Enésimo golpe policial para descabezar los peligrosos clanes 'Monchines' y 'Mena'

Un armamento, expuesto este jueves ante los medios, con ocho armas largas, cinco armas cortas, varias armas blancas, gran cantidad de munición de todo tipo y chalecos antibalas. Además, también incautaron 335.240 euros, diez vehículos, móviles y un dron (para labores de vigilancia).

Todo ello para descabezar los clanes de los 'Monchines', dedicados principalmente a la marihuana, y los 'Mena', cuya actividad se centra en la cocaína y la heroína. Su estructura, según insistían este jueves, se ha debilitado tras 39 detenciones en otros tantos registros en una doble operación, unificada en la denominada Santo, después de ver las conexiones existentes -«laborales», incidió Del Amo en rueda de prensa- tras meses de escuchas telefónicas y vigilancias activas. Un trabajo por el que Barcones no desistió en dar las gracias a todos los agentes que han trabajado, bajo secreto de sumario, durante 18 meses.

Las pesquisas arrancaron, como ya se detalló hace una semana, tras encontrar en un vertedero de Barrio España una multa de tráfico a E.M.G., del clan 'Mena'. Junto a ese papel, tras comprobar grabaciones de la zona, se le veía depositar restos de plantaciones en el mismo punto. Se iniciaba la investigación a los 'Mena'.

Por otro lado, de forma simultánea la Policía Nacional, tenía abierta una investigación contra los 'Monchines'. También por narcotráfico. Y también en Valladolid. Se tiraba del hilo con pinchazos telefónicos, que al final derivaron en una investigación conjunta antes de destartalar los dos clanes en dos fechas clave.

Indicios que se ejemplifican desde finales de abril de este año con llamadas entre J.P.P., del clan de los 'Mena' y en prisión desde la semana pasada, y D.M.L. (con domicilio en el barrio de Las Flores), de los 'Monchines'. En la primera conexión registrada, D.M.L. le pregunta a J.P.P.: '¿Algo de dinero le puedes dar a este?', a lo que le responde 'Pues no lo sé exactamente, igual la mitad', refleja el atestado policial, que relaciona esa conversación con el origen de una deuda relacionada con el pago de sustancias estupefacientes.

Un dinero que el miembro de los 'Monchines' le vuelve a reclamar el 3 de mayo. «Solamente te aviso..., que el día 10 el dinero, hermano», añade. Un día más tarde, refleja el atestado policial, que D.M.L. le insiste en que «necesita botes, botes para meter cosas». Un lenguaje encriptado que el receptor no entiende, lo que deriva en frases como «chacho, los tiestos», solicitándole a la par 300 tiestos para plantas de marihuana. Precisamente, en el registro de J.P.P. se hallaron «cientos de maceteros».

Seis días más tarde, el 9 de mayo, el de los 'Monchines' le pregunta al de los 'Mena' sobre el mantenimiento de una plantación de marihuana, que «a tenor de la conversación mantenida se encontraría en su domicilio». En esa llamada, según el atestado policial, «se puede apreciar claramente que se refieren sobre el tiempo que llevan las plantas de cannabis al preguntar J.P.P. '¿Cuántas semanas van?', respondiendo D.M.L. 'Creo que por la quinta'».

Posteriormente hablan de los fertilizantes que hay que echar a las plantas de cannabis con expresiones como: «'Si se me quemaron todas las ho...', en alusión a las hojas de marihuana...», se añade en el atestado.

Este es uno de los muchos ejemplos que reflejan la conexión de los dos clanes. Fue la punta del iceberg antes de que se desencadenara la doble operación.

En la primera de ellas, la Policía halló en dominios de los 'Mena', la capacidad para cultivar marihuana en sus naves. Plantaciones que requerían un enorme aporte de energía mediante lámparas de calor. Corriente eléctrica que conseguían con enganches ilegales a la red. Precisamente, una de las casas contaba con un túnel bajo tierra de cinco metros hasta una farola de alumbrado público.

En esa primera fase, el 30 de mayo, se efectuaron 16 registros domiciliarios, siete de ellos en Barrio España, más otros en Cabezón, Cubillas, Aldeamayor, Cigales, Villabáñez y Frómista (Palencia). Se detuvieron a 12 personas, de las cuales siete pasaron a disposición judicial para que finalmente cinco entraran en prisión.

La segunda fase, en la madrugada de este martes, tuvo lugar la segunda, centrada principalmente en Pajarillos, pero con registros en Las Viudas, Cigales, Traspinedo, Villamuriel, Palencia capital, Madrid, en la pedanía segoviana de Perogordo y Bilbao, para elevar los registros hasta los 23.

La investigación ha permitido a lo largo de estos meses establecer los canales de conexión entre los dos grupos, su operatividad y control de tráfico de drogas en la provincia de Valladolid y otras próximas, como Palencia y Segovia, sus sistemas de aprovisionamiento, transporte y puntos de ocultación de la droga, así como el modo de pago por medio de intercambios, en ocasiones, de sustancias en determinadas transacciones.

Precisamente, la complejidad de los clanes investigados, así como su «peligrosidad», integrados por los miembros de sus familias, con un importante arraigo durante años en los barrios en los que residen y un permanente control de los mismos (uno de los principales investigados en Pajarillos es el propietario de cinco de las seis viviendas que hay en el inmueble en que reside) han supuesto una enorme dificultad para los investigadores. De ahí, el agradecimiento eterno de Barcones a los agentes.

Una operación policial que continúa abierta, por lo que aún no se descartan nuevas detenciones.