Supermercado DIA de la calle Imperial, donde tuvo lugar el robo. Á. M.

Valladolid

Un empleado de un súper tapona con su cuerpo la puerta para evitar un robo

El trabajador, que se percató por las cámaras de que dos mujeres estaban quitando los precintos de seguridad, intentó frenar a las sospechosas, aunque se escaparon

Álvaro Muñoz

Valladolid

Miércoles, 19 de marzo 2025, 19:31

El botín que finalmente se llevaron sin pagar fueron varios platos precocinados de pasta para calentar en el microondas. Todo lo demás se quedó en ... el interior del supermercado gracias, principalmente, a un trabajador. El supermercado DIA de la calle Imperial de la capital vallisoletana fue víctima la semana pasada de un robo con violencia después de que dos mujeres accedieran al local con la «única intención» de llevarse todo lo que estaba en su mano.

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De eso se percató este empleado, que prefiere no desvelar su identidad. «Sé quiénes son. Deben pertenecer a un grupo que se dedica a robar por los establecimientos», continúa el trabajador mientras, este miércoles, continúa con sus labores de cajero.

Fue él quien siguió todos los pasos de las dos sospechosas por las cámaras de videovigilancia, así que ante el temor de que hurtaran, avisó a la Policía. «En esta ocasión, los agentes se demoraron un poco», lamenta con una sonrisa en la boca y sin ánimo de criticar la intervención policial.

En esos minutos de más, este pudo comprobar que varios precintos de seguridad habían sido arrancados (no especifica cuáles fueron), así que fue directamente hasta la puerta de su supermercado para intentar frenar que estas dos mujeres abandonaran el local con un botín mayor que el de unos precocinados de pasta. «A pesar de que muchas cosas las habían dejado tras sorprenderlas, otras muchas las llevaban en el interior», continúa.

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Así que no le quedó más remedio, como última opción, que taponar con su cuerpo la puerta del establecimiento y evitar la fuga. Pero no lo logró ya que estas, según relata, le empezaron a empujar para «montarse en un coche y huir». «No paraban de gritar que me iban a denunciar porque decían que las estaba agrediendo. Evidentemente era mentira, pero se las saben todas», concluye el empleado, que puntualiza que no sufrió grandes lesiones para frenar el robo.

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