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«Escuché un crujido y el árbol cayó sobre mi coche y reventó la luna»Marcos Encinar estaba en el interior de su coche en la calle Real de Burgos de Valladolid cuando comenzó a escuchar pequeños crujidos el jueves por la tarde. No le dio más importancia. Pensó que se trataría de «alguna rama» agitada por el viento. «Estaba ... dentro del vehículo (un Suzuki Grand Vitara) esperando a mi pareja; llevaba un par de minutos escuchando ruidos raros, pero para nada pensé que fuera a ocurrir algo», recuerda.
Hasta que, «de repente», apenas unos segundos después, escuchó un fuerte estruendo. Miró por la ventana y, sin darle tiempo a reaccionar, un árbol de grandes dimensiones se desplomó sobre el Suzuki en el que se encontraba. También dañó otros dos vehículos que estaban estacionados junto al suyo, aunque estos sufrieron abolladuras menores. «Escuché un crujido muy grande, miré por la ventana y vi cómo me caía el árbol encima y me reventó la luna delantera», explica este joven, quien apenas sufrió heridas como consecuencia del fuerte impacto.
La «buena carrocería» del todoterreno evitó que sufriera heridas de gravedad. No quiere ni pararse a imaginar qué habría pasado si le hubiera ocurrido con un coche más pequeño. Tampoco si no hubiera habido una valla que amortiguara la caída del ejemplar. «En parte ha aguantado bien el impacto por eso; si fuera un coche más pequeño le hubiera provocado muchos más daños, pero funcionalmente no tiene ningún problema», señala Marcos Encinar.
Lo primero que hizo fue salir del coche. Apenas cinco minutos después ya se encontraban en la zona varias patrullas policiales y los Bomberos. «Cuando salí, un hombre ya estaba llamando a emergencias. La verdad es que me costó salir, tuve que empujar la puerta con mucha fuerza porque había muchas ramas y me corté un poco», incide este joven.
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No acudió a urgencias porque «no tenía casi nada». Pero «al llegar a la habitación», relata, notó que «algo me pinchaba un pie». «Pensaba que era alguna rama que se me había metido, pero tenía pequeños cristales que se me habían clavado en el pie y con unas pinzas logré quitármelos; no fue gran cosa», apostilla.
Ahora, solo le queda esperar a que los seguros se pongan de acuerdo para arreglar los desperfectos que tiene el todoterreno. La luna delantera es la parte más dañada, aunque también tiene un retrovisor roto y «bastantes rayones y abolladuras». «No ha estropeado ni las puertas ni nada funcional del coche, así que no ha acabado muy mal», sentencia Marcos Encinar.
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