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Miguel de Cervantes y 'La Gitanilla' de ValladolidSecciones
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Miguel de Cervantes y 'La Gitanilla' de ValladolidLa ciudad de Valladolid ha sido la cuna de muchas figuras literarias y, de igual forma, también lo fue de Miguel de Cervantes. El célebre escritor narró, con veleidosa gracia y anecdótica virtud, la historia de España a través de personajes tan característicos como Don Quijote de la Mancha, Sancho Panza, o, La Gitanilla.
Recorrido de la literatura de Miguel de Cervantes por Valladolid
Miguel de Cervantes
y Valladolid
1547
Nace en Alcalá de Henares
1551
Se traslada a Valladolid a los cuatro años
1569
Huye a Roma
1585
Publica
su primera novela,
‘La Galatea’
1604
Regresa a Valladolid con la Corte de Madrid
1605
Publica
Don Quijote de la Mancha
1613
Publica las Novelas Ejemplares
Berganza
Cipión
La gitanilla
El licenciado Vidriera
1615
Publica la Segunda parte del Quijote
Miguel de Cervantes
y Valladolid
1547
Nace en Alcalá de Henares
1551
Se traslada a Valladolid a los cuatro años
1569
Huye a Roma
1585
Publica
su primera novela,
‘La Galatea’
1604
Regresa a Valladolid con la Corte de Madrid
1605
Publica
Don Quijote de la Mancha
1613
Publica las Novelas Ejemplares
Berganza
Cipión
La gitanilla
El licenciado Vidriera
1615
Publica la Segunda parte del Quijote
Miguel de Cervantes
y Valladolid
1547
Nace en Alcalá de Henares
1551
Se traslada a Valladolid a los cuatro años
1569
Huye a Roma
1585
Publica
su primera novela,
‘La Galatea’
1604
Regresa a Valladolid con la Corte de Madrid
1605
Publica
Don Quijote de la Mancha
1613
Publica las Novelas Ejemplares
La gitanilla
Berganza
Cipión
El licenciado Vidriera
1615
Publica la Segunda parte del Quijote
Miguel de Cervantes
y Valladolid
1547
Nace en Alcalá de Henares
1551
Se traslada a Valladolid a los cuatro años
1569
Huye a Roma
1585
Publica
su primera novela,
‘La Galatea’
1604
Regresa a Valladolid con la Corte de Madrid
1605
Publica
Don Quijote de la Mancha
1613
Publica las Novelas Ejemplares
La gitanilla
Berganza
Cipión
El licenciado Vidriera
1615
Publica la Segunda parte del Quijote
Miguel de Cervantes nace en Alcalá de Henares en 1547. Su devoción por la literatura se observa desde niño, cuando es citado en el manual de su maestro por su gran pasión por la misma y su tendencia a crear historias.
Valladolid es una ciudad extremadamente avanzada en términos culturales y así lo ha demostrado a lo largo de la historia. A principios del siglo XVII, la Corte del Rey se trasladó a Valladolid durante pocos años. Algunos estudiosos aseguran que fue roto de la malversación y de la especulación urbanística pues, para muchos terratenientes, el suelo que pisaba Felipe III valía mucho más de lo que se pagó en su día por él. Pero eso, como suele decirse, es otra historia.
Las novelas palaciegas y las sátiras picarescas estaban en pleno auge, hasta que la maestría narrativa y sublime de Cervantes ofreció a España el 'Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha' y abrió la puerta a un nuevo estilo literario.
Cervantes visitó Valladolid en dos ocasiones. La primera aconteció cuando él tan solo tenía cuatro años de edad. La segunda, al principio del siglo XVII, cuando se decide trasladar las Cortes a Valladolid. Aprovecha, el manco, a escribir entonces algunas de las novelas ejemplares y el prólogo de la que sería su obra magna.
También será arrestado, acusado de un terrible crimen, pero no adelantemos acontecimientos ni narraciones pues dicha historia será objeto de otro de nuestros artículos.
