Descendiente de la Casa de los condes de Siruela, Antonio Velasco de Rojas mandó levantar este palacio en el siglo XVI frente a la espectacular fachada del Colegio de San Gregorio. Situado en el número 2 de la calle Cadenas de San Gregorio, el inmueble ... perteneció en su origen a este noble, sobrinonieto de Antonio de Rojas, arzobispo de Granada; y señor de Villarias de Campos. Al servicio del emperador Carlos V, Velasco de Rojas fue nombrado en 1535 camarero de la Casa del príncipe heredero. Así este noble pasó a ostentar este cargo palaciego, responsable máximo del personal encargado de las habitaciones privadas, vestir y aseo personal del futuro rey: el chambelán de Felipe II. Antonio Velasco de Rojas fue escogido por Carlos V para viajar a Portugal a recabar noticias de la princesa María Manuela, prima hermana del príncipe y entonces prometida de éste. Fue de los pocos que estuvo con él en una escapada para vislumbrar a escondidas el aspecto de su futura esposa.
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Casado en segundas nupcias con Francisca de Silva, hija del marqués de Los Vélez y dama de la princesa regente Juana; Velasco de Rojas había enviudado anteriormente de Aldonza de Velasco, hija de Gutierre de Cárdenas, comendador de Oreja, con la que tuvo a su heredero: Pedro de Velasco y Rojas, quien se convertiría en el siguiente propietario de este edificio histórico.
Tras sucesivos dueños, entre ellos la esposa del marqués de Villena en el siglo XVII (de quien tomó su nombre) o los condes de Bagaes; en el último cuarto del siglo XIX, el duque de Pastrana, el militar Manuel Álvarez de Toledo y Lesparre, vendió el inmueble al palentino Juan Pombo Conejo, marqués de la Casa de Pombo, uno de los primeros fabricantes de harinas de Castilla (El Cabildo) y socio fundador del Banco de Santander. Su hija, Everilda Pombo Villaramiel, heredó el palacio, en el que vivió en Valladolid con su marido, Teodosio Alonso Pesquera, y sus siete hijos: Millán, Florentina, Juan, Everilda, Consuelo, Luis y María Eugenia Alonso-Pesquera Pombo. El matrimonio vivió siempre en su palacio de Valladolid. «Everilda dio vida política a la provincia con un salón en su palacio en el que moderaba las tertulias entre conservadores y liberales», destaca al respecto la Real Academia de la Historia.
Siendo propiedad de los marqueses de Alonso Pesquera la fachada se transformó radicalmente y se le añadieron los torreones laterales. Años después se convirtió en sede del Gobierno Civil para, en 1982, convertirse en un edificio anexo del Museo Nacional de Escultura. Alberga la biblioteca, la sala de conferencias, los talleres de restauración, el depósito y el belén napolitano.
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Otros edificios históricos de Valladolid
El palacio es obra del renombrado arquitecto vallisoletano Francisco de Salamanca, responsable también de la reconstrucción de la Plaza Mayor y sus calles adyacentes tras su destrucción en el incendio de 1561.
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