![Ocho curiosidades para redescubrir una de las rosaledas más antiguas de España](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/05/05/1920x1080-rosaleda--1200x672.jpg)
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La Rosaleda es uno de los jardines más antiguos de Valladolid y el rubí del Parque de las Moreras, aunque ha pasado por momentos más dulces. En el mes de mayo, el mes de las flores, cuando comienzan a eclosionar sus variedades en todo su esplendor, las rosas hacen una llamada de atención colorista y fragante en la que reivindican una decidida puesta en valor que le devuelva su sitio como singular monumento paisajístico de la ciudad. No solo por su belleza, sino por todo lo que significa en la memoria sentimental de los vallisoletanos.
La Rosaleda en contexto
Parque de
las Moreras
9has
La Rosaleda
Plaza del
Poniente
Playa de
las Moreras
Desde la última remodelación hace unos 30 años se riega con agua del Pisuerga, como la mayoría de los
jardines de Valladolid
La Rosaleda en contexto
Parque de
las Moreras
9has
La Rosaleda
Plaza del
Poniente
Playa
de las
Moreras
Puente del
Poniente
Desde la última remodelación hace unos 30 años se riega con agua del Pisuerga, como
la mayoría de los jardines de Valladolid
La Rosaleda en contexto
Parque de
las Moreras
9has
Puente Mayor
La Rosaleda
Plaza del
Poniente
Playa de
las Moreras
Paseo de Isabel la Católica
Puente del
Poniente
Puente de
Isabel la Católica
Desde la última remodelación hace unos 30 años se riega con agua del Pisuerga,
como la mayoría de los jardines de Valladolid
La Rosaleda en contexto
Parque de
las Moreras
9has
Puente Mayor
La Rosaleda
Plaza del
Poniente
Playa de
las Moreras
Paseo de Isabel la Católica
Puente del
Poniente
Puente de
Isabel la Católica
Desde la última remodelación hace unos 30 años se riega con agua del Pisuerga, como la mayoría de los jardines de Valladolid
1 Un contencioso por una flor
El 8 de noviembre de 1964, un cabo de la Policía Municipal sorprendió a Jesús R., de 14 años, con otros jóvenes cogiendo flores en La Rosaleda de las Moreras. Le impuso 500 pesetas de multa y «le ocupó una bolsa con varias rosas cortadas». En el recurso de alzada, la familia del menor pidió que le condonaran la sanción «al estimar que no se trata de un acto de gamberrismo, sino una cosa de chicos realizada sin malicia». Pero el gobernador civil no se apiadó, confirmó la sanción y recordó al infractor que le quedaba la opción del recurso contencioso administrativo ante la Audiencia Territorial de Valladolid.
Seguramente esas rosas de noviembre que cogió el chico «parecían frescas pero estaban congeladas, deshidratadas, porque en los sesenta en Valladolid los inviernos eran durísimos», apostilla hoy a propósito de esta anécdota el que es jardinero responsable de La Rosaleda desde hace más de veinte años. Hoy en día, el «práctico» Jesús Pintado, ante lo inevitable, suplica a la gente que si tiene el antojo de rosa «que no la arranquen, que me la pidan». Con los pétalos de las que se marchitan, sin embargo, no hay problema. Se las piden, cuenta, para adornar el recorrido por el río de la Virgen del Carmen y también llueven sobre la patrona, la Virgen de San Lorenzo, el día de la procesión. Hasta alguna que otra novia de Valladolid ha disfrutado de una colorida y fragante lluvia de pétalos de rosa al salir de la iglesia.
El documento que inmortaliza al joven ladrón de rosas, fechado en 1965, se custodia en el Archivo Municipal de Valladolid y es uno de los escasos rastros escritos que se conservan sobre la pequeña historia del romántico espacio creado por el director de Jardines Francisco Sabadell Martínez y sus diferentes usos a lo largo de la historia reciente de la capital hasta la actualidad, resistiéndose a perder su brillo a pesar de los magros recursos materiales y humanos que se le destinan. La de Valladolid es una de las rosaledas municipales más antiguas que ornan capitales españolas, como son las de Madrid, Barcelona y Málaga, visitadas al año por miles de turistas.
