Personajes de Valladolid: Rodrigo Calderón

En 1595 comenzó a servir como paje en casa del marqués de Denia, Francisco Gómez de Sandoval, quien a los pocos años se convertiría en duque de Lerma y valido de Felipe III. Calderón comenzó a ocupar un lugar de privilegio en el círculo de confianza del duque lo que, en 1598, le llevó a ser nombrado ayuda de cámara del Rey; y secretario de la misma, en 1601. Ese mismo año Rodrigo Calderón se casó con Inés de Vargas, biznieta de Francisco de Vargas, secretario de Carlos V, y heredera del señorío de la Oliva de Plasencia, con la que tuvo seis hijos: María (1603), quien falleció a los cuatro años de edad, Francisco (1604), Juan (1610), Elvira (1614), quien falleció a los dos años de edad, y Antonia María (1616).

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Grande de España, fue conde de Oliva de Plasencia y marqués de Siete Iglesias. Privado del duque de Lerma y embajador de Flandes, desempeñó los cargos de comendador de Ocaña en la Orden de Santiago, capitán de la guardia alemana de Felipe III, alguacil mayor de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid, regidor perpetuo y correo mayor de la ciudad de Valladolid. Considerado un hombre insolente, ambicioso y sin escrúpulos, fue especialmente odiado por los enemigos del duque de Lerma. En 1604 un desconocido trató de asesinarlo cuando estaba entrando en sus aposentos de Valladolid.

Fue arrestado la noche del 20 de febrero de 1619 en su palacio de Valladolid y llevado al Castillo de Montánchez primero y luego a Madrid para que confesase los cargos que contra él pesaban de asesinato y brujería. El 21 de octubre de 1621 murió ejecutado en la plaza Mayor de Madrid. Su dignidad y valentía ante la muerte le hizo merecedor del refrán «Tener más orgullo que don Rodrigo en la horca», aunque no fuera ahorcado, sino degollado, en su condición noble.

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Su cuerpo -la degollación permitió, tras una hemorragia masiva y su posterior inhumación sobre tierra, que su cuerpo se momificase de manera natural- se conserva en Valladolid, en el mismo arcón en que vino de Madrid pocos años después. La comunidad dominica de Porta Coeli, conocidas como las Calderonas, por su fundador, Rodrigo Calderón, velan su cuerpo.