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A Francisco Álvarez Herrero siempre le atrajo la biología y conforme fue creciendo se decantó por medicina. Tres años después de terminar la carrera, recuerda aquellos años como «los mejores de su vida». Tampoco tuvo demasiadas dudas a la hora de elegir especialidad. Sabía que ... lo suyo era la angiología y cirugía vascular y, por eso, fue su primera opción a la hora de elegir. Lo mismo ocurrió al decantarse por un hospital. «Fui muy afortunado. Pude elegir lo que quería y donde quería. Ésta fue mi primera opción», comenta este joven de 26 años. «Yo tenía claro que quería una especialidad quirúrgica o médico-quirúrgica. No quería una especialidad médica o clínica. En sexto de carrera hice las prácticas en el servicio de angiología y cirugía vascular del Clínico de Valladolid y me gustó muchísimo. Vi que era una especialidad muy completa y que reunía todo lo que yo quería. Tiene una parte de endovascular y otra de cirugía abierta y tiene además, un gran potencial de desarrollo, por eso no lo dudé», comenta.
Se estuvo informando sobre los hospitales más punteros en esta especialidad y ahí surgió el nombre del Clínico San Carlos de Madrid. «Me hablaron muy bien de este hospital y por eso lo puse el primero en mi lista. Hablé con el que es ahora mi médico residente de 5º año y me contó cómo era el servicio. Me convenció lo que me dijo y lo puse como primera opción en la lista», dice Francisco que ahora mismo está en su segundo año de residencia. En julio comenzará el tercero.
Barajó también la posibilidad de quedarse en Castilla y León, concretamente en Valladolid. «También era un buen sitio en el que trabajar, pero en mi decisión de elegir Madrid como destino influyeron factores profesionales y también personales. Mi novia iba a estudiar el MIR en Madrid y era muy probable que terminara haciendo aquí la residencia, además me apetecía un cambio de aires. De todos modos, estoy muy pendiente de las cosas que pasan en el servicio de vascular de Valladolid. De hecho me consta que la primera elección de toda España, dentro de la cirugía vascular para los MIR, ha sido la del Clínico de Valladolid. Estoy muy bien en Madrid, pero tal vez en un futuro no descarte volver a Valladolid a trabajar como médico adjunto. No lo sé», confiesa.
De su trabajo le gusta todo, sobre todo «operar y resolver los problemas de los pacientes». Le encanta el trato con las personas. «Hablo con ellos antes de las operaciones y después en consulta. Ver que todo ha ido bien y se les ha mejorado la calidad de vida, es muy satisfactorio», concluye.
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