Personajes de Valladolid: Rosa Chacel

Nacida en Valladolid en 1898, Rosa Chacel pasó sus primeros diez años de vida en la ciudad del Pisuerga, donde vivió en la calle Núñez de Arce. Debido a su delicada salud, Chacel nunca fue al colegio (salvo tres meses en los que acudió a las Carmelitas), recibiendo en casa la educación de su madre, quien era maestra y sobrina de José Zorrilla. Con sus padres aprendió a escribir, a lo que se dedicaría de mayor formando parte de la famosa Generación del 27.

A sus diez años se trasdaló a Madrid con su familia y ya no volvió a su ciudad natal hasta 1971, cuando este diario organizó, junto a Miguel Delibes, un homenaje íntimo a la escritora. En 1983 volvería a Valladolid para inaugurar la XVI edición de la Feria del Libro, donde visitó las casetas (como se ve en la foto superior) y firmó libros a sus lectores y admiradores.

En 1921 se casó con el pintor Timoteo Pérez Rubio, con el que tuvo a su único hijo, Carlos (el que aparece en la foto junto a Rosa Chacel y José Espronceda). En su etapa en Madrid escribió numerosas novelas y colaboró con revistas y diarios, formando parte del conjunto de escritores y poetas españoles del siglo XX que sí dio a conocer en el panaroma cultura de 1927.

Aunque su lugar de residencia era Madrid, vivió en diferentes ciudades a lo largo de su vida. En Europa pasó por Berlín, Italia, Grecia y París, y en España, vivió alguna temporada en Valencia y Barcelona, hasta que finalmente fue exiliada a Brasil en 1939, donde continuó su actividad literaria. Habían transcurrido más de 30 años desde su partida al exilio cuando regresó a Madrid para instalarse allí definitivamente. (En la foto, Miguel Delibes con Rosa Chacel y Luis Maté en el año de regreso del exilio de la escritora, en 1971).

Aunque la labor como escritora de Rosa Chacel es muy amplia, destaca como novelista. Es autora, entre otras obras, de Estación, ida y vuelta (1930), Teresa (1941), Memorias de Leticia Valle (1945), La sinrazón (1960), La confesión (1971), Saturnal y Desde el amanecer (1972), Barrio de maravillas (1976), obra por la que recibió el Premio de la Crítica, y el diario personal en dos partes, Ida y vuelta (1985).

En 1985, para evitar que la escritora emigrara a Brasil con su hijo por su falta de recursos económicos, la Diputación y el Ayuntamiento de Valladolid firmaron un convenio con Chacel, en virtud del cual la otorgaban una pensión vitalicia a cambio de que cediera su obra a esta ciudad. Tres años más tarde, en 1988, fue nombrada Hija Predilecta de Valladolid y Doctora 'Honoris Causa' por la Universidad de Valladolid en 1989.