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Piedra sobre piedra: la discusión sobre si los indígenas tenían alma
Valladolid, piedra sobre piedra ·
En el Colegio de San Gregorio, actual Museo de Escultura, tuvo lugar en el siglo XVI la famosa 'Controversia de Valladolid'Secciones
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Valladolid, piedra sobre piedra ·
En el Colegio de San Gregorio, actual Museo de Escultura, tuvo lugar en el siglo XVI la famosa 'Controversia de Valladolid'El Museo Nacional de Escultura que atesora Valladolid no es un mero cofre: sus paredes susurran una historia propia, en forma de maravillosas filigranas de piedra que transportan al pasado. En el que fuera Colegio de San Gregorio caben historias y curiosidades sobre su elaborada ... fachada, pero también sobre un episodio histórico famoso internacionalmente, la Controversia de Valladolid. Tras el descubrimiento de América, aquí se propició el escenario para discutir sobre los derechos indígenas.
A un lado del 'round', fray Bartolomé de las Casas; al otro, Juan Ginés de Sepúlveda. Allá por 1550, el gran debate era si los indios tenían o no alma. ¿De qué derechos debían gozar los habitantes que provenían del Nuevo Mundo? Con las limitaciones de la época -para la que el dominio político castellano debía de ser incuestionable- se enfrentaban la necesidad de reconocer libertad e igualdad a los indígenas con una paternalista superioridad europea.
La Controversia de Valladolid no fue la única fotografía histórica arrebujada entre los pliegues del imponente colegio. Allí se discutió sobre la conveniencia de permitir leer a Erasmo de Rotterdam en España, por ejemplo. Fray Alonso de Burgos mandó construir este centro de estudios dominico a finales del siglo XV. Se le atribuye al autor Gil de Siloé o a su escuela, aunque no se sabe con exactitud quien trazó la edificación. Híbrida, con guiños al gótico, al Renacimiento o al mudéjar, indudablemente la construcción no terminó hasta pasado el año 1492. Uno de sus 'lunares' revela que el edificio pertenece, por época, a esos años de cambio de tercio que correspondían con el principio de la Modernidad.
Si se pone los ojos sobre el cuerpo central de su fachada se encontrará un gran árbol de la vida en el que se enroscan varios querubines. La estampa no es solo un reflejo paradisíaco del Renacimiento: lejos de ser un frutal cualquiera, se puede apreciar que el árbol es un granado. Con ese detalle el fundador rendía tributo a uno de los mayores logros de los que se enorgullecían los Reyes Católicos, la toma de Granada. Además, entre una gran profusión de motivos se distinguen señales como el escudo español o un yugo y unas flechas, que representaban respectivamente a Isabel y Fernando. Las flores de lis que se reproducen por todo el edificio lo ilustran como símbolo oficial de Alonso de Burgos, el mecenas del colegio.
Además de su elaborada fachada, el museo alberga varias joyas arquitectónicas y artísticas más allá de su colección. Entre ellas están su patio, cerrado con arcos geminados y góticos; los artesonados mudéjares que decoran su interior o la arquería de la Casa de don Rodrigo Calderón, también conocida como el desaparecido Palacio de las Aldabas. Ésta última se trasladó tras el derribo del edificio, en los años 60 del siglo XX, y permanece visible desde la calle.
Bajo el pretexto de «cristianizar» a los indígenas se había desarrollado el mecanismo de la 'encomienda', mediante la cual se les esclavizó. A partir de este sistema se organizaron los recursos de las colonias españolas. Una vez se hicieron patentes los abusos de los españoles, ya denunciados en los sermones de fray Antonio de Montesinos, los dominicos fueron los primeros europeos en reivindicar que los indios eran personas y, por tanto, tenían derechos, tal y como explican M. M. León y J. M. Aparicio, de la Universidad de Valladolid.
Así, la discusión ética, política y religiosa se extendió a lo largo de toda la primera mitad del siglo XVI y cristalizó en la Controversia de Valladolid, significativa polémica ya por el hecho de producirse. Carlos V había convocado una junta de expertos en el Colegio de San Gregorio. Mientras que Bartolomé de las Casas encabezaba el bando crítico con la acción de «los suyos» y clamaba la humanidad y la igualdad de los indios americanos; Ginés de Sepúlveda y sus partidarios sostenían que los indios eran «incapaces de gobernarse a sí mismos» y «por naturaleza esclavos».
La Junta no se decantó por ninguna de las dos visiones de manera clara, lo que suponía una victoria agria para ambos 'bandos': era el comienzo de una etapa que progresiva y lentamente avanzaría hacia los planteamientos de fray Bartolomé de las Casas.
En la actualidad, el conjunto ha conservado en buena medida su disposición originaria, y se puede acceder a través del más sobrio 'Patio de los Estudios'. La escalera que comunica sus dos pisos es también una excelsa muestra de ese arte de transición, plateresco. El Colegio de San Gregorio muestra la exposición permanente del museo de martes a domingo y en pleno centro, para aquellos que estén dispuestos a perderse entre sus muros.
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