El gerente, Javier Gómez, muestra la mascarilla transparente ideada por su empresa. rodrigo jiménez

Una empresa de Valladolid saca al mercado las primeras mascarillas transparentes

protección solidaria anticovid ·

Los EPI están diseñados especialmente para personas con problemas auditivos o dificultades para comunicarse

M. J. Pascual

Valladolid

Lunes, 16 de noviembre 2020, 07:10

Les inspiraron sus propios clientes, dice Javier Gómez, el gerente de Comercial Ulsa, que hace una pausa en su jornada laboral para contar que están «desbordados completamiente» por la avalancha de pedidos que le están llegando por tierra mar y aire desde que, apenas ... hace una semana, han decidido lanzar sus mascarillas transparentes. «Es mucho mayor la demanda que la oferta, hay días que recibo hasta 400 correos y son muchísimas las llamadas que estamos teniendo», señala, todavía sorprendido por la repercusión que está teniendo su producto. Una pequeña partida está en el mercado desde hace tan solo unos días. Desde universidades y centros de formación, asociaciones de personas con discapacidad... Hasta una federación de remo se ha interesado por ellas, para que los palistas pudieran «verse las caras», le explicó el entrenador del equipo cuando el distribuidor expresó su extrañeza. Por el momento sus potenciales clientes son del ámbito privado y ninguna autoridad sociosanitaria estatal o autonómica se ha puesto en contacto con ellos para interesarse por estos EPI traslúcidos que reducen las barreras de comunicación con colectivos vulnerables.

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«Son para realizar una función social, para personas que lo necesitan, de verdad, no por moda o coquetería», puntualiza el gerente de la firma

Fue al principio de la epidemia, en marzo pasado, cuando clientes de colectivos diferentes (geriátricos, asociaciones de personas sordas, centros educativos, limpieza...) empezaron a solicitarles un sistema de protección para el rostro que facilitara la comunicación entre las personas, pues la mascarilla tradicional es una muralla más a salvar, por ejemplo, para las personas sordas o para los ancianos, que tienen dificultad para reconocer hasta a sus propios familiares o para entenderlos cuando les hablan. Incluso para profesores de idiomas. «Llevamos mucho tiempo haciendo mascarillas, pero transparentes solo estaban las pantallas faciales que, claro, sirven para evitar impactos, pero no filtran», indica el responsable de esta empresa, que, se ufana, «lleva más de cuarenta años distribuyendo equipos de protección para manos, caídas y otros elementos de seguridad visual y respiratoria».

Los pedidos «desbordan» a Comercial Ulsa, que está especializada desde hace cuarenta años en equipos de prevención de riesgos laborales

Desde hace meses no han parado de investigar, subraya, hasta dar con el tejido adecuado para sus mascarillas transparentes, a base de poliamida, y conseguir su homologación. «Hasta que no tuvimos las homologaciones de laboratorio para que cumplieran con todos los requisitos de seguridad y salud no nos decidimos a fabricarlas». Se trata de la certificación EN146832019. No desvela Gómez exactamente dónde las hacen, porque no las fabrican en el polígono de San Cristóbal, pero son de fabricación española y eso lo subraya muchas veces.

Además del 'made in Spain' también destaca por activa y por pasiva la función social de este equipamiento. «Que quede claro que estas mascarillas transparentes son un producto muy exclusivo pensado para personas que lo necesitan de verdad, no es cuestión de moda o coqueteria», insiste el gerente de esta empresa radicada en el polígono de San Cristóbal. «No es ni para presentadores de televisión ni para guapos», bromea el responsable de la firma vallisoletana, que admite estar desbordado por el éxito de la iniciativa. El precio, 15 euros la unidad más el IVA. Son reutilizables, permiten 48 lavados y tienen una eficacia de filtración del 90%.

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