El imponente edificio que preside el flanco norte de la Plaza Mayor de Valladolid desde 1908

Su arquitecto fue Enrique Repullés que, según cuenta la historia, buceó en la arquitectura española del siglo XVI -época de la que databa la anterior Casa Consistorial-, pero adaptándola a las nuevas tendencias y consiguió crear uno de los mejores ejemplos en España -junto con alguna obra de Velázquez Bosco-, de la influencia de la parisina 'École des Beaux-arts'.

El 21 de septiembre de 1561, la Plaza Mayor de Valladolid y todos sus alrededores, quedaron totalmente destruidos a causa de un incendio. Felipe II, ordenó inmediatamente la reedificación de todo lo que se había destruido, también de la Casa Consistorial. Fue entonces, cuando se cambió la ubicación del edificio, que inicialmente estaba en el lado opuesto de la plaza vallisoletana.

El edificio fue proyectado en 1561, por Juan Sanz de Escalante, y comenzó a construirse un año después, con las modificaciones del arquitecto Francisco de Salamanca y también algunas de Juan de Herrera. El proyecto de construcción seguía el modelo austero impuesto por la casa de Austria, y las obras, se terminaron en 1577.

Pero, el edificio que conocemos actualmente, no tiene nada que ver con aquel del siglo XVI. El 11 de agosto de 1879, y siendo alcalde Miguel Íscar, se acordó su derribo y además, se decidió que se emplearan los restos del viejo edificio en la construcción de la cascada y el estanque del Campo Grande.

La construcción del nuevo edificio no comenzó hasta 1892 ya que por entonces, el Ayuntamiento de Valladolid atravesaba dificultades económicas que no fueron las únicas: las obras se paralizaron en marzo de 1894 hasta la muerte del primer arquitecto, Antonio Iturralde Montel -con quien la entidad mantenía numerosas discrepancias-.

El abulense Enrique María Repullés y Vargas fue el elegido para continuar la construcción de la Casa Consistorial. Derribó lo que hasta entonces se había construido y modificó el proyecto inicial. La entidad fue trasladada de forma provisional mientras se realizaban las obras: primero, al Palacio de Ortiz Vega en la calle del Duque de la Victoria y después al Seminario Conciliar, hoy el Colegio García Quintana; y fue en 1908 cuando se procedió a la inauguración de la Casa Consistorial que hoy conocemos y que preside la Plaza Mayor de la ciudad de Valladolid.

El edificio de grandes dimensiones de Repullés, de estilo ecléctico y de carácter 'beaux-artiana', cuenta con una gran inspiración renacentista: el arquitecto se inspiró en el palacio de Monterrey de la ciudad de Salamanca pero en esta ocasión se empleó piedra granítica para el zócalo. La cimentación, procedía de las localidades vallisoletanas de Campaspero y Villanubla y están realizadas de ladrillo prensado para los muros de la fachada a excepción de la parte central.

Se trata de un edificio de planta rectangular precedida de un pórtico-tribuna en su fachada principal y que cuenta con 2.598 m². Tiene cuatro alturas -dispone de torres rectangulares en las cuatro esquinas-; un patio interior; sótano y tres plantas, precedida de un balcón en su fachada principal. En el cuerpo central se halla una torre más esbelta que las de las esquinas, construida para el reloj y que data de 1833 y es obra de Moisés Arroyo; y también, el escudo de Valladolid.

La fachada es de orden toscano y estaba formada por dos cuerpos: el inferior con la entrada principal y tres balcones a cada lado; y el superior, formado por un corredor con diecisiete huecos de balcón separados por columnas. El ladrillo visto que cubre todo el edificio se adorna con elementos decorativos en piedra caliza y, si la ornamentación te recuerda a la Academia de Caballería de Valladolid, no vas desencaminado: ambos edificios se inspiran en el Palacio de Monterrey de Salamanca.

Uno de los homenajes más claros a los consistorios de la Edad Media es la incorporación de una torre en el centro de la fachada, un elemento indispensable en las construcciones de la época. Sobre el balcón central se encontraba una lápida de mármol con la inscripción «Plaza de la Constitución» que fue colocada el 13 de septiembre de 1813 y, los torreones laterales cuentan, con una cubierta de pizarra y un balcón sobre el que se encuentran las armas de Valladolid en piedra.

Respecto a la decoración que se puede encontrar en el interior del Consistorio: domina la ornamentación plateresca y, en sus muros, conviven arcos apuntados, conopiales, y lobulados, signo de la gran riqueza arquitectónica con la que cuenta este imponente edificio.

Otro de los aspectos con los que cuenta el edificio de Repullés es su modernidad en la utilización de materiales, ya que podemos observar la utilización de algunos como zócalos de granito, calizas en la cimentación, mármol en la escalera imperial con la que cuenta el edificio en su interior o hierro en las cubiertas.

Este edificio flanquea uno de los lugares más emblemáticos y reconocibles de Valladolid desde hace más de cien años y, por ello y por su imponente construcción que es uno de los mejores ejemplos en nuestro país de la influencia francesa en la arquitectura; es considerado uno de los más representativos, importantes y diferenciadores de la ciudad.