Tras varios años trabajando como dependiente en la tienda que los almacenes zaragozanos Juan García y Hermano tenían en la calle Lonja -había otra en la calle Santiago-, Félix Cabero Merino (Valladolid, 1914) abrió su propio negocio en 1944 en la calle Angustias. «Aprendió el ... oficio de mozo en el comercio Juan García y Hermano y, un año antes de casarse, decidió abrir una tienda, a la que bautizó como cariñosamente llamaban a mi madre, Susy», cuenta Rosa Cabero, una de las cuatro hijas del matrimonio. En Juan García y Hermano coincidió con Manuel Soler de encargado quien, dos años más tarde, en 1946, también dejó de trabajar en los almacenes aragoneses para abrir negocio propio, Soler, en el número 2 de la calle Santiago; otro de los comercios históricos de Valladolid.
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Sonia Quintana
Géneros de punto Susy nació siendo una pequeña mercería «especializada en ropa interior, lanas y ropa para niños y gente mayor«, apostilla Rosa Cabero. Siete años después de su apertura, en 1951, Félix Cabero decidió buscar un local más grande y trasladó su comercio a los números 17 y 19 de la calle Teresa Gil, donde permaneció hasta 1980, año en que este comercio bajó la persiana para siempre. «Venía mucha gente de los pueblos de la provincia a comprar pelerinas, toquillas, refajos, pololos, pantalones y 'culottes' de felpa...», relata la segunda hija del matrimonio formado por Félix Cabero Merino y Jesusa Martínez Álvarez, 'Susy', hermana de la mujer de Jesús, hijo del fundador de Soler y padre de Manuel y José Luis, quienes dieron continuidad al negocio familiar hasta que cerró sus puertas en 2003.
«Mi padre quería tener un gran escaparate... y lo tuvo. Toda la fachada de los dos locales. Boinas, sombreros de paja, medias de seda, fajas... Se vendía de todo», afirma orgullosa Rosa, quien recuerda cómo junto a sus tres hermanas –María Jesús, Mariángeles, 'Ino', y Lola– pasaban muchos ratos en la trastienda del local «recogiendo y quitando cajas». Además del fundador, el comercio tenía «dos dependientas y mi madre, que iba por las tardes. Había siempre mucho jaleo».
Géneros de punto Susy bajó la persiana para siempre en 1980 cuando Félix Cabero decidió jubilarse. Ninguna de sus cuatro hijas quiso seguir los pasos de su padre. «En los años ochenta el negocio había cambiado mucho; ya no era como al principio. Había mucho más comercio en Valladolid y las modas también habían cambiado, Empezaron a ponerse de moda las 'boutiques'. La gente de los pueblos ya no necesitaba venir tanto a la capital y nosotras ya nos habíamos dedicado a otra cosa», rememora Rosa, quien recuerda que en la época de su padre primaba la calidad. «Eso también cambió».
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