2 Las Moreras, el espacio preferido por los vallisoletanos...
Juan Crespo Pereda, presidente de la asociación medioambiental AMA Pisuerga, que se conoce las riberas como la palma de su mano, enmarca La Rosaleda en el contexto del Parque Felipe II, «mal llamado» de Las Moreras, el espacio verde entrepuentes que discurre desde Tenerías a Poniente. La profesora María Antonia Virgili Blanquet, en su estudio 'Desarrollo urbanístico y arquitectónico de Valladolid (1851-1936)' refiere que la primera reforma esencial que se acometió en el Paseo del Espolón y Las Moreras data de finales de 1860, cuando esta zona de la ribera era la preferida para el esparcimiento por los vallisoletanos. Así fue hasta que se reformó el Campo Grande y entonces el paseo junto al río decayó en los gustos del público. Escribió al respecto el arquitecto municipal e historiador Juan Agapito y Revilla que «ni con las piscinas en los paseos bajos, que al fin es paraje cerrado, recobrará el Paseo de las Moreras su empaque y animación de otros tiempos». Eso fue así hasta que llegaron los felices sesenta a La Rosaleda.
3 Asomarse al viejo Esgueva por un 'agujero' en el jardín
Señala el arquitecto y urbanista Vicente Muñoz, que justo por debajo de los 8.000 rosales del jardín pasa el ramal norte del Esgueva, que viene desde San Benito para desembocar en el Pisuerga. Bajo el terraplén, en una de las esquinas de La Rosaleda, cerca de donde se levantaba el mítico restaurante bar, hay una bóveda del siglo XIX. El proyecto para recuperar esas bóvedas subterráneas y hacerlas visitables como un atractivo turístico más de la capital vallisoletana está en marcha y posiblemente, apunta el urbanista, «una parte de La Rosaleda, la zona de arena, se vea afectada con el fin de que pueda contemplarse el cauce del Esgueva». Los trabajos de prospección y 'escaneado' de los túneles para dar forma a este proyecto están ya muy avanzados, pero eso da para otra historia.
4 Grandes inundaciones borran del mapa el jardín
¿Peces entre las rosas? Juan Crespo Pereda tiene grabada en su mente una imagen que da una idea de lo que tuvo que ser la inundación de 1961, cuando él era tan solo un niño. «En La Rosaleda había charcos con peces», dice todavía asombrándose. Muchos avatares ha sufrido desde su nacimiento a mediados del siglo XX este vergel de rosales, que ha tenido que ser muchas veces replantado por la furia de las avenidas del río: hubo riadas en los sesenta, setenta, ochenta, los noventa y la histórica del 7 de marzo de 2001 que pulverizó los registros del siglo y se llevó por delante toda la ribera y alcanzó el paseo alto con La Rosaleda. Las nueve hectáreas del Parque de las Moreras (y de ellas, la hectárea del jardín de rosas) quedaron convertidas en un lodazal de proporciones gigantescas.
Superviviente de riadas y plagas de conejos y pulgones, muerta y resucitada muchas veces por el personal de Parques y Jardines (la última vez que se remodeló fue hace unos treinta años), todavía conserva el aire neorromántico que le imprimió su creador, Francisco Sabadell, aquel jardinero de la Casa Real que luego ocupó durante décadas la dirección de Jardines del Ayuntamiento de Valladolid. Hoy están cuajados de rosas trepadoras sus arcos de celosía y luce sus respaldos vegetales tallados por los jardineros para adornar los bancos de piedra. El actual jardinero principal de la Rosaleda da una fecha mágica en la que este año los rosales estarán en plena explosión de belleza: el 20 de mayo.
