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Escena de 'Mr. Arkadin' rodada en el Museo Nacional de Escultura en marzo de 1954. EL NORTE
Con Orson Welles llegó el escándalo a Valladolid
El cronista

Con Orson Welles llegó el escándalo a Valladolid

El rodaje de 'Mr. Arkadin' en el Museo de San Gregorio, hace setenta años, levantó gran polémica a raíz de una dura carta publicada en El Norte de Castilla

Enrique Berzal

Valladolid

Martes, 26 de marzo 2024, 00:12

Lo que para Valladolid suponía una oportunidad inmejorable para dar a conocer al mundo entero su riqueza artística y cultural terminó convirtiéndose, sin embargo, en motivo de polémica, controversia y disgusto. Ocurrió hace setenta años y ha sido recogido, entre otros, por Clemente de Pablos en el libro 'La controversia de Valladolid', publicado en 2016. Porque tal día como hoy, pero de 1954, el Museo Nacional de Escultura acogía el rodaje de varias escenas de 'Mr. Arkadin', una coproducción franco-hispano-suiza dirigida por Orson Welles, que también intervenía en la película. La noticia fue tan bien acogida en un principio, que El Norte de Castilla no dudó en anunciarla con orgullo y dedicarle, el mismo 27 de octubre de 1954, un reportaje titulado «Cómo trabaja Orson Welles», que detallaba el desempeño profesional del afamado director.

El equipo de Welles, que venía de rodar en el Alcázar de Segovia, escogió dos patios de San Gregorio y las escaleras del siglo XV para representar una mascarada en la que participaron cerca de 300 figurantes, la mayoría estudiantes universitarios, y el mismísimo Miguel Delibes, que un año antes había sido nombrado subdirector del decano de la prensa, tal y como él mismo recordó en su artículo «Yo trabajé a las órdenes de Orson Welles», publicado el 15 de diciembre de 1985. El lugar escogido para el rodaje -San Gregorio- y el tenor carnavalesco de las escenas, a tres semanas de la Semana Santa y en un país cuyo régimen político aún prohibía los carnavales, fueron una mezcla explosiva.

Curiosamente, la llama la encendió en este periódico el redactor y poeta Félix Antonio González, quien firmaba sus conocidos Ripios como Ansúrez. En uno de ellos, publicado el 31 de marzo bajo el título «Rodaje en San Gregorio», criticaba sin artificios aquel acontecimiento: «Y [Orson Welles] montó sus reflectores/ en los ángulos mejores,/ instaló una enorme grúa/ y convirtió en una rúa los hermosos corredores./ Porque, después del rodaje,/ que duró dos días, dos,/ se vieron frutas, follaje,/ restos de calzado y traje/ y microbios de la tos./ En fin, con tanto rodar,/ tanto subir y bajar,/ tanto y tanto kilowatio/ hicieron un muladar/ de nuestro precioso patio./ Y yo creo que tal cosa/ es muy fea, muy fea,/ muy bochornosa/ y muy poco escrupulosa.../ por muy genio que se sea».

Animado por esta crítica y por otros comentarios de personalidades relevantes de la vida local, el académico de la Lengua Federico García Sanchiz mandó a El Norte de Castilla una «Carta abierta a Orson Welles» que reproducía los ataques acusando al actor y director norteamericano de «filmar un tremendo baile de máscaras en el patio [del Museo] habiendo figurado incluso en el baile religiosos con testa de paquidermo», sin reparar, además, en los «peligros materiales a los que fuera expuesto tan valioso edificio con sus inapreciables tesoros». La agencia Cifra no tardó en reproducir la misiva en otros periódicos nacionales, lo que avivó aún más el escándalo.

Arriba, otra escena rodada en San Gregorio. Abajo, el director en la película y cartel de la misma. EL NORTE
Imagen principal - Arriba, otra escena rodada en San Gregorio. Abajo, el director en la película y cartel de la misma.
Imagen secundaria 1 - Arriba, otra escena rodada en San Gregorio. Abajo, el director en la película y cartel de la misma.
Imagen secundaria 2 - Arriba, otra escena rodada en San Gregorio. Abajo, el director en la película y cartel de la misma.

Welles era una persona poco grata para los franquistas acérrimos, pues no ocultaba sus simpatías hacia la República masacrada por los militares que se sublevaron en julio de 1936, y hasta en su propio país, los promotores de la «Caza de Brujas» impulsada por el senador McCarthy le tildaban de antifascista. Este hecho, unido al jolgorio de los figurantes que actuaron en San Gregorio, alentó la animadversión hacia el director. Y eso que, como demuestra Clemente de Pablos en su libro, hasta el mismísimo Antolín de Santiago Juárez, delegado provincial de la Dirección General de Cinematografía, dejó claro que el Museo no había sufrido desperfecto alguno.

El Norte de Castilla se postuló del lado de Welles, y en su editorial del 9 de abril de 1954 aclaró que «aunque en San Gregorio se cometieron algunos excesos, no nos parece suficiente motivo para que en el futuro se prive a los directores cinematográficos de buscar en nuestros tesoros históricos los fondos o escenarios de sus obras». Lejos de amilanarse, García Sanchiz volvió a la carga y en una charla pronunciada tres días después en el madrileño Teatro de la Comedia, reiteró sus argumentos calificando lo de Welles como un «descarado y lamentable abuso de un permiso para filmar una película y no para celebrar una orgía en un lugar que merece los máximos respetos». Ante tal polémica, la productora decidió retirar de 'Mr. Arkadin' las escenas vallisoletanas, que serían incorporadas años después, y Orson Welles, en lugar de grabar escenas de la Semana Santa en nuestra ciudad, como tenía pensado, optó por viajar a Cannes.

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