«La primera vez que he visto este contrato ha sido en el juzgado de instrucción», manifestó categóricamente el abogado que llevó los asuntos laborales de Asaja hasta 2016. Castaño negó que él o alguien de su despacho hubiera realizado ese contrato o que se tratara de un contrato tipo, un modelo ya impreso que utilizara en el bufete para los contratos de arrendamiento de servicios de Asaja con empresas. En concreto, Lino Rodríguez había afirmado que el letrado se lo había pasado en «un pincho». «¿Pincho? Yo no trabajo con pinchos, informáticamente soy nulo», subrayó a las preguntas de las partes.
Este testigo contradijo las afirmaciones de los acusados respecto de que el documento fue realizado en abril de 2015 poco antes de que el comité ejecutivo de Asaja hubiera autorizado la contratación de la empresa de Ana de la Fuente para suplir una vacante inesperada de técnico en la oficina de Medina del Campo. Por esos trabajos, la acusada reclama el pago de una factura de 27.819 euros a la organización agraria en un procedimiento civil que ahora está paralizado a expensas de que se resuelva el procedimiento penal contra ellos en la Audiencia de Valladolid por falsedad documental y, en el caso de la mujer de Lino Rodríguez, también por un delito de estafa procesal. El documento supuestamente ficticio está firmado también por el exvocal de Asaja Enrique Vallejo, que se sienta con ellos en el banquillo.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular (Asaja) sostienen que ese contrato no existía y que el matrimonio lo confeccionó 'ad hoc' poco antes de que la economista acusada presentara la demanda el 28 de diciembre de 2018 para aportarlo como prueba en el procedimiento civil.
Deuda con Hacienda
El presidente de Asaja Valladolid desde diciembre de 2016, Juan Ramón Alonso, ha sido el segundo en testificar este miércoles y ha asegurado que, aunque conocía de la reclamación de la deuda por parte de Ana de la Fuente, no tuvo noticias del contrato objeto del juicio hasta la demanda. «Pedimos que nos aportara la factura por los trabajos realizados y una copia del contrato, pero no la llegamos a tener». Contó el responsable de la organización agraria vallisoletana que pasaron varios meses, después de que tomara posesión la nueva ejecutiva del «sindicato», cuando recibieron en la sede, por Seur, una caja con documentación. A preguntas del letrado de su antecesor en el cargo, Alonso ha apostillado que Asaja va pagando a otros proveedores «a medida que se va contrastando, porque hemos visto facturas engordadas« y que «debe a Hacienda, por una sanción, más de 100.000 euros por haber hecho mal el trabajo Sodeprin». El testigo remachó que, si bien sabía que la sociedad de la mujer de Lino había realizado tareas de tributación y contabilidad para Asaja, dijo «no tener constancia de los trabajos» realizados por Ana de la Fuente en Medina del Campo por 28.000 euros «y si no se tiene constancia, no se le pagan».
El secretario de Asaja hasta 2016, Gonzalo Rodríguez Valverde, que se llevó las actas a casa porque el ambiente «estaba muy tenso», declaró que Lino le dijo que «había que arreglar lo de Sodeprin, pero no vi factura ni contrato»
Gonzalo Rodríguez Valverde, secretario de Asaja hasta diciembre de 2016, cuando fueron las elecciones, explicó al tribunal que el ambiente estaba «muy tenso» ( en alusión al 'caso Asaja' que acabó con el largo mandato de Lino Rodríguez en la organización y su imputación por varios delitos relacionados con su gestión) y que por eso decidió llevarse las actas de las reuniones de los comités ejecutivos y las juntas directivas, ya que su misión era custodiarlas. Sin embargo, por motivos de salud, no pudo asistir al comité de abril en el que se trató cómo afrontar la sanción de la Agencia Tributaria, ese mismo comité en el que, según los acusados, se abordo suscribir el contrato con Sodeprin un acuerdo del que, por el momento y a falta de una jornada para que termine el juicio, nadie recuerda salvo los encausados.
«Lino me contó después lo que se había hablado en la reunión sobre Hacienda y eso que me dijo lo plasmé en el acta, pero no hizo referencia al contrato». Sí que reconoció conocer la reclamación de cantidad. «Me dijo varias veces que a ver si se arregla lo de Sodeprin, pero yo no vi ni factura ni contrato». El testigo también desdijo a los acusados respecto de que en un mismo día se convocara aquel comité por la mañana y la junta directiva que tendría que refrendar la contratación, por la tarde. «Nunca se convocaban el mismo día», zanjó.
El juicio quedará este jueves visto para sentencia. Es el cuarto en el que Lino Rodríguez se sienta en el banquillo y aún tendrá que enfrentar otros tres procedimientos, todos ellos, coletazos de la Operación Cebada.