5 El jardinero que se trajo el Mediterráneo a Castilla
El jardinero barcelonés llegó a la capital del Pisuerga a finales del siglo XIX, de la mano de su tío Ramón Oliva, a quien ayudó a remodelar el Campo Grande. Cuando ya se había hecho un nombre como director de Jardines del Ayuntamiento -en diciembre de 1935 se le entregó una gratificación de 500 pesetas por «los trabajos extraordinarios realizados» y «como premio a su extraordinaria gestión, tanto en el orden técnico como el económico, defendiendo como lo ha hecho los intereses municipales»-, Francisco Sabadell asumió el encargo de construir La Rosaleda sobre la zona arbolada y de paseo que conectaba Las Moreras y el Espolón Nuevo. Su proyecto, que se encargó en 1945, enlazaba los dos grandes pulmones de la ciudad. El guiño al Campo Grande es evidente en la entrada principal que da al Paseo Isabel la Católica, con sus columnas rematadas por leones sosteniendo el escudo de Valladolid, una ornamentación similar a la puerta del Paseo del Príncipe.
La saga de los Sabadell arrancó con Francisco y estos jardineros se ocuparon de embellecer con sus flores y jardines varias capitales de Castilla y León. El rastro de esta familia apasionada de las rosas llega a Salamanca, Burgos, Palencia, Valladolid y hasta Zaragoza, cuenta con orgullo una de las últimas descendientes, Pilar Sabadell, hija de Andrés, el sobrino nieto de Francisco que trabajó mano a mano con él en el diseño del Valladolid verde.
«Es como si mi padre estuviera aquí», afirma Pilar bajo uno de los arcos por los que ya trepan las rosas rojas, las preferidas de su progenitor. Cada vez que se acerca a La Rosaleda de las Moreras o a su 'hermana', la del parque Ribera de Castilla, que fue creada por su padre, confiesa que siente «mariposas de emoción en el estómago». Juan Carlos I y la Reina Sofía visitaron la de su antepasado con motivo del premio del concurso internacional que ganaron en Italia y Madrid dos variedades cultivadas en ella, una de ellas, amarilla. Y enseña las antiguas fotografías. «Dicen que Paco tenía mucho carácter, mientras que mi padre le recuerdan todos por su afabilidad y su sonrisa», se emociona Pilar.
Las nuevas generaciones de los Sabadell no se han dedicado a los parques y jardines, pero las rosas nunca faltan en sus casas. «Mi abuela tenía una floristería en Salamanca y yo me volvía loca cuando preparaban los ramos para el Día de la Madre, me encantaba», recuerda de su infancia. Dice de su padre, a quien estuvo muy ligada, que su trabajo era su pasión y que se sabía de palmo a palmo los parques y jardines. «Antes de llegar a su despacho (primero lo tuvo junto a la Pajarera de Campo Grande y después, en la Casa del Agua) ya se había recorrido varias zonas para comprobar si había desperfectos o daños, o si algo faltaba», señala Pilar, que no puede evitar conmoverse al pisar el jardín de sus antepasados a lo largo de este viaje por las flores de su infancia. «Es que las rosas eran sus hijas». De hecho, Andrés Sabadell acudía a todos los concursos internacionales y formaba parte de la Asociación Española de la Rosa.
6 Bodas y comuniones
«Teniendo conocimiento de que en el Paseo Alto de las Moreras, frente a la Plaza del Poniente, se está construyendo un nuevo jardín en el que se levantará una caseta bar destinada a la venta de bebidas y similares, y siendo el propósito de quien suscribe llevar a cabo la explotación de dicho servicio, al Ayuntamiento hago la siguiente proposición». Así comenzarba la propuesta del industrial vallisoletano Mariano Heras Sierra, quien ya en 1959 se percató de las grandes posibilidades de negocio de este espacio singular asomado al río. Pero la comisión municipal prefirió sacarlo a subasta con un proyecto más ambicioso elaborado por el arquitecto municipal Carlos José Balmori López. El presupuesto, 118.245,23 pesetas.