Hagamos caso al hidalgo y caminemos, de la mano, hacia la relación de las 'Novelas Ejemplares' con la ciudad de Valladolid.
Todas estas breves novelas tienen muchos aspectos en común con la narrativa histórica vallisoletana. Pero, antes de aventurarnos a conocer todo aquello a lo que hace referencia Cervantes, es necesario desgranar cada una de sus novelitas para comprender la importancia de los hechos allí descritos. Comencemos, pues, con el análisis de 'La Gitanilla'.
Si el curioso paseante de Valladolid desease conocer más sobre la vida y obra de don Miguel de Cervantes le encomiendo la visita al Museo Casa Cervantes, cuyo trabajo de investigación es encomiable y es allí donde se encuentra inspiración
'La Gitanilla' es una de las breves 'Novelas Ejemplares' que Miguel de Cervantes escribió durante su estancia en Valladolid. Se cree que la cumplimentó entre 1603 y 1606, que fue también el lapso en el que se publicó su afamada novela 'El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha'. A continuación, una alusión directa a la ciudad de Valladolid y a una iglesia de la que todos, en algún momento, se han admirado por su curiosa arquitectura. El fragmento dice lo siguiente:
Si me dan cuatro cuartos, les cantaré un romance yo sola, lindísimo en extremo, que trata de cuando la Reina nuestra señora Margarita salió a misa de parida en Valladolid y fué a San Llorente; dígoles que es famoso, y compuesto por un poeta de los del número, como capitán de batallón.
1
Salió a misa de parida
la mayor reina de Europa,
en el valor y en el nombre
rica y admirable joya.
Como los ojos se lleva,
se lleva las almas todas
de cuantos miran y admiran
su devoción y su pompa.
Y, para mostrar que es parte
del cielo en la tierra toda,
a un lado lleva el sol de Austria,
al otro, la tierna Aurora.
A sus espaldas le sigue
un Lucero que a deshora
salió, la noche del día
que el cielo y la tierra lloran.
Y si en el cielo hay estrellas
que lucientes carros forman,
en otros carros su cielo
vivas estrellas adornan.
Aquí el anciano Saturno
la barba pule y remoza,
y, aunque es tardo, va ligero;
que el placer cura la gota.
El dios parlero va en lenguas
lisonjeras y amorosas,
y Cupido en cifras varias,
que rubíes y perlas bordan.
Allí va el furioso Marte
en la persona curiosa
de más de un gallardo joven,
que de su sombra se asombra.
Junto a la casa del Sol
va Júpiter; que no hay cosa
difícil a la privanza
fundada en prudentes obras.
Va la Luna en las mejillas
de una y otra humana diosa;
Venus casta, en la belleza
de las que este cielo forman.
Pequeñuelos Ganimedes
cruzan, van, vuelven y tornan
por el cinto tachonado
de esta esfera milagrosa.
Y, para que todo admire
y todo asombre, no hay cosa
que de liberal no pase
hasta el estremo de pródiga.
[...]
Otra, más discreta y grave,
más aguda y más curiosa
dice, vertiendo alegría
por los ojos y la boca:
«Esta perla que nos diste,
nácar de Austria, única y sola,
¡qué de máquinas que rompe!,
¡qué [de] disignios que corta!,
¡qué de esperanzas que infunde!,
¡qué de deseos mal logra!,
¡qué de temores aumenta!,
¡qué de preñados aborta!»
En esto, se llegó al templo
del Fénix santo que en Roma
fue abrasado, y quedó vivo
en la fama y en la gloria.
A la imagen de la vida,
a la del cielo Señora,
a la que por ser humilde
las estrellas pisa agora,
a la Madre y Virgen junto,
a la Hija y a la Esposa
de Dios, hincada de hinojos,
Margarita así razona:
«Lo que me has dado te doy,
mano siempre dadivosa;
que a do falta el favor tuyo,
siempre la miseria sobra.
Las primicias de mis frutos
te ofrezco, Virgen hermosa:
tales cuales son las mira,
recibe, ampara y mejora.
