Valladolid
Un estudio alerta de la presencia de microplásticos en el agua que se bebeValladolid
Un estudio alerta de la presencia de microplásticos en el agua que se bebeNo se notan en el sabor ni en su textura;pero están ahí. Y lo están para los animales, las plantas y para el ser humano. Y afectan de forma importante a la salud. Los microplásticos son pequeñísimas partículas de plástico que se encuentran en ... el agua de lagos, ríos y mares y su presencia representa un problema ambiental y de salud pública cada vez más importante.
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Pueden tener una variedad de fuentes, incluida la fragmentación de plásticos más grandes de botellas, envases, bolsas y otros productos de uso común; resultado de la descomposición de las fibras sintéticas presentes en la ropa liberadas durante el lavado a máquina y posteriormente transportadas a través de las aguas residuales , y la liberación de productos de cuidado personal, como exfoliantes faciales y corporales, que contienen microesferas de plástico que se lavan por el desagüe. Asimismo, la deposición atmosférica también juega un papel importante en la dispersión, ya que las partículas suspendidas en el aire pueden depositarse en las superficies acuáticas a través de la lluvia o la nieve. Llegan al agua a través de diferentes rutas, como los sistemas de alcantarillado, la escorrentía superficial y la deposición atmosférica.
Un trabajo del Río Hortega, el hospital Virgen de la Concha de Zamora y la Universidad de La Rioja revisa esta grave y no percibida carencia de la calidad del agua que llega al consumo, la que se bebe cada día en el grifo y en las aguas minerales embotelladas y ni siquiera nos damos cuenta.
Título: 'Microplastics in the water. a growing problem that requires attention'
Autores: Alicia Armentia, jefa de Alergología del Río Hortega de Valladolid; Julia San Miguel, María San Miguel y Blanca Martín del departamento de Investigación del mismo hospital; Ángel San Miguel, del Servicio de Análisis Clínicos de la Universidad de La Rioja y Sara Martín, del departamento de Pediatría del Hospital Virgen de la Concha de Zamora y Manuel González-Sagrado, de la Unidad de Apoyo a la Investigación del Río Hortega.
Editorial: World Journal of Advance Healthcare Research.
Destaca este informe, publicado en una revista de alto impacto (World Journal of Advance Healthcare Research), que estos plásticos milimétricos «pueden ser ingeridos por una amplia variedad de especies, desde microorganismos hasta peces, aves y mamíferos marinos. Pueden acumularse en los tejidos de estos organismos y causar daños físicos, como obstrucciones intestinales y reducir la capacidad de alimentación.
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Además, estas partículas actúan como vectores de sustancias químicas tóxicas, dado que pueden absorber y transportar contaminantes presentes en el agua, lo que representa riesgos adicionales para la vida acuática».
En cuanto a los efectos sobre la salud humana, explica este informe que «requiere más investigación pero que es preocupante su impacto negativo». La ingestión a través de alimentos, especialmente de los mariscos contaminados, «plantea la posibilidad de la transferencia de partículas de plástico y productos químicos asociados a los humanos. Se ha sugerido que los microplásticos pueden causar inflamación y daños en el tracto gastrointestinal, así como la liberación de sustancias químicas tóxicas en el cuerpo humano. Además, también existe la posibilidad de exposición respiratoria a través de la inhalación de microplásticos en el aire».
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Su diminuto tamaño y flotabilidad les permiten ser transportados por las corrientes y ampliamente distribuidos en los sistemas acuáticos. A medida que son ingeridos por los organismos acuáticos, pueden acumularse en la cadena alimentaria, desde los organismos más pequeños hasta los peces y mamíferos marinos. «Esta contaminación –repasa este estudio– supone serias amenazas para la vida acuática, alterando los procesos biológicos, la reproducción, la alimentación y la salud de los organismos marinos».
La determinación de microplásticos en agua es un campo de investigación en constante desarrollo debido a la creciente preocupación por el impacto ambiental de estos contaminantes. «Es importante resaltar –destaca este estudio– que la determinación de microplásticos en agua puede ser un proceso complejo y requiere equipos y técnicas especializadas. Además, es necesario realizar una adecuada preparación y tratamiento de las muestras antes de aplicar los métodos analíticos para minimizar posibles interferencias y asegurar resultados precisos. Es importante tener en cuenta que cada técnica tiene sus ventajas y limitaciones y la elección del método «dependerá de varios factores, como el tipo de muestra, la concentración y tamaño de los microplásticos, los recursos disponibles y los objetivos específicos». El estudio indica que, «en muchos casos, es recomendable combinar diferentes técnicas para obtener una caracterización más completa de los microplásticos presentes en el agua».
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No hay prácticamente agua libre de estos microplásticos. Ni las del grifo ni las minerales embotelladas «con la excepción de las fósiles que han permanecido en un acuífero por miles o millones de años, cuando los cambios geológicos los sellaron, están protegidas por rocas y no están contaminadas», explica la doctora Alicia Armentia, jefa de Alergología del Río Hortega y catedrática en la Universidad de Valladolid de esta especialidad.
«El problema es que es un agua finita, se acabará y se debería por ello reservas para los bebés y los enfermos renales», añade.
También recomienda esta especialista que se emplee agua embotellada en cristal y se pida así en los establecimientos de hostelería este tipo de envase; aunque «el peso aumenta considerablemente, tanto al comprarla como al llevarla a reciclar, y por ello lo rechazamos», añade esta especialista.
No obstante, repasa el trabajo propone medidas para hacer frente a este problema. «Es fundamental reducir el uso de plásticos de un solo uso y mejorar la gestión de los residuos para evitar que lleguen al agua». Asimismo, «es necesario implementar tecnologías avanzadas en las plantas de tratamiento de aguas residuales para capturar y eliminar de manera efectiva estos microplásticos. La investigación y el seguimiento son esenciales para comprender mejor los impactos de los microplásticos y desarrollar estrategias de mitigación».
Además, «la sensibilización y la educación son herramientas poderosas para promover el cambio de comportamiento en la sociedad. Es necesario informar sobre los riesgos asociados a los microplásticos en el agua y fomentar prácticas más sostenibles en el consumo y gestión de los mismos. La cooperación internacional también juega un papel crucial, ya que la contaminación por microplásticos es un problema global que requiere esfuerzos conjuntos y políticas más estrictas a nivel global·.
Asimismo, recoge como fundamental la investigación continua y la colaboración entre diferentes sectores.
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