Música para el himno comunero de Castilla

Hemos acertado». Con esas dos palabras Luis López Álvarez dio su beneplácito, en 1976, al trabajo de musicalización de su obra cumbre, el poemario 'Los comuneros', por parte de Nuevo Mester de Juglaría. Con este disco, el grupo de folk segoviano, pionero en la recuperación, reelaboración y divulgación de la música de raíz, cosechó grandes éxitos. Vendieron 100.000 ejemplares y con él perpetuaron el recuerdo comunero durante generaciones. De entre todas las canciones una especialmente, la que cierra el disco, se ha convertido en himno no oficial de Castilla. 'Canto de Esperanza' arranca con estos versos: «1521 y en abril para más señas, en Villalar ajustician a quienes justicia pidieran. ¡Malditos sean aquellos que firmaron la sentencia!». Versos que claman libertad para Castilla y que resulta difícil leer sin entonar con la música que los llevó a en los escenarios.

El poema 'Los comuneros' de López Álvarez es una epopeya descriptiva de la Guerra de las Comunidades de Castilla y del ajusticiamiento de sus cabecillas, que fueron mártires de sus ideales de libertad y precursores de la democracia. La obra retrata fielmente la que sin duda fue una gran revolución social y política. No salió como sus impulsores esperaban; sin embargo, hoy en día es considerada como el germen del constitucionalismo europeo. Sabedor de su importancia, el poeta berciano Luis López Álvarez publicó en 1972 este poema épico sobre la gesta comunera, bajo el sello de Cuadernos para el Diálogo.

Fernando Ortiz, miembro fundador del grupo Nuevo Mester de Juglaría, cuenta en esta entrevista cómo hicieron los arreglos musicales de esa obra poética de gran rigor histórico y toda su posterior repercusión. Cerca de cumplir los 52 años desde su formación Nuevo Mester de Juglaría es, junto con Los Sabandeños, el decano de los grupos de música folk en España.

–¿Cómo surgió la idea de musicalizar el poema de Luis López Álvarez?

–El nuestro es un trabajo de difusión, pero también de recopilación y de investigación sobre el folclore. Tenemos cerca de 30 discos, dos libros y hemos realizado más de 2.000 conciertos por toda la geografía española y también en América y Europa. 'Los Comuneros' es un disco imprescindible para nosotros como grupo, y también para buena parte de nuestro público. El poema llegó a nuestras manos en 1973, al año siguiente de su publicación. Nos encantó el romance y enseguida pensamos en hacer una adaptación con elementos musicales de la tradición castellana. Pedimos permiso a Luis López Álvarez, que en aquel tiempo estaba trabajando en La Habana. Le escribimos una carta que él nos contestó dándonos permiso. Enseguida nos pusimos a trabajar.

–¿Cómo fue el proceso de musicalizar el poema en un momento en el que la recuperación de libertades era un tema candente?

–La adaptación en sí, no fue complicada por las propias virtudes que tenía el texto. El poema tiene todas las esencias de un romance tradicional. Es un cantar de gesta y tanto la métrica, como la claridad de la narración, nos facilitaron mucho la tarea. Además, el grupo en ese momento tenía un importante archivo de canciones recopiladas. El texto es largo y no cabía en un disco, por tanto, hicimos una selección de los episodios que pudieran ser más interesantes, de forma que también tuvieran coherencia cronológica e histórica. Fue un trabajo conjunto y en unos meses estuvo preparado el disco. Entre todos hicimos una historia coherente y respetuosa con el espíritu del libro. Luis López Álvarez nos dijo que a raíz de la musicalización se habían vendido muchos libros. Cuando preparamos y grabamos 'Los comuneros', en 1976, España estaba en un momento muy especial. Comenzaba a dejar atrás una dictadura, y la ilusión por un proceso que pudiera devolver las libertades al pueblo español era muy grande, no solo para la gente más joven, sino para la mayoría de la población. Toda esa ilusión fue poco a poco dando lugar a lo que se ha llamado la Transición, que fue y sigue siendo uno de los logros políticos y de convivencia más importantes en la historia de la España contemporánea. En este contexto, para nosotros la publicación del disco nos hizo pensar que, desde el punto de vista de la cultura de nuestra tierra, estábamos aportando nuestro granito de arena a aquella ilusión y a aquel momento colectivo.

–¿Cuál fue la reacción del autor cuando le mostrasteis el resultado de vuestro trabajo?