A su padre te encomiendo,
que, humano Atlante, se encorva
al peso de tantos reinos
y de climas tan remotas.
Sé que el corazón del Rey
en las manos de Dios mora,
y sé que puedes con Dios
cuanto quieres piadosa».
Acabada esta oración,
otra semejante entonan
himnos y voces que muestran
que está en el suelo la Gloria.
Acabados los oficios
con reales ceremonias,
volvió a su punto este cielo
y esfera maravillosa.
Iglesia de San lorenzo (Llorente) gran parte de la iglesia desapareció en 1974 y permanecen la torre y la puerta.
2
3
2
4
felipe III fue rey de España desde 1578 hasta 1621 y su mujer fue Doña margarita. Cervantes lo reconoce como el Sol de Austria.
5
3
6
La «tierna Aurora» es, sin duda Doña Ana, hija de los reyes, y nacida en Valladolid en 1601.
4
7
Compara el reinado de los Austrias con el tiempo de Saturno, pues durante su época hubo prosperidad y abundancia.
7
5
Marte es el Dios de la guerra, y Cervantes lo utiliza para enfatizar la fuerza del ejército español
8
6
Ganímedes es un príncipe valeroso que representa la juventud, la lealtad y el legado de Felipe III, su padre. Cervantes se refiere con ello a Felipe VI, nacido en 1605 en Valladolid.
9
7
El poema está dedicado a Doña Margarita de Austria y debe enaltecer su belleza y resistencia, cual ave Fénix, que siempre ha de levantarse.
8
Cervantes asemeja la figura del Atlante, que soporta el mundo y todos sus reinos, a la de Felipe III, para evocar un sentimiento de resistencia y poder.
9
Esa esfera maravillosa es, sin lugar a dudas, el Sol, que es atribuido a la figura de Felipe III.
Si me dan cuatro cuartos, les cantaré un romance yo sola, lindísimo en extremo, que trata de cuando la Reina nuestra señora Margarita salió a misa de parida en Valladolid y fué a San Llorente; dígoles que es famoso, y compuesto por un poeta de los del número, como capitán de batallón.
1
Salió a misa de parida
la mayor reina de Europa,
en el valor y en el nombre
rica y admirable joya.
Como los ojos se lleva,
se lleva las almas todas
de cuantos miran y admiran
su devoción y su pompa.
Y, para mostrar que es parte
del cielo en la tierra toda,
a un lado lleva el sol de Austria,
al otro, la tierna Aurora.
A sus espaldas le sigue
un Lucero que a deshora
salió, la noche del día
que el cielo y la tierra lloran.
Y si en el cielo hay estrellas
que lucientes carros forman,
en otros carros su cielo
vivas estrellas adornan.
Aquí el anciano Saturno
la barba pule y remoza,
y, aunque es tardo, va ligero;
que el placer cura la gota.
El dios parlero va en lenguas
lisonjeras y amorosas,
y Cupido en cifras varias,
que rubíes y perlas bordan.
Allí va el furioso Marte
en la persona curiosa
de más de un gallardo joven,
que de su sombra se asombra.
Junto a la casa del Sol
va Júpiter; que no hay cosa
difícil a la privanza
fundada en prudentes obras.
Va la Luna en las mejillas
de una y otra humana diosa;
Venus casta, en la belleza
de las que este cielo forman.
Pequeñuelos Ganimedes
cruzan, van, vuelven y tornan
por el cinto tachonado
de esta esfera milagrosa.
Y, para que todo admire
y todo asombre, no hay cosa
que de liberal no pase
hasta el estremo de pródiga.
[...]
Otra, más discreta y grave,
más aguda y más curiosa
dice, vertiendo alegría
por los ojos y la boca:
«Esta perla que nos diste,
nácar de Austria, única y sola,
¡qué de máquinas que rompe!,
¡qué [de] disignios que corta!,
¡qué de esperanzas que infunde!,
¡qué de deseos mal logra!,
¡qué de temores aumenta!,
¡qué de preñados aborta!»