La subasta fue en 1960 y Heras consiguió la concesión de construcción y explotación durante 15 años por la que pagaría una cuota anual de 15.325,89 pesetas. La caseta bar se inauguró en julio de ese mismo año, pero el adjudicatario no podía ni imaginar que al año de montar el negocio una gran riada iba a arrasar todos los paseos, incluida La Rosaleda. En enero de 1962 pidió al Ayuntamiento que restableciera la acometida eléctrica destrozada por la avenida, que arrasó también con todo el mobiliario del chiringuito. La Electra Popular Vallisoletana restableción el servicio dos meses después. Heras fue quien amplió el negocio en 1968 con un nuevo pabellón y un mirador al río «de unos 15 metros de largo por seis de acho», cubierto con «hierbas trepadoras y otras plantas con el fin de dar al conjunto una más bella perspectiva», se recoge en el expediente que custodia el Archivo Municipal.
La hermana de Pilar Sabadell hizo la Primera Comunión en el restaurante de La Rosaleda, al igual que cientos de vallisoletanos han celebrado los momentos más especiales de sus vidas en este espacio junto al río. Está en la memoria de los 'baby boom' vallisoletanos el auge de este espacio de ocio, cuando hacían el circuito de tráfico de pequeños, la locomotora del 'tren burra' o las pandillas de chicos y chicas se dejaban ver por la terraza con vistas al río. O cuando ligaban en la que se convirtió en la discoteca más 'cool' de este lado del Pisuerga . Más de un matrimonio se ha fraguado entre las rosas. Hoy, La Rosaleda apenas se ha convertido en un marco para los reportajes de boda y un sitio de botellón.
7 Cruzada vecinal contra el ruido
En 1975, el arquitecto municipal aconsejó renovar este espacio, «tendente a dotar a la ciudad y al parque en particular, por su especial ubicación, de unos servicios de primera calidad«. Entonces las instalaciones hosteleras habían empezado su decadencia y, al llegar el fin de la concesión, la Comisión de Ordenación y Estadística consideró que »sería conveniente hacer desaparecer el restaurante-bar pero no así la edificación, que debería aprovecharse y adaptarse para biblioteca«. No ocurrió, como tampoco cuajó después la idea de montar un acuario. En la década de los ochenta, ante el gran deterioro del antiguo bar, »foco de inmundicias y centro de actividades nada honestas«, se volvió a sacar a concurso la explotación. En 1985 se adjudicó a Juan Saso y Martínez Sagarra, para convertirlo en un horno de asar con terraza.
Los problemas con los vecinos del Paseo de Isabel la Católica como consecuencia de los excesos de decibelios comenzaron en 1987, con la puesta en funcionamiento de la discoteca al aire libre. Las denuncias por ruidos y recogidas de firmas se sucedieron. El concejal de Disciplina Urbanistíca ordenó desmantelar «de forma urgentísima» el euqipo de música al año siguiente. El Ayuntamiento argumentó «numerosas irregularidades en la explotación» y trató de acelerar los trámites para resolver la concesión, que terminaba en 1994. El último registro documental sobre los usos de La Rosaleda está fechado en 1996, cuando se llevó a cabo la demolición del edificio. La empresa de Tomás Cabezas fue la encargada del derribo, por 870.000 pesetas.
8 Esplendor a bajo coste
Para todo el extenso Parque de las Moreras hay solamente una docena de jardineros, que Jesús Pintado distribuye por equipos en las distintas zonas, según las necesidades. A mediados de abril, la cuadrilla preparaba los rosales y apenas una flor salpicaba los parterres. Ahora, el espectáculo ya ha comenzado y será a mediados de este mes de mayo, «si el tiempo no lo impide», cuando las flores alcancen su mayor expresión y belleza. Mucho esplendor a bajo coste, porque los recursos destinados a este rincón son muy menguados, como se reconoce desde Parques y Jardines.
