Valladolid y Morelia, historia de un hermanamiento
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Los lazos de amistad con la ciudad mexicana fueron el germen de una iniciativa que se extendió posteriormente a otras localidades francesas, italianas, indias o estadounidensesHistorias de aquí ·
Los lazos de amistad con la ciudad mexicana fueron el germen de una iniciativa que se extendió posteriormente a otras localidades francesas, italianas, indias o estadounidenses«El Ayuntamiento no está para estos gastos», dijeron algunos concejales de Valladolid para oponerse a que una delegación de la ciudad viajara en septiembre de 1978 a Morelia con el fin de ratificar el hermanamiento con esa población mexicana.
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Se le conoce popularmente como ... la ciudad de la cantera rosa a esta localidad constituida como capital del estado de Michoacán porque de ese color son las piedras con las que están construidos muchos de sus más señeros edificios. Morelia es la primera ciudad con la que Valladolid se hermanó. Posteriormente irían acordándose otros hermanamientos o protocolos de amistad con Lille (Francia), Orlando (EE.UU.), Florencia (Italia), Admebadad (India) y varias más, entre ellas otras de México Guadalajara y, más recientemente, con otra Valladolid, esta, también mexicana.
En septiembre de 1977 Morelia estaba organizando el 150 aniversario de su cambio de nombre, en diciembre de 1828. Hasta ese momento se llamaba Valladolid pero mudó su nombre al de Morelia en honor de un líder independentista, el general José María Morelos.
Para celebrar el sesquicentenario, el gobierno municipal de la ciudad, entre otras cosas, acordó hermanarse con su homónima española y en el programa de actividades que se estaba planificando para 1978 figuraba la idea de invitar al Real Valladolid Deportivo a jugar un partido amistoso en el campo del Atlético Morelia.
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Valladolid acogió con interés el ofrecimiento, pero Francisco Fernández Santamaría, alcalde entonces de la ciudad, tuvo que solicitar autorización al Ministerio del Interior. El 28 de noviembre de 1977 el Ayuntamiento recibió el permiso. Se inician entonces los trámites correspondientes para aprobar el hermanamiento con Morelia.
Entre tanto, en junio de 1978, una delegación de la ciudad mexicana se desplazó a Valladolid con el fin de consolidar los pasos que condujeran a materializar el hermanamiento e invitar oficialmente al Pucela, que también jugaría un segundo partido en el país azteca.
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Aprobado el 3 de julio de 1978 el hermanamiento por parte del Ayuntamiento de Valladolid, y aceptada por el club de fútbol la invitación, el alcalde Manuel Vidal propuso a los concejales que una delegación de Valladolid devolviera la visita a las autoridades de Morelia. Pero al parecer no corrían buenos tiempos en el Consistorio pucelano: varios ediles indicaron que la propuesta suponía un elevado gasto que el Ayuntamiento no podía asumir, pues ese desembolso era contradictorio con el recorte de subvenciones y la anulación de actividades de Ferias en los barrios de la ciudad debido a la precaria situación económica de las arcas municipales.
El caso es que después de discutir si el viaje lo pagaban las arcas del Consistorio o cada concejal de su bolsillo, una delegación de empresarios vallisoletanos, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Centro Iberoamericano de Cooperación, entre otros organismos, también asumieron algunos gastos. Este hermanamiento era algo más que un asunto entre ayuntamientos, era casi un tema de Estado, pues el propio presidente de México, López Portillo que tenía orígenes españoles, estaba interesado en estrechar lazos comerciales con España.
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Por fin, el 6 de septiembre de 1978, una amplia delegación vallisoletana, incluidos varios empresarios, aterrizaron en Morelia y permanecieron allí hasta el día 15. En la delegación iba un grupo de periodistas pues las autoridades mexicanas lo pidieron expresamente para asegurarse de que Morelia tuviera importante repercusión en la prensa española.
Entre los numerosos agasajos y discursos en presencia de López Portillo se firmó un acta de buena voluntad entre industriales de ambas ciudades. Había muy buenas expectativas, sobre todo en el campo de las empresas del sector alimentario.
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El acuerdo de hermanamiento no entraba en mucho detalle: colaboración y mutuo apoyo en los campos de la cultura y de la economía. Y en los discursos, como no, se hizo referencia a la presencia y al amor de Zorrilla por México.
Por cierto, el partido amistoso entre los equipos de Morelia y Valladolid terminó con empate a cero y estuvo presidido por el presidente de México.
A partir de entonces, representantes y empresarios de Morelia vinieron a Valladolid en varias ocasiones y los alcaldes vallisoletanos Rodríguez Bolaños y León de la Riva, en 1988 y en 2008 respectivamente, viajaron a México.
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Aquellos lazos de hermandad fueron la base sobre la que la Universidad de Michoacán y la de Valladolid firmarían en 1987 una colaboración entre ambas. Quiere la casualidad que la Universidad de Michoacán fuera fundada en 1543 por Vasco de Quiroga, nacido en Madrigal de las Altas Torres pero que estudió en Valladolid. Lo que realmente fundó fue el colegio de San Nicolás, base de la futura universidad mexicana.
En Valladolid, Morelia da nombre a una calle y en aquella ciudad una plaza lleva el nombre de su hermana castellana.
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