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1
Dotada de «una lozanía cautivadora», cuenta en 'Un diario de la Guerra de la Independencia en Valladolid' Manuel Aparicio que Rosa Barreda, conocida como 'la ... Rosita' era una mujer de «armas tomar» que los vallisoletanos «metieron en la cama del general Kellermann» para que actuara de amante y espía. Vivía con su marido, el peletero Domingo Diez, en un piso de la Acera de San Francisco, en la actual Plaza Mayor, al que su mujer salvó la vida el 13 de enero de 1809. Napoleón había ordenado matar a cinco hombres y en el último momento, 'la Rosita' consiguió que a su marido, «el qual llegó hasta el pie del suplicio», le perdonara.
2
Fue amante del general francés François Etienne Kellermann, gobernador desde orillas del Pisuerga del Noroeste hispano (comandante en jefe del 6º gobierno: Valladolid, Palencia, León, Zamora y Toro), conocido como el 'verdugo de Valladolid'.
3
Cuando Kellermann abandonó Valladolid, en la primavera de 1811, perdió la privilegiada posición de la que había disfrutado hasta entonces. Ese mismo año fue capturada en una redada y enviada al calabozo, desde donde escribió a José I implorando clemencia. Fue condenada a dos años de internamiento en un convento por su relación con las partidas guerrilleras de Tomás Príncipe. Nunca cumplió la pena.
4
Una placa en el jardincillo de la fachada del Palacio Real recuerda a este personaje vallisoletano. Gracias a ella, entre otras cosas, se conoció con antelación el movimiento y aprovisionamiento de las tropas francesas, lo que favoreció la actuación guerrillera. Junto a su nombre aparece también el de Nicolasa Centeno, 'la Nicolasa'; compañera de 'la Rosita' en sus intrigas para derrotar a los franceses.
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