El director de la factoría de Horse Motores, en Valladolid, Alberto de los Ojos, en el edificio de la dirección en Valladolid. José Carlos Castillo

Alberto de los Ojos | Director de la factoría Horse Motores

«En Asia, África y América hay vehículos con motores fabricados en Valladolid»

Nueve meses después de la llegada de Horse a Valladolid, Alberto de los Ojos analiza los principales cambios que ha vivido la factoría: «el espíritu de Motores es el mismo»

Sergio García

Valladolid

Viernes, 15 de marzo 2024, 00:02

Ahora mismo, hay un motor fabricado en Valladolid que permite a un conductor circular por las calles de Río de Janeiro. Es una de las perspectivas más claras que tienen desde Horse en la capital vallisoletana, desde donde exportan el 70% de los motores que ... se fabrican. Cerca de cinco mil diarios. Allí, y desde enero de 2023, -cuando era simple y llanamente Motores y pertenecía a Renault-, Alberto de los Ojos es el director de la Factoría de Motores Horse de Valladolid . «El espíritu de esta fábrica, que es algo que los trabajadores han transmitido a través de generaciones se mantiene», asegura.

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-¿Qué ha cambiado dentro de la factoría de Motores desde el pasado 1 de julio, cuando pasó a ser Horse?

-Seguimos concentrados en hacer nuestros motores, centrados en sacar nuestra productividad y para los trabajadores la rutina es muy similar. La mayor diferencia es que ha cambiado un poco la ambición, ahora que podemos ir a otros mercados y a otros clientes. Es algo que a todos nos ha enganchado.

-Llegar hasta aquí habrá requerido de un proceso de transición, ¿cómo se ha producido?

-No ha sido de la noche a la mañana. Ha habido un proceso largo de comunicación a los trabajadores, para que entendieran bien el proyecto. Queríamos que se ilusionaran y es algo de lo que podemos estar satisfechos, porque se ha conseguido. No ha sido sencillo, pero lo más importante es que los equipos entendieran el proyecto y lo que implicaba para nuestro futuro. El principal objetivo ha sido que las operaciones no se vieran afectadas, que no hubiera impacto en los clientes por el cambio y también se ha logrado. La transición ha sido tranquila y sin alteración para los empleados y sin el mínimo impacto también para los clientes.

-En referencia a la propia producción en la factoría, ¿cómo se reparte ahora la fabricación entre motores de gasolina, diésel e híbridos?

-Es muy variable y depende del mercado. Ahora mismo el rey de la producción son los de gasolina, los de tres y de cuatro cilindros. La situación actual es que el híbrido está subiendo poco a poco, pero todavía no ha despuntado del todo. Diésel seguimos fabricando, pero bastante menos. Está claro que el híbrido está cogiendo mucho peso, cosa que es normal, mientras que la gasolina ya sobrepasó al diésel hace unos años.

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-¿Existe alguna previsión sobre cómo puede ser la situación en unos años?

-Que el híbrido poco a poco ocupará la mayor parte de nuestras ventas. Ahora está muy influido por el texto de la norma de Euro 7 y lo que va a exigir, pero sabemos que nuestros motores responderán. El híbrido es una solución que está empezando a venderse muy bien, también porque permite bastante el acceso en las grandes ciudades y es una solución interesante en cuanto a precio y prestaciones.

-¿Se puede hablar también de motores de hidrógeno?

-Uno de los objetivos de Horse es dar soluciones de movilidad sostenibles en el futuro. Por supuesto que todas las tecnologías están encima de la mesa para conseguir esa sostenibilidad y reducir las emisiones. Aspectos que se van a analizar, estudiar y que en el futuro se irá viendo qué realidad existe respecto a ellos.

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«La producción está estabilizada. No somos dependientes de Asia»

-Nueve meses después del cambio. Ahora mismo, ¿cuál es el mayor reto de Horse?

-Estabilizar. Tanto los equipos, los volúmenes y la producción. Es el esfuerzo en el que estamos y no prevemos grandes modificaciones en el corto plazo. No es fácil estabilizar en este momento, con volúmenes tan variables, con cambios de demanda y otras variaciones. Nuestra ventaja es que tenemos tres familias de motores y eso permite que si uno baja puede subir otro. Todo para buscar esa estabilización, que es el gran reto a corto plazo. El otro es posicionarnos a la demanda de Horse, el uso de datos para la toma de decisiones. Cada día fabricamos entre cuatro y cinco mil motores y cada uno genera más de un giga de datos. Con esto se busca transformar la fábrica en una donde las decisiones se tomen con esta información y hacer que el proceso productivo sea más eficiente y poder fabricar nuevas tecnologías aquí. Motores siempre ha tenido el espíritu de ofrecer lo mejor para que nuevos proyectos vengan a Valladolid.

