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Inauguración de la Casa del Pueblo de Fuente Olmedo en octubre de 1920. MUNDO GRÁFICO
El marinero que no conocía el mar

El marinero que no conocía el mar

Eladio Sobrino era un pequeño labrador de Fuente Olmedo que llegó a ser capitán de marina mercante, financió el edificio del Ayuntamiento y vendió a Pablo Neruda su casa de Isla Negra

Martes, 4 de junio 2019

Cada vez que aparecía en el pueblo, casi siempre por sorpresa, se organizaba un auténtico tumulto. Los vecinos le rodeaban alborozados, le abrazaban y no paraban de preguntarle. Fuente Olmedo era una fiesta cada vez que regresaba Eladio, su hijo predilecto desde que en 1887, con tan solo 14 años, decidió partir hacia Cádiz para hacerse marino.

Pocos saben que aquel niño yuntero, que sin ni siquiera ver un río ya soñaba con pilotar barcos, llegó a ser capitán de marina mercante, hizo fortuna en Chile, trabó amistad con Pablo Neruda, a quien vendió la famosa finca de Isla Negra, y ha pasado a la historia como el gran benefactor de sus paisanos. A él se debe, por ejemplo, la construcción del imponente edificio del Ayuntamiento de Fuente Olmedo, restaurado hace unos años, así como otras obras de gran calado social e inspiración filantrópica.

La historia de Eladio Sobrino Segovia contiene todos los ingredientes del admirado emprendedor del siglo XIX. Nacido en Fuente Olmedo el 18 de febrero de 1873, sus padres, José Sobrino y Felicia Segovia, eran agricultores y tuvieron nueve hijos. Labrador en sus primeros años, mientras araba con la yunta de bueyes «soñaba despierto, y soñaba con la felicidad que estaba impresa de un modo indeleble en su corazón, y en vano era pretender borrarla, soñaba con lo que no conocía y, sin embargo deseaba, soñaba con el mar, soñaba con ser marino», dejó escrito Antonio Martínez Cabezas en el periódico 'La Libertad'.

Era cierto. A principios de los años 80 del pasado siglo, familiares de Eladio le confiaron a César Rincón que aquel pequeño labrador, fascinado por lo que su maestro le contaba acerca del mar y los grandes descubridores, contemplaba a diario, medio embobado, el agua de una charca que en su pueblo todos llamaban «Bodón Blanco». Su principal diversión consistía en subirse en una artesa o cajón que utilizaba para amasar el pan y navegar por aquella masa de agua ayudándose de una estaca. Hasta que un día, con 14 años, les dijo a sus padres que su futuro no pasaba precisamente por arar tierras: quería estudiar en la Escuela de Marina de Cádiz.

Ayuntamiento de Fuente Olmedo hoy, Pablo Neruda en Isla Negra y Eladio Sobrino. FRAN JIMÉNEZ/EL NORTE
Imagen principal - Ayuntamiento de Fuente Olmedo hoy, Pablo Neruda en Isla Negra y Eladio Sobrino.
Imagen secundaria 1 - Ayuntamiento de Fuente Olmedo hoy, Pablo Neruda en Isla Negra y Eladio Sobrino.
Imagen secundaria 2 - Ayuntamiento de Fuente Olmedo hoy, Pablo Neruda en Isla Negra y Eladio Sobrino.

Saló del pueblo con 15 pesetas, un billete de tren y una carta de recomendación firmada por un vecino de Olmedo cuyo hermano regentaba un comercio en la capital gaditana. Eladio compaginó los estudios de marina con el trabajo como ayudante en la tienda del comerciante olmedano. Su primer destino fue ser piloto de un barco inglés. Luego se marchó a «hacer las Américas» y en Chile ganó una oposición para la marina mercante. En poco tiempo pasó de oficial primero a capitán de la compañía sudamericana de vapores.

