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Los hechos ocurrieron hace dos meses en la calle Ocarina, una perpendicular al paseo de Juan Carlos I, en la parte alta de Delicias, junto a los campos de fútbol, donde un conductor se empotró contra una valla, la arrancó de cuajo y su coche ... acabó literalmente en vuelo sobre un murete de hormigón. El accidente, que no tuvo mayores consecuencias, derivó en una investigación policial después de que el propietario del vehículo acudiera posteriormente a la Comisaría a denunciar que se lo habían robado unos minutos antes en otra calle del barrio.
Los agentes, a su llegada (antes de recibir la denuncia), se encontraron con el turismo vacío. Fue después cuando el dueño aseguró que lo había dejado aparcado con las llaves puestas en la calle Caamaño, a apenas un kilómetro del lugar del siniestro, y que él mismo había visto cómo un individuo se montaba en él y emprendía la huida.
La posterior investigación, a cargo de la Policía Nacional, permitió a los agentes comprobar que dicho robo nunca existió y que era el propietario el que conducía aquella noche y el que sufrió el accidente para después abanadonar allí el turismo y huir a pie. El sospechoso ha sido detenido ahora acusado de un delito de denuncia falsa.
El conductor fue arrestado el martes y quedó en libertad a la espera de juicio después de prestar declaración en la misma Comisaría, la de Delicias, en la que denunció el (falso) robo de su coche. El joven se enfrenta ahora a una posible condena de entre seis meses y dos años de prisión, tal y como recoge el artículo 456 del Código Penal.
Fuentes policiales recuerdan que una denuncia falsa obliga a invertir «recursos humanos y materiales» que se restan de otras investigaciones por hechos reales.
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