Salida del Rally París-Madrid desde Versalles a las cuatro de la mañana.Wikipedia
Así recibió Valladolid en 1903 a los viajeros del accidentado rally París-Madrid
Historias de aquí ·
Los vallisoletanos celebraron una fiesta con música de la banda militar de Isabel II, la rondalla del Orfeón Pinciano y un lunch servido por el Café Suizo
Corría la tarde del domingo 24 de mayo de 1903. En los alrededores de Colegio de San Gregorio –actual Museo Nacional de Escultura- se congregó una inmensa multitud para presenciar la llegada de los turistas y de las personalidades y autoridades de la ciudad que iban llegando al lunch servido por el Café Suizo en el patio del Colegio. La fiesta fue amenizada por la banda militar de Isabel II y la rondalla del laureado Orfeón Pinciano.
El motivo de semejante expectación era, ni más ni menos, que la recepción que las autoridades habían organizado para agasajar a los viajeros franceses («touristas» los llamaba de forma afrancesada El Norte de Castilla) que, procedentes de París, habían ido llegando a Valladolid a lo largo de la mañana. Vinieron en 39 vehículos y tenían como objetivo llegar a Madrid. Las crónicas no dan detalle del número exacto de turistas, pero en algunos de los coches venían hasta cuatro pasajeros. Se trataba de los coches que quedaban en carretera de los 61 que se habían inscrito en la capital gala.
Noticia publicada en El Norte de Castilla el día 24 de mayo de 1903
Aquella caravana de vehículos era un espectáculo por todas las poblaciones que pasaba. El motivo de tal excursión era preceder, siguiendo el mismo itinerario, al Rally París-Madrid que los gobiernos de Francia y España habían organizado para deportistas automovilísticos y que saldría de París el día 24- justamente el mismo en el que los turistas hicieron su entrada en Valladolid-.
Noticia publicada en El Norte de Castilla.
Para las autoridades españolas aquella caravana de turistas, y el Rally que estaba a punto de salir de París, se habían convertido en un asunto de Estado, y así lo entendieron las autoridades de las localidades por las que ambos eventos habrían de pasar. Por eso, Valladolid se aprestó a dar a aquellos viajeros que llegaban con sus vehículos a velocidades que rondaban los 60 kilómetros por hora, la mejor de las bienvenidas posibles. La portada de El Norte de Castilla saludó la llegada a la ciudad con el deseo de que los turistas franceses, cuando volvieran a París, con su testimonio rompieran la leyenda de una España de folletín, sumida en la incultura y plagada de bandoleros de trabuco y manolas de navaja en la liga.
Entraron por el barrio de Santa Clara, donde la Diputación –presidida por el señor Recio- y el Ayuntamiento con Queipo de Llano como alcalde, habían instalado un arco de follaje adornado con escudos y banderas, al igual que el arco que pusieron en el Paseo de Zorrilla, por donde el día 25 saldrían los turistas camino de Madrid.
El público se apiñaba a lo largo de su recorrido por las calles de Valladolid, y la chiquillería rodeaba, curiosa, los vehículos según iban aparcando. Y al decir de los entendidos, el mejor vehículo que llegó fue un Spider Mercedes de 28 caballos.
Tras el agasajo en el Colegio de San Gregorio, los turistas fueron hospedados en los hoteles France, Iberia y Siglo. Precisamente a las puertas de este último se dio comienzo a la salida hacia Salamanca a partir de las siete de la mañana del día siguiente, 25 de mayo. En Tordesillas la caravana fue recibida con cohetes y el Ayuntamiento les agasajó con una demostración de bailes populares.
Hotel de France -actual residencia universitaria Reyes Católicos- en la calle Teresa Gil. El Hotel Iberia estaba en la calle del Peso, y el Siglo en la calle María de Molina.
El Norte
Y ¿qué fue del Rally oficial París-Madrid, que comenzó el 24 de mayo? Pues que resultó ser un desastre, un absoluto desastre.
De Versalles salieron 127 coches grandes, 23 pequeños y 47 motocicletas, que debían llegar a Madrid en tres etapas, y desde el primer momento se produjeron graves accidentes. Para hacernos una idea de las velocidades que podían alcanzar aquellos vehículos diremos que los que acabaron la primera etapa rodaron a una media ligeramente superior a los 100 kilómetros por hora. A la salida de Poitiers volcó el vehículo de Marcel Renault con el resultado de gravísimas lesiones que le produjeron la muerte dos días después. También fueron atropellados algunos peatones y murieron varios participantes. Total, que al día siguiente, 25 de mayo, un despacho de París comunicaba que el Gobierno francés suspendía la carrera en vista del aterrador número de desgracias ocurridas en la etapa París-Burdeos. Seguramente en tal cancelación pesó mucho el accidente de Monsieur Renault, que también tenía a su hermano Louis en carrera. Según informe oficial de París, entre pilotos, copilotos y espectadores murieron once personas y hubo diecisiete heridos de diversa consideración. Probablemente algunas de las causas de estos accidentes se debieron a que los vehículos, capaces de alcanzar altas velocidades, tenían sin embargo deficientes sistemas de frenado.
Marcel Renault y su copiloto en plena carrera.
Wikipedia
No obstante, la caravana de turistas que se supone iba precediendo a la competición suspendida continuó su marcha hasta llegar a Madrid.
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