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Desembarco de soldados españoles en el puerto de la Concepción de Chile. BIBLIOTECA NACIONAL

Un olmedano en la conquista de Chile

Jerónimo de Alderete, mano derecha del conquistador Pedro de Valdivia, murió cuando iba a sucederle como gobernador

Sábado, 8 de agosto 2020, 07:45

Su busto en bronce saluda al visitante a la entrada del emblemático Palacio olmedano del Caballero, con una placa que recrea la famosa sentencia de Alonso de Ercilla en 'La Araucana': «Geronymo de Alderete. Adelantado. A quien era el gobierno cometido. Hombre en estas tierras señalado y en gran figura y crédito tenido». Es el homenaje de la localidad vallisoletana de Olmedo a Jerónimo de Alderete y Mercado, uno de sus hijos predilectos pero no siempre resaltados por la historia local. Y eso que participó junto a Pedro de Valdivia en la conquista de Chile y, al morir éste, fue nombrado su sucesor al frente del gobierno de aquel país.

Nacido en 1516 del matrimonio entre el olmedano Francisco Mercado y la tordesillana Isabel de Alderete, las primeras noticias sobre su actuación en el Nuevo Mundo datan de 1536 en tierras venezolanas, a raíz de su participación en la expedición de Jerónimo Ortal al sur del Orinoco. Como ha escrito Tello Mañueco Baranda, el olmedano fue uno de los máximos auspiciadores de la sublevación que expulsó a Ortal para luego, al frente de 60 hombres, intentar encontrar el río Meta. Alderete quiso participar como oficial en la expedición que estaba llevando a cabo en Venezuela el alemán Nicolás Federmann, pero éste rehusó contar con él por su carácter de sublevado, reteniéndole en Coro.

Pasó entonces al Perú, al servicio de Pizarro, que acababa de fundar Lima, participando en las guerras civiles y en las expediciones que exploraron el Gran Chaco. Pero el momento decisivo de su trayectoria lo inició junto a Pedro de Valdivia, a quien había conocido en las guerras de Italia. Era 1539 cuando se encontraron en Tarapacá. Como ha escrito Eufemio Lorenzo, Alderete no tardó en convertirse en su fiel amigo y servidor, actuando primero en la expedición marítima al Estrecho de Magallanes y luego, muy activamente, en la conquista de Chile. Estuvo en la fundación de la ciudad de Santiago, donde fue elegido primer regidor del cabildo además de tesorero real (1541), y en 1545 firmó el acta de proclamación de Valdivia como gobernador general. Éste, a su vez, le nombró lugarteniente de capitán general.

Además de sofocar la rebelión de los hermanos Pizarro en Perú, Alderete ejerció un importante en papel en la Guerra de Arauco y asistió a la fundación de las ciudades de la Concepción (1550), Imperial, Valdivia y Villarrica (1552), realizando desde esta última importantes exploraciones. En efecto, navegó desde Santiago hasta la desembocadura del Bio-Bio, realizó la primera carta de esas costas y fue enviado en 1552 por Valdivia para dar cuenta a Carlos V de las conquistas chilenas. Cuando en octubre de 1553 arribó a Sevilla a bordo de la nao San Pedro, le informaron de que el Emperador se encontraba en Londres, por lo que partió hacia allí en compañía del capitán Hernando de Alarcón.

Imagen principal - Un olmedano en la conquista de Chile
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El olmedano se entrevistó con el monarca en febrero de 1554, fecha en la que ya había muerto Valdivia. Carlos V, a punto de abdicar la corona en su hijo Felipe, le pidió entonces consejo sobre quién podría sucederle en la gobernación chilena, proponiendo aquel a Francisco de Villagrá, que ya había gobernado en ausencia de Valdivia, y Francisco Aguirre. En vista de sus buenos propósitos, el rey Felipe II le nombró Adelantado de Chile y en 1555, en Valladolid, se le entregó la Real Cédula que le confirmaba como gobernador y capitán general de Chile, además de concederle el hábito de la Orden de Santiago.

En octubre de ese mismo año partió desde San Lúcar de Barrameda para hacerse cargo de la gobernación chilena. Iba acompañado de su esposa, Esperanza de Rueda, pero una fuerte tempestad le obligó a regresar a Cádiz y reparar la flota. Volvieron a salir algunos días después, pero las penalidades de la travesía provocaron que su barco naufragara a la altura de la isla de Taboga. Muy afectado por las fiebres que golpeaban la región de Panamá, falleció en dicha isla el 7 de abril de 1556. Su hermano, Manuel de Alderete y Mercado, obispo de Panamá, viajó a Taboga para buscar sus restos y trasladarlos a la iglesia de la Merced de aquella región, donde les dio sepultura. No tuvo descendencia con su mujer, pero sí un hijo natural llamado Diego de Alderete, que llegaría a ser feudatario de la isla de Chiloé.

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