En esto, se llegó al templo
del Fénix santo que en Roma
fue abrasado, y quedó vivo
en la fama y en la gloria.
A la imagen de la vida,
a la del cielo Señora,
a la que por ser humilde
las estrellas pisa agora,
a la Madre y Virgen junto,
a la Hija y a la Esposa
de Dios, hincada de hinojos,
Margarita así razona:
«Lo que me has dado te doy,
mano siempre dadivosa;
que a do falta el favor tuyo,
siempre la miseria sobra.
Las primicias de mis frutos
te ofrezco, Virgen hermosa:
tales cuales son las mira,
recibe, ampara y mejora.
A su padre te encomiendo,
que, humano Atlante, se encorva
al peso de tantos reinos
y de climas tan remotas.
Sé que el corazón del Rey
en las manos de Dios mora,
y sé que puedes con Dios
cuanto quieres piadosa».
Acabada esta oración,
otra semejante entonan
himnos y voces que muestran
que está en el suelo la Gloria.
Acabados los oficios
con reales ceremonias,
volvió a su punto este cielo
y esfera maravillosa.
Iglesia de San lorenzo (Llorente) gran parte de la iglesia desapareció en 1974 y permanecen la torre y la puerta.
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3
2
4
felipe III fue rey de España desde 1578 hasta 1621 y su mujer fue Doña margarita. Cervantes lo reconoce como el Sol de Austria.
5
3
6
La «tierna Aurora» es, sin duda Doña Ana, hija de los reyes, y nacida en Valladolid en 1601.
4
7
Compara el reinado de los Austrias con el tiempo de Saturno, pues durante su época hubo prosperidad y abundancia.
7
5
Marte es el Dios de la guerra, y Cervantes lo utiliza para enfatizar la fuerza del ejército español
8
6
Ganímedes es un príncipe valeroso que representa la juventud, la lealtad y el legado de Felipe III, su padre. Cervantes se refiere con ello a Felipe VI, nacido en 1605 en Valladolid.
9
7
El poema está dedicado a Doña Margarita de Austria y debe enaltecer su belleza y resistencia, cual ave Fénix, que siempre ha de levantarse.
8
Cervantes asemeja la figura del Atlante, que soporta el mundo y todos sus reinos, a la de Felipe III, para evocar un sentimiento de resistencia y poder.
9
Esa esfera maravillosa es, sin lugar a dudas, el Sol, que es atribuido a la figura de Felipe III.
Si me dan cuatro cuartos, les cantaré un romance yo sola, lindísimo en extremo, que trata de cuando la Reina nuestra señora Margarita salió a misa de parida en Valladolid y fué a San Llorente; dígoles que es famoso, y compuesto por un poeta de los del número, como capitán de batallón.
Iglesia de San lorenzo (Llorente) gran parte de la iglesia desapareció en 1974 y permanecen la torre y la puerta.
Salió a misa de parida
la mayor reina de Europa,
en el valor y en el nombre
rica y admirable joya.
Como los ojos se lleva,
se lleva las almas todas
de cuantos miran y admiran
su devoción y su pompa.
Y, para mostrar que es parte
del cielo en la tierra toda,
a un lado lleva el sol de Austria,
al otro, la tierna Aurora.
A sus espaldas le sigue
un Lucero que a deshora
salió, la noche del día
que el cielo y la tierra lloran.
Y si en el cielo hay estrellas
que lucientes carros forman,
en otros carros su cielo
vivas estrellas adornan.
Aquí el anciano Saturno
la barba pule y remoza,
y, aunque es tardo, va ligero;
que el placer cura la gota.
El dios parlero va en lenguas
lisonjeras y amorosas,
y Cupido en cifras varias,
que rubíes y perlas bordan.
Allí va el furioso Marte
en la persona curiosa
de más de un gallardo joven,
que de su sombra se asombra.
Junto a la casa del Sol
va Júpiter; que no hay cosa
difícil a la privanza
fundada en prudentes obras.
