El primer coche «made in Valladolid»

Salió de la cadena de terminación de la fábrica, situada en aquel momento en el número 44/46 del Paseo del Arco de Ladrillo, el 18 de abril de 1953. Ese mismo día se lo presentaron al alcalde de Valladolid, José González Regueral, y al resto de capitulares en el mismo Ayuntamiento. Tenía cuatro puertas, cuatro caballos y cuatro plazas. De ahí lo de «4/4». Llevaba el número de fabricación 00001 y había sido inscrito en tráfico con la matrícula M-106.801. Además de las seis rallas brillantes de la parte delantera, llevaba una chapa ovalada con el nombre de FASA dentro del capó y el escudo de la ciudad de Valladolid en el centro del volante.

Algunos lo llamaban «haiguita» por sus formas aerodinámicas. Las primeras unidades llegaron de Francia en cajas para ser montadas en Valladolid mientras finalizaban las naves del Paseo del Arco de Ladrillo. Como ha escrito Moisés Miguel Gandarillas, entonces perito industrial, jefe de taller de la factoría y autor de un libro decisivo para conocer la fabricación de aquel histórico vehículo, el compromiso inicial con el Ministerio de Industria consistía en llegar a montar 25 coches diarios con una plantilla de 400 personas, y que el 10% del vehículo fuese de fabricación nacional. Desde la primera unidad, sin embargo, el 25% del valor de las piezas era de origen español.

Las malas lenguas, empero, decían que todo en el vehículo era francés y que lo único español era el aire de las ruedas. No solo no era cierto (todo el equipo eléctrico, el radiador de refrigeración, su cortina y los mandos de la misma eran totalmente españoles), sino que, como señala Gandarillas, el aire de las ruedas de los primeros vehículos no lo aportaba FASA, pues los neumáticos inflados procedían de la Sociedad Española para la Fabricación de Neumáticos Michelín, concretamente de su fábrica de Lasarte.

La producción en cadena comenzó el 1 de agosto de 1953. Once días después desfilaban por la ciudad, sin matrícula, los primeros 4/4 fabricados en Valladolid. Aquella llamativa caravana salió de la factoría de Arco de Ladrillo, pasó por las calles céntricas y llegó al Ayuntamiento. Sus conductores, retratados por la revista 'Rombo', fueron Ramón Atienza Meneses, industrial; Ángel Abengoechea, capitán profesor de la Academia General; Pierre Borras, técnico de la Régie Renault; Julio de la Peña Leloup, vista de Aduanas; José de la Peña Leloup, administrativo; Enrique de Isla Vallejo, encargado de Pintura; Bonifacio Doncel Bachiller, encargado de Mecánica; Julio Román Fernández, encargado de Mecánica; Ángel Muelas Alonso, maestro electricista; Santiago López González, consejero; y Manuel Jiménez-Alfaro, director-gerente.

También participaron en la caravana las primeras mujeres contratadas, entre ellas Pepita Rodríguez, Carmina Molina, Emilia Rodríguez, Conchita Cueto, Candelas, Azucena, Fuencisla Campuzano, Pilar y Nieves de las Heras. Aprovechando el acontecimiento, Miguel Delibes decidió entrevistar a Jiménez-Alfaro, quien no dudó en darle un paseo en 4/4 por las afueras de la ciudad. «Corre bien, suena bien y no es incómodo», sentenció el periodista-escritor. Aquellos 4/4 llevaban, cada uno, más de 4.000 piezas y cubrían los 252,5 kilómetros que separaban Valladolid de Madrid en dos horas y treinta y siete minutos. A primeros de octubre de ese mismo año de 1953 ya se fabricaban 10 unidades en una jornada de 8 horas. Hasta 1959, año en que el 4/4 comenzó a ser reemplazado por el modelo Dauphine, FASA construyó un total de 26.298 unidades. «El pequeño 4/4 es formidable, consume poco, anda mucho, no presenta problemas al mantenimiento», aseguraba una publicación de la época.