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Los profesores y alumnos del Allúe Morer, en una clase impartida este miércoles en la vieja estación de La Esperanza. HENAR SASTRE
Coronavirus y educación: La escuela que va más allá del metro y medio

La escuela que va más allá del metro y medio

El colegio Allúe Morer, en Valladolid, impulsa un proyecto con el que imparte clases en parques y plazas del barrio para combatir el absentismo y atraer a nuevo alumnado

Víctor Vela

Valladolid

Jueves, 24 de septiembre 2020, 07:06

Un temor invade el cuerpo de Rubén García, profesor del colegio Allúe Morer (en Delicias), cuando entra en alguna de las aulas del colegio en el que imparte clase. Ve los pupitres separados, como islas diseminadas con escuadra y cartabón, con ese metro y medio que es amenaza de frontera emocional, y teme, teme que la pandemia traiga de vuelta esa escuela tradicional en la que el maestro hablaba y los chavales, desde su sitio, sin apenas moverse, escuchaban sin más.

Ese es su gran miedo: el regreso –obligado por las restricciones del coronavirus– a una forma de educar que parecía ya superada. «Durante los últimos años hemos trabajado mucho para crear clases dinámicas, en la que los niños interactúen y participen... que colaboren». Y ahora, no quieren que el corsé sanitario afecte a la metodología de trabajo. Hay escuela más allá del metro y medio de separación.

Y lo demuestran en este inicio de curso con un proyecto que busca la implicación de los escolares y de las familias. Siempre que pueden, los estudiantes del Allúe Morer salen a la calle. La ventilación de sus aulas se hace a lo grande: no solo abren puertas y ventanas para que corra el aire, sino que, si es posible, también los escolares salen fuera para recibir clase.

Durante esta semana, varios grupos han visitado el parque de la Paz (donde han dibujado y practicado yoga) o el jardín botánico de las antiguas naves de Enertec, donde han conocido varias especies de árboles (aligustres, magnolios, cipreses) y han compartido en redacción con sus compañeros lo que más les ha gustado de aquel lugar.

Este miércoles, se acercaron la Estación de la Esperanza, vestigio ferroviario que les sirvió para repasar los medios de transporte y para asistir a un concierto participativo de música tradicional. Noemí Lebrón y Juan Enrique Martín, profesores del centro e integrantes del grupo Rúa Folk, les enseñaron canciones populares, como 'Estaba el señor don Gato' o 'Una pulga y un ratón'. Y para acompañarse, el sonido de dos cucharas como instrumento de percusión.

Habib, Alejandro, Nadia, Paula, Mohamed, Chorouk, Yénifer, Alba y Sofía (de un grupo burbuja de primero de Primaria, las ratios aquí son muy bajas) participaron en el peculiar concierto y disfrutaron de una jornada de aprendizaje que quiere ser ejemplo de la línea de trabajo del centro. «El curso pasado hicimos un esfuerzo importante para atraer familias a nuestro colegio. La imagen que se tiene del Allúe Morer es la de un centro con un alto porcentaje de población inmigrante y de etnia gitana. Es verdad, pero lo importante de nuestro colegio no es eso. Lo relevante es nuestra apuesta, la formación que queremos que reciban nuestros alumnos, basada en el respeto y la creatividad», explica Henar Rubio, directora del colegio.

«Lo primero es la salud, pero se pueden hacer muchas actividad más allá del pupitre», asegura, al tiempo que recuerda que estas actividades sirven también para atraer a los alumnos a clase y evitar el absentismo, elevado los primeros días, pero ya normalizado, «después de que las familias vieran el compromiso y la seguridad de nuestras propuestas», incide la directora.

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