Personajes de Valladolid: Felipe IV

El reinado más largo de la casa de Austria

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Felipe IV de España, llamado «el Grande» o «el Rey Planeta» nació en Valladolid el 8 e abril de 1605 y falleció en Madrid el 17 de septiembre de 1665. Fue rey de España desde 1621 hasta su muerte, así como de Portugal hasta 1640. Reinó durante 44 años y 170 días, siendo su reinado el más largo de la casa de Austria y el tercero de la historia española, después de los de Felipe V y Alfonso XIII. Al principio de su reinado compartió las competencias de los asuntos de Estado con Gaspar de Guzmán, también conocido como conde-duque de Olivares, que llevó a cabo una ambiciosa política belicista en el exterior para mantener la hegemonía española en Europa.

Conflicto con Países Bajos

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En 1621, después de doce años de tregua, se reanuda la guerra contra los Países Bajos, alentada por Francia, Dinamarca e Inglaterra para debilitar el poder de la Casa de Austria. El marqués de Spínola consiguió ciertas victorias, entre las que se halla la rendición y toma de la ciudad de Breda en 1626 (motivo del cuadro de 'Las Lanzas', también llamado 'La Rendición de Breda', de Velázquez). Tras la muerte de Spínola y la destitución del conde de Berg, el marqués de Santa Cruz toma la dirección de la guerra. Este pierde la plaza de Maestrich en 1632. Felipe IV reconoce la independencia de las provincias unidas de Holanda el 5 de junio de 1648 en la Paz de Westfalia que también pone fin a la guerra de los Treinta Años, en la que había participado España. Las negociaciones terminan el 24 de octubre de 1648 y se firma el tratado de paz en la sala del Consejo de la Casa Consistorial de Munster.

Guerras internas

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Entre 1629 y 1630, tuvo lugar la «peste milanesa», que afectó a las costas del Mediterráneo. En 1647, otra peste se extendió por la misma zona; la ciudad de Valencia perdió el 20% de su población, y Sevilla, la mitad de sus habitantes. Por culpa del conde-duque de Olivares, comenzó una guerra en Cataluña en junio de 1640 contra el ejército de Felipe IV, que venía de luchar contra los franceses en el Rosellón. Los catalanes se declararon independientes pidieron ayuda a los franceses y nombraron conde de Barcelona a Luis XIII de Francia, quien los ayudó con hombres y dinero. La guerra duró hasta octubre de 1652, cuando el ejército francocatalán de Barcelona se rinde y reconoce a Felipe IV como soberano, si bien Francia conserva el control del Rosellón. Felipe IV por su parte firmó obediencia a las leyes catalanas. Esto da paso a la firma del Tratado de los Pirineos en 1659.; Felipe IV concedió, a Cataluña, sus antiguos privilegios.

Pérdida de Portugal

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Unos meses después de haber comenzado la guerra contra Cataluña, el conde-duque de Olivares mandó a los portugueses que fueran a ella. Esto provocó una insurrección en Lisboa el 1 de diciembre de 1640. Los conjurados proclamaron rey al duque de Braganza con el nombre de Juan IV quien marchó desde Villaviciosa a Lisboa, donde fue coronado con gran solemnidad. No tardó en ser reconocido por las Cortes europeas, a excepción de Roma. Los españoles recurrieron a las armas, pero los portugueses ayudados por los franceses y después, por los ingleses, consiguieron la ruptura con la Corona de Castilla. En enero de 1643, el conde-duque de Olivares perdió el poder y fue sustituido por su sobrino Luis Méndez de Haro.

Guerra con Francia

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A pesar de la paz de Westfalia, el ministro francés Mazarino, que sucedió a Richelieu, exigía que España entregara a Francia, ciertas ciudades de los Países Bajos, el Franco-Condado y el Rosellón por lo que se entabló la guerra con Francia; esta guerra terminó en 1659 con la Paz de los Pirineos mediante la cual España cedió a Francia los condados del Rosellón Conflanc, Artois y muchas plazas en Flandes; además se acordó que el rey francés Luis XIV, se casaría con María Teresa, hija primogénita de Felipe IV previa renuncia de ella (para sí y para su descendencia) a la sucesión de las Coronas de Castilla y Aragón. Felipe IV murió el 17 de septiembre de 1665 en Madrid, habiendo dejado como heredero por testamento a su hijo Carlos y excluyendo como herederos a los hijos de María Teresa.