Empleados aislados como «medida preventiva»

Sin contacto con el exterior, cumpliendo con sus horas de trabajo y encerrados en la sala donde iban a mantener el encuentro con el ingeniero iraní de 32 años que este jueves dio positivo en coronavirus. Así pasaron los trece trabajadores aislados las cerca de diez horas de espera que transcurrieron desde que la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León activó el protocolo hasta que se confirmó el caso, el segundo positivo de la región.

En un módulo aislado de la Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía, uno de los dos centros tecnológicos que en la actualidad están instalados en el Parque Tecnológico de Boecillo, permanecieron hasta pasadas las diez de la noche, como «medida preventiva», tanto los empleados como los cinco compañeros del ingeniero iraní. En ese momento, Sanidad decidió que los trabajadores de Cidaut (principalmente los que desarrollan su labor en recepción) permanecerán aislados en sus domicilios y los compatriotas del ingeniero, en observación médica en el Río Hortega a la espera de su evolución.

El tiempo pasó «muy lento» en Boecillo. Los minutos parecían horas. A ello, además, hubo que sumar la incertidumbre. Los trabajadores desconocían si podían cruzar el cordón policial conformado por la Guardia Civil para acceder al interior de las instalaciones o si, por el contrario, debían volver a sus casas. Los propios agentes tampoco sabían durante cuánto tiempo se prolongaría la operación. De hecho, la ambulancia no trasladó al sospechoso hasta más de tres horas después de la alerta. Pero lo hizo a puerta cerrada. El vehículo accedió a un garaje contiguo para evitar que las cámaras -tanto de la prensa como de los curiosos que se agolparon frente a la puerta de la sede en busca de respuestas- capturaran el momento.

La jornada laboral se desarrolló con «total normalidad» en Cidaut. Este incidente no afectó «para nada». «Los trabajadores han entrado y salido con normalidad, como siempre, como si fuera un día cualquiera; el único sitio en el que no podían entrar era en esa sala, y muchos no tendrían por qué hacerlo en su jornada habitual», afirmaron fuentes próximas a la empresa. En el interior de la sala, «todo muy normal». De hecho, lograron concluir el ensayo inicialmente previsto. «Se les dijo que debían estar con mascarilla y que no podían mantener contacto con gente de fuera; ni salir, ni abrir la puerta ni nada de nada. El resto, pues total normalidad; estuvieron trabajando, se les dio algo de comer e incluso se pudo finalizar el ensayo que estaba previsto que se llevara a cabo antes de que pasara todo», aseguraron.

Pero fuera, en el exterior, la realidad era paralela. El miedo por el coronavirus caló en el entorno de las instalaciones de Cidaut incluso cuando era tan solo un caso sospechoso. Las calles de esta pequeña ciudad tecnológica enclavada junto a la nacional 601 estaban desiertas. El goteo de personas se fue aminorando conforme avanzaban las horas.

Dos patrullas de la Guardia Civil custodiaron el acceso principal a Cidaut hasta bien entrada la tarde. Minutos antes de las cinco se retiraron. Desde entonces, normalidad. La ausencia de la Benemérita y del personal sanitario lapidó cualquier ápice de sospecha. «¿Es aquí donde han dicho lo del coronavirus? Parece que está todo muy normal», se preguntaron dos jornaleros que a última hora de la tarde trabajaban frente a la empresa.

Los trabajadores estuvieron aislados hasta pasadas las diez de la noche. Pudieron marcharse a sus casas, aunque Sanidad seguirá de cerca su evolución por si pudieran presentar algún síntoma compatible con el coronavirus. Entre tanto, fuentes de Cidaut indicaron que desde hoy pondrán en marcha medidas preventivas para evitar posibles contagios. No obstante, reconocieron desconocer si la «limpieza» de la habitación donde permanecieron encerrados los empleados les corresponde a ellos o a Sanidad, si bien mostraron su «total predisposición» por retomar la normalidad «lo antes posible».

«La dirección aún no ha decidido las medidas de seguridad que se tomarán, pero obviamente ese módulo permanecerá cerrado hasta que alguien, o bien nosotros o bien Sanidad, habrá que determinarlo, lo limpie y desinfecte para que pueda volver a utilizarse lo antes posible», continuaron. Cidaut es una de las cien empresas que están instaladas en el Parque Tecnológico, mientras que el número de trabajadores asciende hasta los 3.665.

El temor por el coronavirus también se prolongó a los municipios próximos al parque. De hecho, las farmacias de localidades como Boecillo, Viana de Cega y Laguna de Duero tienen desde «hace días» las mascarillas «agotadísimas», si bien este jueves se acercó «mucha gente a preguntar». No obstante, matizaron que no tienen «previsto» reponerlas.

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