su condena en la prisión palentina de Dueñas, de la que comenzó a salir con permisos penitenciarios en 2023, y recuperó definitivamente la libertad en 2024.

Fue el año pasado, el 20 de diciembre de 2024, cuando el arzobispo Luis Argüello firmó el decreto extrajudicial penal, que así se llama, que puso fin «al proceso ordenado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe contra el sacerdote ÓIiver Fernández» y que acordaba su vuelta al ejercicio del sacerdocio una vez saldada su deuda con la Justicia.

En dicho acuerdo, que este martes (21 de enero) ha sido comunicado a los sacerdotes que integran la diócesis vallisoletana, el arzobispo concreta que el excapellán, al que «levanta la suspensión -desde el 20 de diciembre de 2024- para el ejercicio del ministerio sacerdotal decretada el 12 de enero de 2020», tendrá limitada su actividad con la prohibición expresa de tratar con menores durante diez años, es decir, hasta 2034 y tendrá que seguir un «acompañamiento psicoafectivo y espiritual durante los próximos dos años (hasta 2026)».

Así lo recoge el comunicado, hecho público hoy por el Arzobispado, en el que explican que «habiendo sido juzgado por los tribunales y cumplida la pena de privación de libertad impuesta, era necesario terminar con el proceso canónico que fue instruido en el Tribunal de la Rota a petición de Ricardo Blázquez y que se interrumpió hasta conocerse la sentencia de los tribunales».

El arzobispo, en el escrito remitido a la comunidad religiosa vallisoletana, pide a sacerdotes y fieles que acojan al sacerdote «con misericordia y afecto en la vida de la Iglesia diocesana, especialmente en el presbiterio, después de haber rendido cuentas ante la justicia humana y haber recibido el juicio de la Iglesia».