Viejo edificio del IPH y Jefatura Provincial de Sanidad, de 1932. Detrás se ve la construcción del nuevo edificio que entró en servicio en 1974. Archivo Municipal de Valladolid
El Instituto Provincial de Sanidad de Valladolid, un lugar para «hacer patria»
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Francisco Bécares, al frente de la institución a comienzos del siglo XX, potenció la construcción del nuevo edificio en una época en la que se multiplicaban las muertes por enfermedades infecciosas
Corría el mes de junio de 1921 cuando el doctor Francisco Bécares, recién nombrado inspector provincial de Sanidad, llamó la atención sobre la muy preocupante proliferación de enfermedades transmisibles infectocontagiosas epidémicas pero que eran perfectamente evitables. Valladolid y sus pueblos presentaban un alto índice de mortalidad por la viruela, la difteria, fiebres tifoideas, tuberculosis, gripe e infecciones intestinales de todo género. Y el buen hombre, acaso para que la población comprendiera mejor el problema sanitario tan agudo, dijo textualmente que aquella mortandad «privaba de un considerable número de brazos que, cotizados al precio del mercado mundial, suman muchos millones de pesetas». Y, a continuación, anunció que su proyecto era crear un verdadero Instituto Provincial de Higiene.
Poco después anunció que se iba a crear una brigada que dispondría de material de laboratorio, pabellones de aislamiento desmontables, vacunas, sueros preventivos, aparatos de desinfección, potabilizadoras de agua, un completo surtido de desinfectantes, sueros especiales y específicos para cada enfermedad y, sobre todo, un servicio que actúe con rapidez capaz de llegar a los pueblos más distantes. En definitiva, declaró que «siendo la salud la mayor riqueza nacional, haciendo Sanidad, hacemos patria».
La plantilla del IPH en un homenaje a su director, el doctor García Duran publicada por El Norte el 18 de mayo de 1928.
El Noerw
En 1925 Valladolid ya tenía instalaciones dedicadas a Instituto Provincial de Higiene (IPH), con don Honorio Vidal como director. Un local que ocupaba tres pisos y contaba con vivienda para el conserje.
Disponía de unos servicios aceptables como sala de autopsia para animales rabiosos, establo para animales destinados a la extracción de sueros y vacunas, departamento de disección y desinfección, laboratorios de varios tipos, dispensario y salón de actos. Por aquel entonces, el instituto prestaba unos 700 servicios sanitarios al año.
Además, en 1928 ya estaba provisto de una ambulancia que prestaba los servicios más variopintos. Podía ir a recoger a un herido por accidente de tráfico en Alaejos, pero también trasladar al Hospital Provincial al boxeador Modesto Coca, con pronóstico grave tras la conmoción cerebral sufrida en una velada de boxeo que se estaba celebrando en el bar Áncora de la travesía de la calle Muro de Valladolid.
Aquella era una vieja casa que amenazaba ruina, por lo que se pensó en construir un edificio digno y para ello comenzó a redactarse un proyecto al que el Ministerio le diera su aprobación. Un edificio moderno y espacioso con unos servicios que cumplieran las obligaciones y fines estipulados por el Estatuto y Reglamento de Sanidad Provincial recientemente aprobado.
El nuevo edificio, en una imagen actual.
El Norte
Uno de los escollos para disponer de un inmueble apropiado era el de la financiación. Para conseguirla se acordó, en Asamblea de alcaldes celebrada en Medina del Campo el 16 de octubre de 1928 (esta reunión de alcaldes se llevó a cabo en las otras cabeceras de comarca), que todos los ayuntamientos aportaran un 3,25% de su presupuesto durante seis años.
A continuación, se reunió la Junta Administrativa del IPH el 12 de noviembre y, entre otros asuntos, acordó solicitar al Ayuntamiento de Valladolid que aportara un solar apropiado para construir el nuevo Instituto, e igualmente, dirigirse a la Diputación Provincial en demanda de subvención adecuada para llevar a efecto la obra. La Junta Administrativa se componía del gobernador civil, el presidente de la Diputación, el delegado de Hacienda, el inspector Provincial de Sanidad, el jefe de sección de presupuestos municipales y los alcaldes de los respectivos distritos judiciales de la provincia.
Finalmente, el 20 de julio de 1929 se firmó la Real Orden aprobatoria del expediente de construcción de un nuevo edificio para el Instituto. El 8 de noviembre de 1929 el gobernador civil, marqués de Guerra, en calidad de presidente de la Junta administrativa del IPH, procedió a la firma de una escritura de compraventa de las casas 24 y 26 sitas en la calle del Prado, para levantar en sus solares el Instituto.
Camión de la Jefatura Provincial de Sanidad de Valladolid en 1969.
Archivo municipal de Valladolid
En mayo de 1930, después de dos subastas, la obra se adjudicó al maestro de obras vallisoletano Arenillas. El edificio fue diseñado por el prestigioso arquitecto Manuel Cuadrillero Sáez, que por esas fechas también era el arquitecto de la Delegación de Hacienda que se levantó en la Plaza de Madrid.
La construcción del edificio era un proyecto importante que fue saludado por la prensa, pues contribuiría a paliar el desempleo de obreros de la construcción. Dos años después, concretamente el 7 de mayo de 1932, las autoridades sanitarias recibieron la obra concluida y lista para ser ocupada por el Instituto Provincial de Higiene y la Junta Provincial de Sanidad.
Aquel edificio estuvo muy presente entre la población en los años de posguerra pues fue protagonista de las campañas de vacunación para combatir la tuberculosis, el sarampión, la tosferina y otras enfermedades que hacían estragos entre la población infantil y juvenil.
El viejo Instituto estuvo en uso hasta finales de 1973 o primeros meses de 1974, en los que entró en funcionamiento el actual con fachada a la avenida Ramón y Cajal. Se construyó sobre la misma parcela que ocupaba el Instituto y fue oficialmente inaugurado el 19 de enero de 1975 por el ministro de la Gobernación y vicepresidente del Gobierno, José García Hernández. En la actualidad este edificio está destinado a la Jefatura Territorial de Sanidad, de la Junta de Castilla y León.
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