El campeonato de España de selecciones autonómicas de voleibol ya trajo en 2019 a la familia Valles Orrios a Valladolid. Sonia, jugadora del Club Voleibol Alcañiz, fue elegida para representar a Aragón en la categoría infantil. Este año Sonia volvió a ser seleccionada, ... aunque en categoría cadete. Sus padres, José Ángel y Marta siempre la acompañan a lo largo del territorio nacional en los diversos campeonatos que disputa, ya sea con el club de la localidad turolense o con la elástica aragonesa.
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En anteriores ocasiones, sus otros tres hijos les acompañaron a descubrir Valladolid. Pero esta vez se han quedado en casa. Marta cuenta que repite hotel porque le gustó mucho cómo la trataton y la experiencia que tuvo en él hace dos años. Situado cerca del Polideportivo Pisuerga, lugar donde se celebra la competición del 15 al 18 de julio, será el hogar de los Valles Orrios durante las cuatro noches de estancia que pasarán en la ciudad.
Pero lejos de quedarse en el ámbito deportivo, Marta asegura que tanto ella como su marido se acercarán a pasear por el casco histórico. Más o menos lo conocen, pero siempre les gustó recorrer sus calles y disfrutar tanto de los monumentos y actos culturales como del tapeo vallisoletano. Entre la compra de recuerdos, estancia hotelera y gasto en comidas y cenas, Marta calcula que dejarán en la ciudad un total de 800 euros. 100 al día por cada uno de los dos. Pero más allá del gasto, lo que esperan es poder regresar a Valladolid varias veces más para disfrutar del deporte y la ciudad.
Rafael Mesonero Asociación de Confiteros de Valladolid
La Asociación de Confiteros de Valladolid confía en una mejoría en su facturación respecto a 2020, año aciago en el que las restricciones mermaron las ventas de pastelería. Pero este año se antoja algo más dulce que el anterior en cuanto a ilusión por vender. «Al tirón que suele tener el negocio entre la clientela local, los confiteros notamos la demanda de los foráneos que se animan a probar la repostería vallisoletana», apuntan.
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Dulces para recordar
Con la relajación de las restricciones y la vacunación avanzando día a día, los confiteros están notando que la gente vuelve a entrar en sus locales. Desde la confitería Vitín aseguran que «los turistas se suelen llevar dulces a modo de recuerdo de su paso por la ciudad».
La tarta Valadar, los mantecados de Portillo o las pastas de piñones son algunas de las delicias que los viajeros adquieren en las confiterías locales para recordar su visita con buen sabor de boca. «De las personas que se acercan a Valladolid, la mayoría suelen ser de Madrid y del norte, y entre el 30% y el 40% de quienes vienen a conocer la ciudad suelen cerrar su estancia comprando algún tipo de postre o dulce local», afirma Rafael Mesonero, presidente de la Asociación de Confiteros de Valladolid. Para este periodo estival, los confiteros vallisoletanos también tienen puestas sus esperanzas de facturación en los eventos deportivos.
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Familia Fernández Sisniega Torrelavega
La familia Fernández Sisniega acudía ilusionada el pasado fin de semana a Valladolid. Celia, gimnasta del Club Torrelavega, venía con las ganas de demostrar el nivel que durante seis meses de esfuerzo trató de alcanzar. Para arroparla, sus padres, Laureano y María Jesús vinieron a apoyarla. Y es que no se disputa un campeonato nacional todos los días. Desde tierras cántabras, llegaron a la ciudad dispuestos a disfrutar de la gimnasia rítmica en el Polideportivo Pisuerga. Para ello, eligieron para alojarse un hotel en Arroyo de la Encomienda en lugar del centro de la ciudad. Las competiciones, que trajeron casi cuatro mil participantes a la capital, complicaron la búsqueda de alojamiento del 23 al 30 de junio. El pasado sábado 26, nada más llegar comieron y pasaron la tarde entre las tiendas del centro comercial Río Shopping, donde pudieron disfrutar del comienzo de las rebajas estivales.
Tras dar un paseo por Arroyo, al día siguiente, domingo, no se alejaron demasiado de los alrededores del hotel y el polideportivo para que Celia no se desconcentrase. Ya por la noche, tras el éxito en la competición al haberse proclamado campeona de España en categoría juvenil, fueron a celebrarlo al centro de la ciudad. Tras la cena, vinieron las copas con el resto de integrantes de la expedición del club cántabro. El lunes, a la hora de partir, emprendieron el rumbo de vuelta a casa dejando un total de 500 euros en la ciudad y con la satisfacción de llevarse el campeonato y un recuerdo inolvidable de Vallladolid.
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