Se echa de menos, apunta Pilar Sabadell, «que se publicite por parte del Ayuntamiento este jardín tan especial al lado del río, que tan pocas capitales tienen, que se reediten los concursos de rosas y otras iniciativas para revalorizar La Rosaleda y que forme parte de los imprescindibles del circuito turístico«. Es un pequeño monumento vegetal que solo espera una oportunidad para volver a brillar.
Tal y como brillaba hace tres décadas, cuando pasó aquella historia del joven 'robaflores' inmortalizado en el expediente, en un tiempo en el que el jardín estaba en su máximo esplendor y uso. Aunque la imagen de ciudadanos sucumbiendo a la tentación de la belleza de las rosas se repite a lo largo de la azarosa historia de este mirador florido sobre el Pisuerga. Ya casi es leyenda urbana que una madrugada, no hace mucho tiempo, las cámaras del instituto Núñez de Arce captaron movimientos extraños en La Rosaleda y, bajo la sospecha de que el emplazamiento se estuviera utilizando para el 'menudeo' de droga o quien sabe qué otros delitos, se preparó un dispositivo policial y se cerraron las salidas del parque. Cual fue la sorpresa de los agentes cuando, en lugar del 'trapicheo' se encontraron a una venerable señora en plena faena de selección y corta. Le cayeron 1.500 euros de multa.
Anatomía de una rosa
Pétalos
Perianto
Sépalos
Cáliz
Espina
Pedúnculo
o tallo secundario
Tallo principal
Hojas
Crecen en grupos de 3, 5 o 7
Partes de la corola
Sección
Estambres
Pistilo
Pétalos
Sépalos
Cáliz
Pistilo
Es el órgano reproductor femenino. También se le conoce como gineceo.
Estigma
Estilo
Óvulo
Ovario
Estambres
Es el órgano reproductor masculino. Conocido como androceo.
Saco polínico
Microesporas
Anteras
Filamentos
Reproducción
Los estambres generan esporas que maduran y se convierten en granos de polen. A su vez, el pistilo madura los óvulos en el ovario, a la espera de que se produzca la polinización.
Se puede dar por la acción de animales (insectos o aves) o del viento.
Implica el movimiento del polen de una flor a la siguiente, o entre los órganos sexuales de la misma flor.
Segundo
El polen se adhiere en él y se roza con el estigma, depositando el polen
Primero
El agente polinizador entra en contacto con los estambres
Tubo
polínico
Tercero
El polen desarrolla el tubo polínico, que llega al ovario y le fecunda
Cuarto
Se desarrolla el embrión en el interior del óvulo que será la futura flor
FLOR
Ovocélula
fecundada
Embrión en desarrollo
Ciclo de floración
Primavera
Verano
Otoño
Invierno
Período de descanso. Pierde las hojas y se podan los tallos
Reproducción
E
D
F
N
M
O
A
S
M
A
Jn
Jl
Floración
Desarrollo de los tallos y aparición de hojas nuevas
Fuente: UNNE
Plant Systematics: A Phylogenetic Approach.
Sinauer Associates Inc.
INFOGRAFÍA: FRAN GONZÁLEZ
Anatomía de una rosa
Pétalos
Perianto
Sépalos
Cáliz
Espina
Pedúnculo
o tallo secundario
Tallo principal
Hojas
Crecen en grupos de 3, 5 o 7
Partes de la corola
Sección
Estambres
Pistilo
Pétalos
Sépalos
Cáliz
Pistilo
Es el órgano reproductor femenino. También se le conoce como gineceo.
Estigma
Estilo
Óvulo
Ovario
Estambres
Es el órgano reproductor masculino.
Conocido como androceo.
Saco polínico
Microesporas
Anteras
Filamentos
Reproducción
Los estambres generan esporas que maduran y se convierten en granos de polen. A su vez, el pistilo madura los óvulos en el ovario, a la espera de que se produzca la polinización.