Va la Luna en las mejillas
de una y otra humana diosa;
Venus casta, en la belleza
de las que este cielo forman.
Pequeñuelos Ganimedes
cruzan, van, vuelven y tornan
por el cinto tachonado
de esta esfera milagrosa.
Y, para que todo admire
y todo asombre, no hay cosa
que de liberal no pase
hasta el estremo de pródiga.
[...]
Otra, más discreta y grave,
más aguda y más curiosa
dice, vertiendo alegría
por los ojos y la boca:
«Esta perla que nos diste,
nácar de Austria, única y sola,
¡qué de máquinas que rompe!,
¡qué [de] disignios que corta!,
¡qué de esperanzas que infunde!,
¡qué de deseos mal logra!,
¡qué de temores aumenta!,
¡qué de preñados aborta!»
En esto, se llegó al templo
del Fénix santo que en Roma
fue abrasado, y quedó vivo
en la fama y en la gloria.
A la imagen de la vida,
a la del cielo Señora,
a la que por ser humilde
las estrellas pisa agora,
a la Madre y Virgen junto,
a la Hija y a la Esposa
de Dios, hincada de hinojos,
Margarita así razona:
«Lo que me has dado te doy,
mano siempre dadivosa;
que a do falta el favor tuyo,
siempre la miseria sobra.
Las primicias de mis frutos
te ofrezco, Virgen hermosa:
tales cuales son las mira,
recibe, ampara y mejora.
A su padre te encomiendo,
que, humano Atlante, se encorva
al peso de tantos reinos
y de climas tan remotas.
Sé que el corazón del Rey
en las manos de Dios mora,
y sé que puedes con Dios
cuanto quieres piadosa».
Acabada esta oración,
otra semejante entonan
himnos y voces que muestran
que está en el suelo la Gloria.
Acabados los oficios
con reales ceremonias,
volvió a su punto este cielo
y esfera maravillosa.
felipe III fue rey de España desde 1578 hasta 1621 y su mujer fue Doña margarita. Cervantes lo reconoce como el Sol de Austria.
La «tierna Aurora» es, sin duda Doña Ana, hija de los reyes, y nacida en Valladolid en 1601.
Marte es el Dios de la guerra, y Cervantes lo utiliza para enfatizar la fuerza del ejército español
Compara el reinado de los Austrias con el tiempo de Saturno, pues durante su época hubo prosperidad y abundancia.
Ganímedes es un príncipe valeroso que representa la juventud, la lealtad y el legado de Felipe III, su padre. Cervantes se refiere con ello a Felipe VI, nacido en 1605 en Valladolid.
El poema está dedicado a Doña Margarita de Austria y debe enaltecer su belleza y resistencia, cual ave Fénix, que siempre ha de levantarse.
Cervantes asemeja la figura del Atlante, que soporta el mundo y todos sus reinos, a la de Felipe III, para evocar un sentimiento de resistencia y poder.
Esa esfera maravillosa es, sin lugar a dudas, el Sol, que es atribuido a la figura de Felipe III.
Si me dan cuatro cuartos, les cantaré un romance yo sola, lindísimo en extremo, que trata de cuando la Reina nuestra señora Margarita salió a misa de parida en Valladolid y fué a San Llorente; dígoles que es famoso, y compuesto por un poeta de los del número, como capitán de batallón.
Iglesia de San lorenzo (Llorente) gran parte de la iglesia desapareció en 1974 y permanecen la torre y la puerta.
Salió a misa de parida
la mayor reina de Europa,
en el valor y en el nombre
rica y admirable joya.
Como los ojos se lleva,
se lleva las almas todas
de cuantos miran y admiran
su devoción y su pompa.
Y, para mostrar que es parte
del cielo en la tierra toda,
a un lado lleva el sol de Austria,
al otro, la tierna Aurora.
A sus espaldas le sigue
un Lucero que a deshora
salió, la noche del día
que el cielo y la tierra lloran.
