![Valladolid en el No-Do: concurso de arada entre agricultores de la provincia y capea en San Isidro 1943](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201906/04/media/cortadas/carro6-kMcE-U80295104811bbG-624x385@El%20Norte.jpg)
![Valladolid en el No-Do: concurso de arada entre agricultores de la provincia y capea en San Isidro 1943](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201906/04/media/cortadas/carro6-kMcE-U80295104811bbG-624x385@El%20Norte.jpg)
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«Preocupación constante del Estado español es la exaltación del labrador y del campo», decía el locutor del No-Do del 21 de junio de 1943 (desde el minuto 1,26). El noticiario se acercó hasta Valladolid para asistir a un certamen agrícola que se ... celebraba en la ciudad, junto con un campeonato de azada que tuvo lugar a mediados de mayo, con motivo de la fiesta de San Isidro labrador. El programa de mano del No-Do dice que se trataba de la cuarta edición del concurso. La hemeroteca de El Norte recuerda que la de 1943 era la sexta edición.
«Representantes de toda la provincia demuestran magníficamente su habilidad y su pericia», continúa la locución, mientras las imágenes muestran varias mulas en las tierras de labor y mujeres con pañuelos entre el público asistente. Después, se celebró una capea y una improvisada corrida, donde salió mal parado un perro, que sufrió un revolcón. La jornada estuvo amenizada por dulzainas y numerosos mozos bailaron una jota.
Contaba el periódico de la época que la celebración comenzó en la iglesia de San Lorenzo, donde «minutos antes de las diez de la mañana llegaban los primeros carros frente a la puerta principal del templo». Después de la celebración religiosa, los mozos montaron en los carros camino a la ermita del santo.
«Los carros engalanados ocupados por las simpátiacs mozas labradoras, desde San Lorenzo hicieron el recorrido siguiente: plaza de Santa Ana, calle de la Pasión, Plaza Mayor, Lencería, Quiñones, Duque de la Victoria, Campillo, Rondilla de San Antón, plaza de la Cruz Verde, calle de Tudela, plaza Circular y paseo de San Isidro. El paso de los carros, anunciado por disparo de cohetes y por los alegres sones de las dulzainas fue presenciado por numerosos público», continuaba la crónica del diario.
Allí tuvo lugar una nueva celebración religiosa. A su término, se celebró una procesión alrededor de la pradera. «Tuvo lugar a continuación la sencilla ceremonia de bendecir los campos donde por la tarde habían de celebrarse las pruebas del concurso». Y ese fue el concurso cuyo desarrollo captó el No-Do.
Las series comenzaron a las 16:00 horas en el páramo de San Isidro, después de la bendición de los animales que iban a participar. «Se había levantado una tribuna presidencial en el centro, que había de ser ocupada por autoridades y jerarquías». «Desde bastante antes de la hora anunciada comenzó a afluir a la explanada numeroso público, que se colocaba alrededor del campo acotado, así como los aradores representantes de los diez partidos judiciales de la provincia. Asimismo, fueron llegandolos carros ocupados por las geniles mozas labradoras», escribía el cronista de El Norte.
La clasificación del concurso, que se desarrolló en cinco fases, terminó con Segundo Aguado Mucientes como ganador. El labrador, de 19 años, procedía de Trigueros del Valle (y ya en 1942 obtuvo el segundo premio). En segundo lugar quedó Valerio González Moras, de La Mudarra, de 17 años. La tercera posición fue para Alejandro Pérez Caño, de Wamba. En cuarto lugar quedó Elías Velasco Arranz, de Manzanillo. El quinto lugar fue para Adrián Duque Paredes, de Fuensaldaña.
«En el momento de ser conocido el fallo, se desarrolló una escena de simpática emoción, motivada al abrazarle su madre, hermana y mozas labradoras de dicho partido. Segundo no podía ocultar su alegría, demostrada en el transcurso de las felicitaciones de que le hicieron objeto autoridades y jerarquías», continuaba El Norte.
Después, comenzó el desfile de los concursantes «con los pares de mulas y carros engalanados, ocupados por labradoras y labradores, ante las autoridades y jerarquiás, que elogiaron debidamente la nota de color«.
Al día siguiente, en Madrid, el secretario del Ministerio de Agricultura elogió el concurso de arada celebrado en Valladolid «que, a juicio del señor Rein, constituye un exponente de estímulo para el trabajador agrícola, y añadió que está dispuesto a fomentarlo de suerte que en su día pueda llevarse a cabo el concurso regional y más tarde el nacional, porque resultó verdaderamente emocionante el momento de etrnegar el premio y colocar la banda el arador de Valoria, considerado como el que mejor lo hace en la comarca».
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