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Muchos son los nombres propios asociados a la historia vital de este parque vallisoletano. Desde el florentino que lo convirtió en plantío a Luis Gallego Martín 'El Catarro', el barquero del estanque del Campo Grande; sin olvidar al escritor Miguel Delibes o al alcalde Miguel Íscar, durante cuyo mandato el plantío se transformó en jardín romántico.
Nacido en Florencia en 1715, cursó estudios en el Seminario de Nobles de los jesuitas de Liorna y en 1734 entró al servicio de José del Campillo, intendente general del Ejército español de Italia. Desempeñó los cargos de contralor (encargado de controlar los gastos) de los hospitales del Ejército y de oficial de la Contaduría de Provisión de Víveres del mismo. Cuando Campillo, de vuelta de Italia, fue elegido intendente de Aragón, colocó a Astraudi como secretario de la intendencia. En España trabajó en el Ministerio de Hacienda y en el de la Guerra. Fue promovido a comisario de Guerra recibiendo varios destinos, entre otros, la administración del canal de Castilla, a las órdenes de Múzquiz. Acabó su carrera como intendente en Valladolid, donde llegó el 26 de octubre de 1786, tras su paso por Toro y Jaén. En los apenas tres años que estuvo al frente del cargo (se jubiló en 1789) convirtió el ejido comunal que era hasta entonces el actual Campo Grande en un plantío. Astraudi también fue el responsable de la plantación de arbolado en el Espolón y las Moreras.
Nacido en Matapozuelos en 1828 fue alcalde de Valladolid entre 1877 y 1880, donde vivió con su familia desde los 17 años. Entre los años 1847 y 1850 trabajó como escribiente, lo que le permitió tratar con la burguesía vallisoletana, clave para su trayectoria profesional. Fue nombrado alcalde el 16 de marzo de 1877, cargo que ocupó hasta su repentina muerte, a causa de un derrame cerebral. Entre las obras de su mandato destaca la canalización de la Esgueva, la construcción de tres mercados municipales (el de Portugalete, el Campillo y en Val) y, entre otras, la transformación del Campo Grande en jardín romántico. Antes que alcalde Miguel Íscar fue un importante hombre de negocios. Fundó la empresa de fabricación y venta de materiales de construcción 'Perillán y Compañía', heredó de su padre la dirección y representación en Valladolid de 'La Urbana', compañía francesa de seguros y formó parte de 'Pérez Calderón y Compañía', empresa constituida en 1863 para edificar el Teatro Calderón.
Nacido en 1842 en la localidad barcelonesa de San Andrés del Palomar, estudió en la Escuela de Horticultura de Gante (Bélgica), apadrinado por el empresario Ferran Puig, propietario de la fábrica Vapor del fil, quien subvencionó sus estudios. A su regreso a España fue nombrado director de Parques y Jardines de Barcelona. Una de sus primeras responsabilidades fue el proyecto jardinístico del parque de la Ciudadela, realizado entre 1872 y 1888. Fuera de Barcelona es el responsable de los planos de la Alameda de Apodaca en Cádiz, el Campo del Moro, parque del Palacio Real de Madrid, y el Campo Grande de Valladolid.
El proyecto del Campo Grande llegó a sus manos en 1877, a través del antiguo gobernador de Valladolid, Cástor Ibáñez de Aldecoa, que ocupaba el mismo cargo en Barcelona. Realizó diferentes visitas a la ciudad del Pisuerga junto con Manuel Llord, director honorario de arbolados, levantó un plano y dictó un informe que la comisión correspondiente aceptó con escasas modificaciones. Las obras comenzaron poco después bajo la dirección de su sobrino y ayudante, Francisco Sabadell, quien más tarde se convirtió en el encargado de los jardines y paseos de la ciudad, trabajando también para los Ayuntamientos de Palencia, Zamora, Burgos y Santander.
Nacido en Valladolid en 1925, era nieto de un conocido pescador del Pisuerga, Juan Martín, apodado 'El Catarro', fundador de una saga cuyo sobrenombre han recogido todos los demás miembros de esta familia de marcada vocación fluvial. Comenzó ayudando a su primo Lucio en el negocio de alquiler de barcas del Pisuerga, hasta que en 1976 pasó a colaborar con su tío Marcelino en la barca del estanque del Campo Grande, tarea a la que se dedicó casi hasta el final de sus días, siendo ya octogenario. Al grito de «Decid adiós, que nos vamos a Canarias», Luis Gallego embarcó durante 34 años en su barca La Paloma a los niños que querían conocer de cerca a los patos Yogur, Mermelada Cuchara o Culopepinillo, entre otros, y escuchar las imaginativas historias de este barquero vallisoletano que forma parte de la memoria colectiva de la ciudad.
Vino al mundo el 1920 en Valladolid muy cerca del Campo Grande, en la casa familiar del número 12 de la Acera de Recoletos. Indisolublemente unido a su ciudad natal -«soy como un árbol que crece donde lo plantan», afirmaba el escritor, quien en 1998 hizo de su novela 'El hereje' un homenaje a Valladolid, con mención al 'brasero' del Campo Campo. Muchos son los vecinos de Valladolid que recuerdan cuando se cruzaban con el escritor vallisoletano en su paseo diario en el Campo Grande, uno de los lugares más frecuentados por el autor de 'La hoja roja' o 'La guerra de nuestros antepasados'. Considerado uno de los principales referentes de la literatura en lengua española, la obra de Miguel Delibes revela una clara fidelidad a su entorno, a Valladolid y al campo castellano. Desde 2020, año del centenario de su nacimiento, una escultura de bronce, a tamaño natural, con sus 1,82 de altura, recuerda al escritor armado con su boina, su bufanda y su periódico, a las puertas de este parque, que tantas veces paseó. Ramón García en el capítulo que dedica al autor de 'El Hereje'. «Yo creo que hay pocos lugares en el mundo tan apacibles y gustosos como este parque nuestro», recuerda Ramón García, biógrafo del escritor, que éste le comentó en una de sus charlas por la sendas de este jardín vallisoletano. García le contestó extrañado: «¿En el mundo has dicho?» A lo que Delibes respondió seguro: «En el mundo he dicho».
Una historia de: Sonia Quintana
Fotografías y vídeos: Ramón Gómez y Rodrigo Ucero
Infografía y diseño: Fran González y Pedro Resina
Coordinación: Liliana Martínez Colodrón
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