Cómo escapar de un incendio en Valladolid: «Quedarse en casa es más seguro que evacuar»

El trágico incendio que el pasado jueves se cobró la vida de diez personas en un bloque de viviendas del barrio valenciano de Campanar ha provocado no solo que muchos ciudadanos se cuestionen la seguridad de los edificios donde residen, sino también que se pregunten qué se debe hacer ante un fuego en el interior de un edificio.

«Lo que más nos preocupa a nivel de bomberos de toda España es que nos da la sensación de que después del incendio de Valencia se ha transmitido un rumor entre la gente de que no es seguro quedarse en la vivienda cuando hay un incendio de estas características», apunta Javier Reinoso, jefe del Servicio de Extinción de Incendios de Valladolid, quien señala que lo ocurrido en el Campanar es «un caso excepcional», ya que lo normal sería que las viviendas estuviesen hechas de cerramiento de ladrillo, donde la progresión del fuego por fachada es prácticamente imposible.

Ante lo sucedido, al Cuerpo de Bomberos de Valladolid le ha surgido una nueva preocupación. «Nos inquieta que la gente piense que hay que evacuar en estos casos, porque el 90% de los edificios que nos encontramos en Valladolid no se parecen en nada al de Valencia», explica Reinoso, quien recalca que «hay que ser juiciosos y valorar muy bien las posibilidades a la hora de confinar o evacuar un edificio en caso de incendio».

Y es que la alternativa más rápida, y que en muchas ocasiones se adopta por miedo a quedar atrapado entre las llamas, es salir de la vivienda lo antes posible. Sin embargo, esta reacción no es la que recomienda el Cuerpo de Bomberos. «En la mayoría de casos, los afectados salen de la vivienda dejando la puerta abierta», explica Reinoso. Esta forma de actuar, lejos de ser segura, da paso libre al fuego y al humo, que salen disparados por la caja de la escalera, provocando que todas las viviendas que se sitúan por encima ya no se puedan evacuar.

Una vez que el incendio se ha declarado, solo hay una opción segura: avisar al Cuerpo de Bomberos. «En ese momento nuestro personal recibe el aviso y lo confirma recabando datos de todo tipo», explica el jefe del Servicio de Extinción. Peligros aledaños, víctimas, personas atrapadas o si la zona donde se ha producido es de fácil acceso son algunas de las circunstancias que se tienen en cuenta en el protocolo de actuación. Todo este proceso se realiza desde la central de comunicaciones, que facilita estas anotaciones al personal operativo, que se desplaza hasta el lugar del siniestro de la forma más rápida posible.

«Una vez estamos en el lugar del suceso, emplazamos los vehículos de la forma más práctica posible. Damos prioridad al vehículo de autoescala, ya que tiene que estar próxima a la fachada por si hay que hacer un rescate», señala el responsable de este cuerpo de seguridad. Detrás de este se sitúa un vehículo autobomba para poder alimentar a la autoescala o, directamente, extinguir el incendio. «Y todo ello, teniendo en cuenta los obstáculos que nos podamos encontrar por el camino, tales como mobiliario urbano, vehículos, árboles, etcétera».

El protocolo de actuación en un caso de incendio está claro. Pero ¿qué ocurriría si el fuego se desarrolla dentro de la vivienda de manera atípica? «Si un incendio con las características de Valencia sucediese en Valladolid habría que tomar otras medidas, ya que estamos hablando de un fuego que se encuentra muy desarrollado cuando los servicios de emergencia llegan», aclara Javier Reinoso. «En primer lugar habría que contar con más unidades de lo normal», además de tener en cuenta «que en Valencia lo más aconsejable era salir del edificio. Sin embargo, en Valladolid, al no haber un edificio como ese, lo más aconsejable es permanecer dentro de la vivienda», indica.

Aunque parezca la opción más tentadora desde una perspectiva de supervivencia, los servicios de emergencia alertan de que puede ser la más peligrosa. Y es que al evacuar un edificio que no tiene una escalera protegida, todo aquel que intente bajar por ella, por encima de la planta en la que se esté produciendo el siniestro, va a encontrársela llena de humo o fuego y correría un grave peligro, «mucho más que si se quedase dentro de casa», recalca.

El jefe del Cuerpo de Bomberos explica que en la mayoría de los casos «el fuego toma una progresión vertical ascendente», provocando que los pisos superiores sean los más afectados y que las viviendas más bajas se evacúen o confinen con más facilidad. Las circunstancias otorgan un abanico amplio de posibilidades a la hora de actuar. No es lo mismo situarse en pisos elevados que en zonas de menos altura durante estos sucesos, al igual que es diferente si el incendio se desarrolla de día o a lo largo de la madrugada.

Reinoso recuerda la tragedia de la torre Grenfell, en el oeste de Londres, ocurrida el 14 de junio de 2017 y en la que 72 personas perdieron la vida. «Se produjo un incendio de madrugada y cuando ya estaba avanzando por encima de la planta siniestrada era imposible escapar», explica. Es por ello que el Cuerpo de Bomberos ha querido incluir una recomendación en el Plan General de Ordenación Urbana introduciendo elementos detectores para alertar antes de que el incendio abarque una magnitud «donde ya no se pueda actuar». Estos elementos, por ejemplo, son obligatorios en aquellos edificios en los que el acceso por fachada es muy difícil», añade Javier Reinoso.

Cada edificio y cada zona de Valladolid tiene sus dificultades a la hora de actuar. «En Rondilla y las Viudas nos encontramos con calles muy estrechas y repletas de coches. No obstante, son edificios muy bajos, esto hace que acceder por la fachada sea más sencillo en caso de incendio», explica este profesional. Diferente es el caso de Parquesol, donde los edificios son muy altos y en algunas zonas existen forjados bajos que no permiten introducir los vehículos de rescate.

Si se buscan similitudes en Valladolid con el edificio del incendio en Valencia, «el más parecido» es el Duque de Lerma, el inmueble más alto de Valladolid, con veinte plantas residenciales. Sin embargo, Reinoso recalca que este edificio, en caso de incendio, «está muy bien preparado, ya que cuenta con dos vías de evacuación de emergencia muy bien sectorizadas», explica. «La dificultad no iría mucho más allá de montar un tendido de extinción hasta una planta 21 o 22, pero nada más», aclara.

El jefe del Servicio de Extinción de Incendios de Valladolid lanza un mensaje tranquilizador tras la alerta desatada por la tragedia de Valencia. «Aprovechamos este momento para insistir que cada inquilino de vivienda tiene que hacer el ejercicio de pensar en su protección y valorar si en su edificio se aconseja la evacuación o el confinamiento». Y es que en el 99% de los edificios de Valladolid, en caso de declararse un fuego «lo más seguro es quedarse en casa«. «Estamos aprendiendo de lo que les ocurre a los demás para evitar que nos pase a nosotros», concluye Reinoso.

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