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Remodelación de la Plaza de Poniente en los años treinta. Archivo Muncipal de Valladolid
Historia de Valladolid: la plaza de Poniente, el primer parque infantil de la ciudad

El primer parque infantil de Valladolid

Historias de aquí ·

El Ayuntamiento prohibió que las parejas utilizaran Poniente para manifestarse su cariño ya que era un lugar dedicado a los niños

Jesús Anta

Valladolid

Jueves, 16 de febrero 2023, 00:06

El 7 de enero de 1887 se subastaron las obras de instalación de una fuente en el centro de los jardines de la plaza del Poniente. Ganó el concurso la Fundición del Canal Gonzalo Bayón. Se trataba de una fuente monumental de hierro formando un macizo jardín en el que sobresalían seis náyades y un cisne. Todo ello en el centro de un amplio pilón de piedra. Se conoció como la Fuente del Cisne, que años después –abril de 1892- se reinstaló en la Pérgola del Campo Grande.

Aquella fuente era en alguna medida el remate de un nuevo espacio ganado para disfrute de la ciudad. Durante siglos la actual Plaza de Poniente había sido una huerta atravesada por el ramal interior del Esgueva y que se conocía como explanada de San Benito. El ramal, que cruzaba por todo el centro de la ciudad se había soterrado en este punto hacia 1863 y desembocaba en el Pisuerga bajo el llamado Puente de la Cárcel, por estar en aquel lugar hasta 1851 la cárcel de la ciudad. En ese mismo momento el Ayuntamiento ya comenzó a reformar la explanada para convertirla en un nuevo jardín o plaza, en el que en 1871 se instaló el alumbrado con farolas de gas, que sustituyeron a las viejas farolas de aceite.

Boceto de la Fuente del Cisne, hoy instalada en la Pérgola de El Campo Grande.

La fuente no solo adornaba los nuevos jardines, sino que sirvió, mientras de ella salió agua (se averió pronto) para abastecer al vecindario de aquel barrio. El agua para la fuente se había traído en 1864 para un abrevadero próximo a la explanada de San Benito mediante una conducción desde la fuente de la Ría, al pie de la fábrica de Harinas la Perla. Aquella conducción también sirvió para acondicionar un lavadero en las Moreras –a la altura más o menos de donde hoy se encuentra la playa-.

Los nuevos jardines se mejoraron en 1888 con la instalación de dieciocho bancos de hierro y madera pues eran muy necesarios habida cuenta de que según el Ayuntamiento, «aquellos bonitos jardines eran muy concurridos y visitados». También los construyó Gonzalo Bayón. Ese mismo año se instalaron unas marquesinas de hierro.

Un jardín de 8.500 metros cuadrados que no paró de mejorarse mediante una plantación de árboles compuesta de acacias, olmos y abundantes sophoras, también conocidas como árbol de las pagodas o acacia del Japón. Tal era el aprecio de la ciudad por aquellos jardines, que el Ayuntamiento contrató un guardia con su correspondiente caseta.

No hay que olvidar que estos jardines se estaban construyendo a caballo entre el antiguo Espolón Viejo –más o menos por el actual puente del Cubo- y los jardines de las Moreras (antes Espolón Nuevo), un lugar muy concurrido y apreciado por el vecindario.

Desde entonces, aquella explanada a espaldas de la ciudad comenzó a consolidarse como un espacio urbano en cuyos edificios, que poco a poco se iban construyendo en sus inmediaciones, se establecieron toda clase de negocios y actividades: en 1867 se abre una academia mercantil teórico-práctica, en 1887 se inaugura un balneario con el nombre comercial de 'Balneario del Poniente' y que se promociona indicando que está frente al cuartel de San Benito e inmediato a la «florida plazuela del Poniente», etc. Ya entrados en el siglo XX, se instalaron las cocheras y garajes de la Sociedad Española de Automóviles que comenzó a prestar servicio de coches de línea con diferentes poblaciones de Valladolid y el resto de Castilla. Una empresa que en 1900 trajo magníficas berlinas de hasta veinte asientos y gran comodidad aptas para circular por las infernales carreteras de la región.

La estación de coches de línea La Regional, que se instaló en unos locales del Poniente en los años 30, en 1956 presentaba un deplorable estado y se hacía patente la necesidad de que la ciudad dispusiera de un lugar apropiado para ofrecer este servicio.

La Plaza de Poniente, parque infantil

Ante la escasez de lugares apropiados para que jugaran los niños, el Ayuntamiento pensó en los Jardines del Poniente, y en 1933 se remodela el lugar con juegos infantiles, así como la construcción de un bar, retretes y una biblioteca infantil. También se añadieron unas columnas de figuritas que representaran a personajes infantiles de la época. En mayo de 1934 estaban concluida la reforma de la «nueva» plaza del Poniente, adornada con Pipo y Pipa, Lolín, Bobito, La lechera, Pinocho y Pichi.

Una de las columnas con figuras infantiles. Archivo Municipal de Valladolid

La creación del parque infantil fue acompañada de la prohibición por el Ayuntamiento de que las parejas utilizaran este lugar para manifestarse su cariño, pues aquello era un lugar solo para niños.

Con el paso del tiempo las figuritas terminaron por deteriorarse y en 1996, en una nueva reforma, se instalaron doce nuevas esculturas respetando la idea original de 1934. Ya no queda ninguna, se retiraron antes de su completa destrucción vandálica.

Biblioteca de la Plaza de Poniente. Archivo Municipal de Valladolid

La última remodelación urbanística de calado que ha conocido la plaza fue la construcción del Instituto Núñez de Arce, destinado en un principio para alumnas, diseñado por el afamado arquitecto Miguel Fisac, que entró en funcionamiento en el curso 1969-1970 y que, lógicamente, terminó por ser un instituto mixto. Se construyó sobre unos terrenos cedidos al Ayutamiento en 1959 por el Ministerio de Defensa.

Las esculturas de Rosa Chacel en la esquina del Poniente con plaza de la Rinconada y la de Jorge Guillén, instalada en el centro del parque, una en 1996 y la otra en 1998, ambas del escultor vallisoletano Luis Santiago Pardo, han terminado por configurar un atractivo espacio ajardinado.

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