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Había curiosidad por ver un espectáculo de calle diferente. Laguna de Duero se caracteriza por su afición a los espectáculos callejeros, motivo por el que año tras año se mantiene, y con interés creciente, el teatro de calle, se recuperó el pasacalles nocturno con ... pirotecnia –este año con ‘Theos Foc’ que la compañía Scura Splats sacó a la calle el viernes por la noche– se apostó ayer por la compañía Tiritirantes con ‘Ulterior viaje’.
Un pasacalles espectacular en el que seis personajes divertidos y entrañables recorrieron calles y plazas con una familia de criaturas fascinantes de hasta cinco metros de altura. Se trata de una aventura en el tiempo, un espectáculo familiar y un pasacalles colorista y muy cercano con el público, donde los seis personajes sorprendieron a los laguneros y visitantes con sus peripecias; ‘Segundo’ caminando sobre una bola gigante de hojalalata, ‘Ainé’ cautivó con sus acrobacias aéreas y los dragosaurios asombraron con sus habilidades e incluso se dejan montar. «Hemos pretendido hacer un viaje a través del tiempo en el que vamos al futuro para regresar al pasado para intentar cambiar lo que se nos avecina, que no es otra cosa que la destrucción del planeta», declaraba Jacinto Cienfuegos, uno de los miembros del grupo. Y para ello empujan al público a que les acompañen con música y acrobacias.
Casi media hora antes del comienzo del espectáculo, había ya numerosas personas y muchos niños en el punto de inicio, el embarcadero del entorno del lago, sorprendidos por los artefactos y criaturas que minutos más tarde recobrarían vida: dragosaurios, una bola gigante, un manitú tuneado del que colgaba la cinta en la que Ainé asombraría con su acrobacias… Un pasacalles diferente y divertido.
Primera parada del recorrido, la plaza de la Iglesia: pidieron la colaboración del público, salió un niño al que, tumbado, le pasaron por encima los dragosaurios en un «máximo riesgo», insistían desde Tiritirantes. Felizmente no pasa nada. Continuaba el espectáculo hacia la Plaza Mayor, donde subieron a una niña a lomos de un dragosaurio en una experiencia que tardará en olvidar.
«Qué bonito, qué bien, la verdad es que es algo diferente», se podía escuchar de forma constante durante y después del espectáculo. «Nuestra compañía estrena espectáculo cada dos años, pero todos los días hay que ensayar porque el cuerpo hay que mantenerlo en forma», afirmaba Cienfuegos, quien tras finalizar el pasacalles se mostró gratamente sorprendido por la reacción del público: «Teníamos miedo a la reacción del público por la mañana porque en los espectáculos matutinos la gente suele estar menos activa que por la tarde. Pero el público de Laguna ha encajado muy bien desde el principio».
Ya por la tarde la cita, una vez más, se encontraba en la plaza de toros con los novilleros Luis Manuel Terrón, de Badajoz; Juan David Garzón de Madrid y Darío Domínguez, de Íscar. Novillos de El Cahoso, nobles, bien presentados, pero sin mucha fuerza. Luis Manuel Terrón, escuchó silencio en su primero y aplausos en su segundo; David Garzón aplausos y aplausos; y Darío Domínguez, con una oreja en el primero y que perdió el triunfo en su segundo por culpa de la espada. Destacó también el par de banderillas del vallisoletano Mario Campillo.
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