Se puede dar por la acción de animales (insectos o aves) o del viento.
Implica el movimiento del polen de una flor a la siguiente, o entre los órganos sexuales de la misma flor.
Segundo
El polen se adhiere en él y se roza con el estigma, depositando el polen
Primero
El agente polinizador entra en contacto con los estambres
Tubo
polínico
Tercero
El polen desarrolla el tubo polínico, que llega al ovario y le fecunda
Cuarto
Se desarrolla el embrión en el interior del óvulo que será la futura flor
FLOR
Ovocélula
fecundada
Embrión en desarrollo
Ciclo de floración
Primavera
Verano
Otoño
Invierno
Reproducción
Período de descanso. Pierde las hojas y se podan los tallos
E
D
F
N
M
O
A
S
M
A
Jn
Jl
Floración
Desarrollo de los tallos y aparición de hojas nuevas
Fuente: UNNE
Plant Systematics: A Phylogenetic Approach.
Sinauer Associates Inc.
INFOGRAFÍA: FRAN GONZÁLEZ
Anatomía de una rosa
Pétalos
Pistilo
Es el órgano reproductor femenino. También se le conoce como gineceo.
Perianto
Estigma
Estilo
Sépalos
Cáliz
Óvulo
Espina
Pedúnculo
o tallo secundario
Ovario
Tallo principal
Estambres
Hojas
Es el órgano reproductor masculino. Conocido como androceo.
Crecen en grupos de 3, 5 o 7
Saco polínico
Microesporas
Estambres
Partes de la corola
Sección
Pistilo
Anteras
Filamentos
Pétalos
Sépalos
Cáliz
Reproducción
Los estambres generan esporas que maduran y se convierten en granos de polen. A su vez, el pistilo madura los óvulos en el ovario, a la espera de que se produzca la polinización.
Se puede dar por la acción de agentes polinizadores, que son animales (insectos o aves) o del viento.
Implica el movimiento del polen de una flor a la siguiente, o entre los órganos sexuales de la misma flor.
Segundo
El polen se adhiere en él y se roza con el estigma, depositando el polen
Primero
El agente polinizador entra en contacto con los estambres
Tubo polínico
Tercero
El polen desarrolla el tubo polínico, que llega al ovario y le fecunda
Cuarto
Se desarrolla el embrión en el interior del óvulo que será la futura flor
FLOR
Ovocélula
fecundada
Embrión en desarrollo
Ciclo de floración
Primavera
Verano
Otoño
Invierno
Período de descanso. Pierde las hojas y se podan los tallos
E
D
F
N
M
Desarrollo de los tallos y aparición de hojas nuevas
Reproducción
O
A
S
M
A
Jn
Jl
Floración
INFOGRAFÍA: FRAN GONZÁLEZ
Fuente: UNNE y Plant Systematics: A Phylogenetic Approach. Sinauer Associates Inc.
Anatomía de una rosa
Partes de la corola
Estambres
Pétalos
Sección
Pistilo
Perianto
Pétalos
Sépalos
Sépalos
Cáliz
Cáliz
Espina
Estambres
Pistilo
Es el órgano reproductor masculino. Conocido como androceo.
Es el órgano reproductor femenino. También se le conoce como gineceo.
Pedúnculo
o tallo secundario
Saco polínico
Microesporas
Estigma
Anteras
Estilo
Tallo principal
Hojas
Óvulo
Crecen en grupos de 3, 5 o 7
Filamentos
Ovario
Reproducción
Segundo
El polen se adhiere en él y se roza con el estigma, depositando el polen
Los estambres generan esporas que maduran y se convierten en granos de polen. A su vez, el pistilo madura los óvulos en el ovario, a la espera de que se produzca la polinización.
Primero
El agente polinizador entra en contacto con los estambres
Se puede dar por la acción de agentes polinizadores, que son animales (insectos o aves) o del viento.