-¿Dentro de estas variaciones entra también la dependencia de los componentes llegados de fuera?

-Es verdad que existen crisis, como la del Mar Rojo, que nos pone las cosas difíciles. Nos vemos afectados, pero tenemos unos equipos de logística muy potentes. A través de una torre de control tenemos acceso en todo momento a dónde está la mercancía. Podemos hacer un tracking de los camiones y saber cuándo van a llegar. Esto hace que seamos muy eficaces a la hora de, por ejemplo, programar el próximo barco y con ello hemos conseguido que no haya habido ningún impacto. La producción ahora mismo estabilizada por este control.

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-¿Sería posible o interesante conseguir una autosuficiencia en este aspecto?

-Nosotros fabricamos un motor que tiene 250 componentes y en concreto hacemos los cinco que aportan la diferencia tecnológica. Lo importante está en el apartado de la sostenibilidad, intentar traer lo más cerca a los proveedores. Muchos son cercanos y eso hace que no seamos dependientes de Asia. Somos capaces de organizar nuestra producción y en lo que trabajamos es en traer los proveedores más cerca para también eliminar la huella de carbono.

-¿Cuándo se espera que llegue el primer cliente ajeno al grupo Horse?

-Hace poco se ha firmado un acuerdo con Dumarey. Abre un poco unas perspectivas de desarrollar y fabricar nuevos motores. Lo más importante es estar preparados y ofrecer un buen nivel para que seamos adjudicatarios de toda esa promoción.

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-¿Y existe posibilidad real de que en relación a la asociación con el grupo Geely pueda haber un motor o un coche chino fabricado en Valladolid?

-Horse no fabrica vehículos y no es una visión que tengamos en las fábricas.

-¿Tampoco supone ningún trastorno la entrada en vigor de la norma Euro 7 para el futuro de Horse?

-El año 2035 es una fecha importante, pero tenemos por delante un buen plazo para expandirnos, desarrollar nuevas tecnologías y ser capaces de ofrecer soluciones de movilidad tanto en Europa como en el resto del mundo. Está previsto que a partir de 2035 el 50% de los motores que se venden en el mundo sigan siendo de combustión. Está claro que tendremos que trabajar para obtener más mercados donde hoy ya estamos presentes. Posicionarnos en África, en Latinoamérica o en Asía. La estrategia para entonces es reforzar y expandirnos en los mercados donde ya estamos.

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-¿Es realista pensar que para entonces haya una buena parte de motores fabricados en Valladolid que se vendan en Asia o América?

-De hecho ya es el caso. Ahora mismo la mayor parte de nuestros productos se exportan -en torno al 75%-. Principalmente a África, pero también a Europa del Este, Asia y Latinoamérica. Allí hay vehículos con motores hechos en Valladolid. Tampoco hay que perder de vista Europa y tendremos que trabajar en nuevas tecnologías que nos permitan ser más competitivos en el continente.

-Hace unos meses, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, les invitó a sentarse en la Mesa Municipal de Automoción. ¿Cuál es la relación con el Ayuntamiento?

-La relación es fluida y también con el resto de instituciones. Igual que antes había un entendimiento, este se ha trasladado ahora a Horse. Hemos tenido la oportunidad de explicar el proyecto a las instituciones y de ilusionarles, que vieran que hay una apuesta por Valladolid y que tanto la fábrica como el centro de I+D son pilares muy importantes.

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«Los trabajadores de Horse tendrán que tener un convenio propio porque no es Renault»

-¿Qué previsiones existen sobre la plantilla y posibles aumentos y reducciones?

-El objetivo es la estabilidad. La plantilla ahora es estable, tenemos productos que nos la dan, las líneas son flexibles y nuestro objetivo es seguir así y estar atentos a las posibles variaciones de volumen y adaptarnos con las medidas de flexibilidad que disponemos.

-¿Significa eso que pueden producirse situaciones donde pueda haber cambios en la plantilla debido a los cambios en la producción, como ha ocurrido en Renault?

-Las variaciones no son muy bruscas y los mecanismos de los que disponemos permiten absorber pequeñas variaciones de volumen. Nuestra visión es que ahora no haya ni caídas ni subidas.

-Este año se sentarán a negociar el convenio colectivo de Horse en Valladolid, ¿seguirán los trabajadores ligados o tendrán uno totalmente diferente?

-Tenemos que tener un convenio propio porque somos una empresa diferente. La ventaja es que en esta separación tenemos unos representantes del mismo nivel que antes, muy dialogantes y que han participado en este cambio. Todos los ingredientes están puestos para que este convenio sea positivo, sobre todo para los trabajadores, cuyo bienestar es primordial. Que estén convencidos de que este es un proyecto de futuro.

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