La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valladolid y su Provincia fue una beneficiosa institución que, a caballo entre los siglos XVIII y XIX, contribuyó a impulsar importantes mejoras en la ciudad que paliaron su deteriorada imagen. Quieren los avatares de la historia que los archivos y el libro de Juntas de tan ilustre corporación hayan desaparecido, mas sí se dispone de variada información, como la que nos han legado el Diario Pinciano, los legajos conservados en el Archivo Histórico Nacional, las actas del Ayuntamiento de Valladolid, así como diversos documentos e informes de la Sociedad: por ejemplo, la presentación que 'hizo en 1816 del mítico «trillo económico en obsequio de los labradores'.
José Mariano Beristáin, fundador del famoso Diario Pinciano, que a pesar de haber tenido la efímera vida de un año y medio –entre1787 y 1788-, fue el primero de los periódicos que ha habido en Valladolid y se considera uno de los mejores periódicos de la España del siglo XVIII, fue uno de los creadores de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valladolid. Precisamente por este singular personaje sabemos de los primeros pasos de la Sociedad en Valladolid, que se fue gestando en el año 1783 en tertulias «de personas bien intencionadas, instruidas y laboriosas animadas por el amor y celo del bien público». Pronto se corrió por la ciudad la intención de estas personas principales de solicitar que se concediera a Valladolid, como ya se había hecho en Madrid, en Valencia y en otras importantes poblaciones, la creación de la Real Sociedad, una institución alentada por el mismísimo Carlos III.
Socios y donantes procedentes de la burguesía, la nobleza, el clero...
Con fecha de 23 de septiembre de 1784, su Majestad el Rey extendió la real Cédula por la que se confirmaba su creación en Valladolid y se aprobaban sus estatutos. Como se ha dicho, detrás de esta patriótica institución estaban representantes distinguidos del ámbito de la Industria, la Agricultura y las Artes.
Aquella noticia se recibió con especial satisfacción, pues Valladolid vivía momentos de postración y con un caserío relativamente abandonado que reflejaba un pasado esplendoroso pero decadente. Aunque la Chancillería, un gran número de iglesias y conventos, y la Universidad, contribuían a que la ciudad mantuviera cierto tono de actividad económica.
Plantación de Floridablanca. Por la carretera de Cabezón desde la puerta de Santa Clara hasta el Carmen de extramuros. Año 1785.
A partir de ese momento se incorporaron en calidad de socios o donantes las más diversas personas e instituciones procedentes de la burguesía, la nobleza, el clero, la cultura, la milicia, los gremios, el obispado, parroquias y conventos. Nadie con un nombre o una posición social quería quedarse fuera de ser colaborador de una institución alentada por el mismísimo Carlos III, cuya finalidad era difundir la nuevas ideas y conocimientos científicos y técnicos de la Ilustración, así como fomentar la economía de villas, ciudades y provincias donde se creaba.
Muchos y variados fueron los objetivos de la institución. Entre ellos se pueden destacar la plantación de árboles (una actividad por entonces asociada a la mejora de la salubridad pública), la creación de una Academia de Medicina y Cirugía para formación de alumnos y profesores, la educación de la juventud, tanto de primeras letras como de índole profesional (creando algunas escuelas gratuitas para niños y para niñas de familias sin recursos: en 1820 la Sociedad tenía bajo su tutela diez escuelas), la protección de las Artes (surtió de obras artísticas a la Academia de Nobles Artes), el apoyo a los artesanos y campesinos, combatir la pobreza o socorrer a los jornaleros en aquellos meses del año en los que escaseaba el trabajo, y por último también hay que destacar el auxilio económico que la Sociedad prestó a los afectados por las perjudiciales inundaciones del Esgueva el 25 de febrero de 1788.
La huella actual de la Real Sociedad Económica de Amigos del País en Valladolid
De aquella actividad han quedado importantes testimonios: un plantío de árboles, especialmente moreras, en la orilla del Pisuerga a su paso por Valladolid (también a lo largo de algunos canales de la provincia), arreglo de caminos en municipios como Castrodeza, Ciguñuela o Medina de Rioseco, el impulso a un moderno arado que habría de revolucionar la productividad agrícola, estimuló el cultivo de la patata (producto entonces escaso en Valladolid), el establecimiento de una fábrica de manufacturas de lana, el primer ordenamiento del Campo Grande, el ambicioso plan de soterramiento de las Esguevas, la creación de un hermoso plantío que se extendió desde Santa Clara hasta el convento del Carmen Descalzo (más conocido como extramuros). Jardín o paseo que se conoció como de Floridablanca –a la sazón conde y secretario de Estado de Carlos III- en reconocimiento al apoyo que brindó a la Sociedad. El paseo se inauguró en 1785, tal como rezaba en una inscripción que se puso en la Puerta de Santa Clara. Este paseo ajardinado, que no llegó al siglo XX, sirvió de modelo para los que más tarde hizo el Ayuntamiento en el Prado de la Magdalena y el paseo de San Isidro.
Trillo que contribuirá al mayor rendimiento de los cultivos.
El historiador Enciso Recio concluye en un trabajo sobre la Real Sociedad que las realizaciones de ésta fueron estimables en el campo de la cultura y la educación, las obras públicas y la asistencia social. Pero tuvo sus carencias por la falta de realismo de algunos proyectos, y de respaldo económico, que intentaba paliar con ingresos procedentes de corridas de toros y la explotación de pastos y madera del Prado de la Magdalena. En su declive influyó el celo del Ayuntamiento por ejercer competencias que durante un tiempo impulsó la Sociedad: en 1820 tuvo que entregarle las diez escuelas que tutelaba.
Esta ilustrada institución también existió en América y en otros países de Europa. Y en lo que a la provincia vallisoletana concierne diremos que hubo en los más variados municipios, como Tudela de Duero, Nava del Rey, Alaejos, Medina del Campo, Medina de Rioseco, y otros.
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