Enrique Martínez: «Los gestores administrativos seguimos traduciendo el idioma de la administración a los ciudadanos»
El delegado en Valladolid del Colegio de Gestores de Castilla y León destaca el «compromiso» de sus colegas de profesión, «asumiendo nuestras responsabilidades profesionales, retos, incertidumbres...»
el norte
Martes, 5 de mayo 2020, 16:07
La situación provocada por el COVID-19 y el estado de alarma han convertido el periodo de confinamiento en duras semanas de trabajo para los gestores administrativos, que no han dudado en asumir sus responsabilidades profesionales, cargadas de retos e incertidumbres, fines de semana dedicados a «estudiar nuevos decretos o modificaciones de otro anterior o noticias que puedan tener repercusión en alguno de los ámbitos de nuestros clientes, creando opinión muchas veces injustificada al compararlas con el decreto que finalmente se publica. Noticias que también tenemos que estudiar, aun así, porque van a ser las cuestiones que nos vamos a encontrar al día siguiente en el despacho», explica Enrique Martínez Llanos, delegado en Valladolid del Colegio de Gestores Administrativos de Castilla y León.
Ahora más que nunca, estos profesionales son los encargados de ejercer de traductores entre la administración y los ciudadanos porque conocen el idioma administrativo a la perfección. «Trabajamos a golpe de decreto, decretos con errores en ocasiones, en otras con diferencias sustanciales a lo expresado previamente en la rueda de prensa de los ministros que corresponda. Hemos pasado de ERTES, a posteriormente petición de prestaciones para trabajadores en plazos más reducidos en relación con los que tenía la administración, prestaciones autónomas, moratorias, contratos alquiler, subvenciones empresariales, prestamos ICO. Lo terrible es que, previsiblemente, lo que nos viene a continuación son los procedimientos concursales, cerrar empresas definitivamente».
También les está tocando dar la cara con los ERTES denegados, «con los trabajadores que no están cobrando todavía, con las empresas que no pueden pagar los gastos fijos, alquileres, luz, agua; con la información que transmiten que se les llena la boca y que luego queda en agua de borrajas. Sí, a los contribuyentes les generan expectativas que luego en la mayoría de las ocasiones son incorrectas, o hay un requisito que no cumple nadie. También nos toca a nosotros el papel de desencantar a los ciudadanos, explicándoles que a ellos no, o que sí pero hoy no…».
A ello hay que añadir la tensión a la que están sometidos los gestores administrativos «por las amenazas directas desde el Gobierno sobre la revisión exhaustiva -nosotros no podemos tener errores- que se realizará de toda la documentación presentada (ERTES,…). Con esto no quiero decir que no haya que controlar desde la administración, pero considero innecesario transmitir la duda apriorística sobre la honestidad de los pequeños empresarios y autónomos con lo que están pasando muchos de ellos. Por favor, que miren a la calle y que se atrevan a discutir qué actividad no ha cesado por fuerza mayor y ha sido fraudulento; me parecen indignantes ese tipo de comentarios».
Enrique Martínez Llanos recuerda que empresarios sin ingresos han tenido muchas veces miedo por pedir algo que realmente se ha legislado para este tipo de situaciones. «Han estado muchísimos años nutriendo de impuestos a nuestro país sin recibir ninguna prestación y ahora se pone en duda su legitimidad innecesariamente. También en esa situación nos considerarán responsables de los posibles errores que puedan suceder, ahora se apoyan en nosotros para sacarles del apuro pero luego vendrán a mirar los puntos y coma. Siempre con la administración, los gestores administrativos nos hemos encontrado con una doble vara de medir: la administración se confunde y los contribuyentes engañamos».
Desescalada
Los gestores administrativos esperan expectantes cómo se producirá la desescalada. «¿Será un dislate como el resto de medidas?», se pregunta Enrique Martínez Llanos, quien recuerda que «las pymes y los autónomos necesitan ayuda económica para que, en muchos casos, las fuertes inversiones en seguridad y prevención que van a tener que realizar no supongan el rejonazo que les faltaba en la consecución de su continuidad».
Según cálculos del Consejo General de Gestores Administrativos, una pyme con cinco empleados con atención al público va a incurrir en gastos en los próximos dos meses superiores a 8.000 euros «y después, mientras dure la obligación de mantener las medidas, se añadirían 700 u 800 euros al mes (medidas de separación de clientes, EPIS (equipos protección) para los trabajadores: mascarillas, geles, guantes, gafas…, aparte de equipos de control de temperatura, desinfecciones periódicas de las instalaciones, acondicionamiento puestos trabajo,…). Aquí nos falta el gasto en el que creo nos gustaría incurrir a todos por ser el realmente preventivo: los test. Curiosa contradicción porque tenemos una prevención de riesgos laborales que nos obligan a cumplir, aunque a nuestro Gobierno parece que nadie le obligue ni tiene responsabilidades sobre lo que nos está ocurriendo».
A todo ello hay que añadir la realidad de tener que pagar los impuestos, que, según Martínez Llanos, «únicamente se han diferido con un descuento 'racano' de intereses y sin tener en cuenta la gran reducción de ingresos o desaparición en muchos casos, unida a todas las incertidumbres que tenemos sobre cómo será el futuro a corto y medio plazo en lo económico especialmente. Y esa ayuda económica en forma de préstamo ICO se está demorando y va a llegar mal diseñado al comienzo del desconfinamiento. ¿Esta medida también va a llegar tarde?, ¿es fundamental que haya test como dicen los expertos? Parece razonable».
Homenaje
Enrique Martínez Llanos quiere rendir un homenaje a todos sus compañeros que están dedicando un montón de horas a trabajar, «dando el callo, muchas veces por fidelidad y solidaridad a clientes con los que tienes un vínculo arraigado de muchos años de relación profesional que se ha convertido en algo muy especial en muchos casos. Se acerca la desescalada, pero mirando hacia atrás veo cómo hemos escalado juntos los gestores administrativos; hemos sido una piña, colaboradores y no competidores, remando con un objetivo común y sintiendo con orgullo que somos gestores administrativos, y que saldremos adelante y conseguiremos que España vuelva donde estaba antes, mas que nunca. También debo mencionar a nuestro presidente del Consejo General de Gestores Administrativos, Fernando Santiago, inteligencia, liderazgo y sobre todo humanidad, que ha estado en la picota cada día partiéndose la cara por nuestra profesión».
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