Implica el movimiento del polen de una flor a la siguiente, o entre los órganos sexuales de la misma flor.
Tubo polínico
Tercero
El polen desarrolla el tubo polínico, que llega al ovario y le fecunda
Ciclo de floración
Primavera
Verano
Otoño
Invierno
Cuarto
Se desarrolla el embrión en el interior del óvulo que será la futura flor
Período de descanso. Pierde las hojas y se podan los tallos
Reproducción
E
D
F
Ovocélula
fecundada
N
M
Desarrollo de los tallos y aparición de hojas nuevas
O
A
FLOR
S
M
A
Jn
Embrión en desarrollo
Jl
Floración
Fuente: UNNE y Plant Systematics: A Phylogenetic Approach. Sinauer Associates Inc.
INFOGRAFÍA: FRAN GONZÁLEZ
La primera en abrir sus pétalos este año en La Rosaleda es la luce en el amplio parterre de rosas 'sevillanas', donde un día estuvo enclavada la estatua de los Reyes Católicos. A gusto de Pintado, son las más bonitas y las que tienen mejor fragancia. Pero hay otras estrellas en el jardín, todas ellas, de obtentores españoles. Estas son algunas de las más especiales, recién florecidas.
Sari La variedad Sari es un tipo de rosa moderna (creada después del siglo XIX). Las rosas de color naranja indican una pasión profunda y exaltada. También un amor desesperado e impaciente.
El rosal trepador El rosal trepador Paul Scarlet pertenece a la variedad de rosales clásicos. Su flor es roja y la planta adulta puede crecer hasta los cinco metros Las rosas de color rojo desde la antigüedad simbolizan el amor y la pasión. Una rosa roja que se entrega a otra es una declaración de amor.
Carol Es una rosa híbrida, también del grupo de los rosales modernos, posteriores al siglo XIX. El color de rosa simboliza amistad y aprecio. También es un símbolo de simpatía, franqueza y amabilidad. Cuanto más intenso el color rosado de la flor, más intenso el sentimiento; las rosas pastel y empolvadas significan dulzura.
La Sevillana Creada en Francia en 1978 por la rosalista francesa Marie-Louise (Louisette), este híbrido se ha utilizado como ascendente parental en cruces con otras variedades para conseguir nuevas rosas modernas. Tiene una fragancia moderada y un color rojo anaranjado intenso. Es la rosa preeminente en los macizos de La Rosaleda de Valladolid.
White Cockade Es un rosal trepador, tupido, erguido, con tallos espinosos que tienen hojas pinnadas con folíolos ovados, brillantes, de color verde oscuro y flores ligeramente fragantes, redondeadas, dobles, de color blanco cremoso y que florece desde el verano hasta el otoño. La rosa blanca significa pureza, amistad y confianza.
¿Por qué no está representada en La Rosaleda la denominada rosa de Castilla en el jardín de Las Moreras? Explica el director de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valladolid, Ángel Asensio, que el motivo es que, al contrario de las variedades clasificadas en antiguas y modernas (unas 6.000 registradas en hibridaciones y mejoras genéticas), la 'gallica' o francesa es un rosal silvestre que nace de forma espontánea en la naturaleza, al igual que la rosa mosqueta, y cuyo origen botánico y genético «es incierto y no fácilmente homologable». Por eso tampoco figura en el catálogo de las rosas antiguas que existían antes de 1867, cuando se consiguió la primera rosa moderna, aunque ya en el siglo XVI los holandeses ya experimentaban para conseguir nuevos tipos de rosales. Pero es en el siglo XIX en Francia donde el rosal antiguo tuvo su máximo despegue. El origen de la rosa de Castilla o rosa gallica se remonta a muchos miles de años atrás y ya era plantada por los antiguos griegos y romanos. Su cultivo se recuperó en la Edad Media y es uno de los rosales de mayor fragancia y resistencia.
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