Como tal apareció en su pueblo, por sorpresa, un 24 de marzo de 1903. Todos se rindieron ante el «hijo de Fuente Olmedo, labrador en sus primeros años, que puso toda su voluntad en la realización de un sueño: el de ser marino sin haber visto el mar», señalaba El Norte de Castilla. Ya entonces llevaba mucho tiempo navegando a bordo del vapor Lautaro, que navegaba entre Chile y Valparaíso. Además, su compromiso político le colocó entre los promotores de la agrupación socialista de la localidad chilena de Punta Arenas, sin olvidar su papel como impulsor del primer mitin republicano de Olmedo, en 1910.

Gran benefactor

Pasó el tiempo y Eladio dejó el mar para dedicarse al comercio; primero como vendedor de máquinas de escribir y, muy pronto, como dueño de un amplio negocio. Cansado de la soledad, tenía 38 años cuando viajó a España para encontrar esposa; ocho meses después, el 13 de octubre de 1911, contraía matrimonio en Valladolid con Luz Sanz García, una hermosa joven de 19 años que sería la madre de sus ocho hijos. Su fama de benefactor no hizo más que crecer. Eladio pagaba la caja fúnebre a los pobres de solemnidad que no tenían donde ser enterrados, compraba zapatos a los niños de familias necesitadas y costeaba obras acuciantes del pueblo, como el enderezamiento de la veleta de la torre de la iglesia, fatalmente ladeada y a punto de ser derruida.

Pero su labor más importante fue la actual Casa Consistorial. Le costó 70.00 pesetas y la construyeron obreros de Medina del Campo junto con otros del vecindario. Inaugurada el 17 de octubre de 1920 como Casa del Pueblo, no en vano Eladio era un hombre de firmes ideas socialistas y republicanas, sus amplias estancias sirvieron para acoger distintas dependencias consistoriales, zonas de recreo y de reunión, fue sede del sindicato agrario y escuela para sesenta niños y niñas, a quienes él mismo abrió una cartilla con dos pesetas en la caja de ahorros.

Hombre de firmes ideas socialistas y republicanas, fue el responsable del primer mitin republicano de Olmedo, en 1910

el norte

El olfato de Eladio Sobrino para los negocios le animó a comprar una amplia extensión de terreno en Isla Negra, a 120 kilómetros de la capital chilena, donde comenzó a construir una casa de piedra. Fue entonces, en 1938, cuando Pablo Neruda y su mujer, Delia del Carril, le conocieron; y quedaron fascinados: «Era a media tarde. Llegamos a caballo por aquellas soledades, don Eladio iba adelante (…). Por primera vez sentí como una punzada este dolor a invierno marino, mezcla de boldo y arena salada, algas y cardos. Aquí. Dijo don Eladio Sobrino (navegante). Y allí nos quedamos», relata el propio Neruda. Si Eladio les vendió la finca por 35.000 pesos, la casa la terminó de proyectar su hija, Luz Sobrino Sanz, licenciada en arquitectura.

Letreros del lado oriental del edificio, repuestos en 2013 por el Ayuntamiento. FRAN JIMÉNEZ

Un Casa para 'elevar' espíritus

Letrero original de 1920.FRAN JIMÉNEZ

«En Fuente Olmedo se verificó el concurso de planos para la construcción de una escuela, una Casa Ayuntamiento y un centro agrario, todo ello costeado por nuestro camarada Eladio Sobrino, celoso de la cultura y engrandecimiento de su pueblo natal». Así publicaba El Socialista, el 24 de abril de 1920, la impactante iniciativa de nuestro protagonista. Inaugurada en octubre de ese mismo año, aquella Casa del Pueblo incorporaba en sus laterales los letreros 'El trabajo es virtud, la unión es fuerza', y 'Libertad igualdad y fraternidad', pues su objetivo principal era conseguir «la elevación espiritual» de sus habitantes. Dieceséis años después, el bando vencedor en la Guerra Civil eliminó los letreros y reemplazó lo de «Casa del Pueblo» por «Casa Consistorial», medida que en 2013 subsanó el ex alcalde socialista, Jesús María Fragua, con ayuda de los familiares de Eladio. Aquella inauguración de 1920 contó, además, con un mitin republicano y pro-cultura en el que participaron concejales socialistas de Valladolid.

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