Y si en el cielo hay estrellas
que lucientes carros forman,
en otros carros su cielo
vivas estrellas adornan.
Aquí el anciano Saturno
la barba pule y remoza,
y, aunque es tardo, va ligero;
que el placer cura la gota.
El dios parlero va en lenguas
lisonjeras y amorosas,
y Cupido en cifras varias,
que rubíes y perlas bordan.
Allí va el furioso Marte
en la persona curiosa
de más de un gallardo joven,
que de su sombra se asombra.
Junto a la casa del Sol
va Júpiter; que no hay cosa
difícil a la privanza
fundada en prudentes obras.
Va la Luna en las mejillas
de una y otra humana diosa;
Venus casta, en la belleza
de las que este cielo forman.
Pequeñuelos Ganimedes
cruzan, van, vuelven y tornan
por el cinto tachonado
de esta esfera milagrosa.
Y, para que todo admire
y todo asombre, no hay cosa
que de liberal no pase
hasta el estremo de pródiga.
[...]
Otra, más discreta y grave,
más aguda y más curiosa
dice, vertiendo alegría
por los ojos y la boca:
«Esta perla que nos diste,
nácar de Austria, única y sola,
¡qué de máquinas que rompe!,
¡qué [de] disignios que corta!,
¡qué de esperanzas que infunde!,
¡qué de deseos mal logra!,
¡qué de temores aumenta!,
¡qué de preñados aborta!»
En esto, se llegó al templo
del Fénix santo que en Roma
fue abrasado, y quedó vivo
en la fama y en la gloria.
A la imagen de la vida,
a la del cielo Señora,
a la que por ser humilde
las estrellas pisa agora,
a la Madre y Virgen junto,
a la Hija y a la Esposa
de Dios, hincada de hinojos,
Margarita así razona:
«Lo que me has dado te doy,
mano siempre dadivosa;
que a do falta el favor tuyo,
siempre la miseria sobra.
Las primicias de mis frutos
te ofrezco, Virgen hermosa:
tales cuales son las mira,
recibe, ampara y mejora.
A su padre te encomiendo,
que, humano Atlante, se encorva
al peso de tantos reinos
y de climas tan remotas.
Sé que el corazón del Rey
en las manos de Dios mora,
y sé que puedes con Dios
cuanto quieres piadosa».
Acabada esta oración,
otra semejante entonan
himnos y voces que muestran
que está en el suelo la Gloria.
Acabados los oficios
con reales ceremonias,
volvió a su punto este cielo
y esfera maravillosa.
felipe III fue rey de España desde 1578 hasta 1621 y su mujer fue Doña margarita. Cervantes lo reconoce como el Sol de Austria.
La «tierna Aurora» es, sin duda Doña Ana, hija de los reyes, y nacida en Valladolid en 1601.
Marte es el Dios de la guerra, y Cervantes lo utiliza para enfatizar la fuerza del ejército español
Compara el reinado de los Austrias con el tiempo de Saturno, pues durante su época hubo prosperidad y abundancia.
Ganímedes es un príncipe valeroso que representa la juventud, la lealtad y el legado de Felipe III, su padre. Cervantes se refiere con ello a Felipe VI, nacido en 1605 en Valladolid.
El poema está dedicado a Doña Margarita de Austria y debe enaltecer su belleza y resistencia, cual ave Fénix, que siempre ha de levantarse.
Cervantes asemeja la figura del Atlante, que soporta el mundo y todos sus reinos, a la de Felipe III, para evocar un sentimiento de resistencia y poder.
Esa esfera maravillosa es, sin lugar a dudas, el Sol, que es atribuido a la figura de Felipe III.
Cervantes maduró en Valladolid, más como artista que como hombre, y fue testigo del exponencial crecimiento de la ciudad, con el traslado de las Cortes y todo lo que ello implicaba. Su relación con los vallisoletanos y con la urbe es notoria y nos permitirá escudriñar en la historia la parte más cercana del manco de Lepanto.
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