–En aquel entonces él trabajaba como diplomático en La Habana. A finales de 1976, nos comunicó que viajaría a España y concertamos con él una audición del disco. La hicimos en Segovia, en casa de un amigo común, Carlos Carrasco. Primero escuchamos la cara A, luego la cara B y cuando terminó, Luis solo dijo dos palabras: «Hemos acertado». Ese mensaje tan escueto, a nosotros nos llenó de satisfacción, primero porque al hablar en plural significaba que se sentía parte del proyecto y segundo, porque nos dio el visto bueno, que era algo que lógicamente nos preocupaba. Era un proyecto que habíamos llevado a cabo con miles de kilómetros de distancia y sin más consulta que una carta. Nos emocionaron mucho esas dos palabras que pronunció. Fue una noche inolvidable.

–¿Cómo fue la reacción del público ante este trabajo?

–Fue conmovedora. Nos sorprendió muchísimo el éxito tan rápido que tuvo. Se llegaron a vender muchos miles de ejemplares del disco. Estuvo en las listas de éxito y las canciones se hicieron imprescindibles en los conciertos, especialmente 'Castilla canto de esperanza', que poco a poco se fue convirtiendo en una especie de himno no oficial de la identidad castellana. El disco fue muy importante. De hecho, al grupo le sirvió como una reafirmación de su razón de ser. Nos animó a continuar y aquí seguimos.

–¿Recuerda alguna anécdota especial de aquellas primeras actuaciones con el disco?

–La primera audición de 'Los comuneros' tuvo lugar el 21 de julio de 1977, en la plaza Juan Bravo de Segovia. Después estrenamos en el Teatro Monumental de Madrid y a partir de ahí, recorrimos toda España. Fue memorable el estreno en Las Atarazanas Reales de Barcelona. Hubo lleno absoluto y al acabar el concierto, se produjo una manifestación de fervor castellanista. Todo se llenó de banderas, algo que en aquellos momentos y en aquella ciudad nos resultó emotivo y sorprendente.

–¿Y Luis López Álvarez cómo vivió el éxito del disco?

–Lo vivió con enorme satisfacción. Estuvo muy implicado y además, participó varias veces en el espectáculo. Algunas partes del mismo son narradas y cuando venía a España en ocasiones hacía de narrador. Participó en teatros tan emblemáticos como el Monumental de Madrid o el Calderón de Valladolid, eso quiere decir que se sentía a gusto con la adaptación y con nosotros. La relación con Luis siempre fue excelente.

–¿Qué les llevó a ampliar su trabajo en 2004?

—En el momento de sacar la primera versión, los discos de vinilo permitían una duración máxima de 20 minutos por cara. Con la llegada de los CD, que admitían una duración mayor, decidimos realizar una segunda versión con algunos de los episodios históricos que no pudieron tener cabida en el primer trabajo. Lo grabamos en directo en numerosos teatros de toda España. Hemos llegado al V Centenario de los Comuneros y el disco sigue vigente, sigue escuchándose y siendo una referencia en nuestra tierra.

–Han sido muchos 'Villalares' llevando voz a la campa. ¿Qué supone eso para el grupo?

–Efectivamente, hemos estado muchas veces en Villalar y eso nos emociona tremendamente, porque allí se establece una complicidad enorme con la gente que escucha el concierto. El grupo allí se convierte en un mero transmisor de sentimientos y emociones. En Villalar siempre es mucho más importante el público que el grupo. El pasado 23 de abril, en pleno confinamiento, quisimos estar presentes en la celebración, pero esta vez fue de forma 'on-line'. Nos ayudaron con el montaje, ya que era algo a lo que no estábamos acostumbrados. Fue una actuación emotiva y que tuvo una gran acogida, con más de 100.000 visitas en YouTube.

–En este pueblo tienen hasta una calle con su nombre.

–Villalar siempre se ha portado bien con nosotros. Nos dedicó una calle situada junto a la Plaza Mayor. Es algo que nos llena de orgullo. También hemos sido pregoneros de sus fiestas. Reconocimientos que son para nosotros muy entrañables. Villalar tiene una historia valiosísima y es un orgullo que nos haga partícipes de ella.

–¿Tienen en mente nuevos proyectos relacionados con el poema de Luis López Álvarez?

–El disco 'Los comuneros' es un elemento importante en la cultura tradicional de la comunidad, por eso estamos haciendo los arreglos de una nueva versión, junto con la orquesta sinfónica, que pretendemos estrenar en verano si la pandemia lo permite y lo ponemos a disposición de la organización del V centenario, que curiosamente no se ha acordado del Nuevo Mester para los actos.